Un submarino recreativo con cinco personas a bordo que se disponían a visitar los restos del transatlántico 'Titanic' desapareció el pasado domingo en aguas del océano Atlántico, lo que ha obligado a la Guardia Costera de Boston a iniciar una operación de búsqueda y rescate.

El inicio de la expedición estaba previsto para las 4.00 horas del domingo y se preveían dos horas de bajada y otras dos horas de subida a la superficie.  Sin embargo se perdió el contacto con el sumergible poco antes de cumplirse dos horas de inmersión. El vehículo, de la compañía OceanGate, tiene "soporte vital" para 96 horas teniendo en cuenta al piloto y a los cuatro pasajeros, 96 horas que dan como margen hasta el jueves para localizar con vida a los integrantes de la expedición .

Diversos equipos de rescate, entre los que se encuentran aviones, barcos y equipamiento especial, forman parte del despliegue que las guardias costeras de Estados Unidos y Canadá coordinan para localizar al sumergible. La operación de búsqueda y rescate tiene lugar frente a la costa de Terranova. Los cinco pasajeros del submarino recreativo son el millonario y aventurero británico Hamish Harding; el millonario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman; Stockton Rush, fundador y director de OceanGate; y el francés Paul-Henry Nargeolet, piloto de la nave.

El lujo y el peligro de las expediciones submarinas

Turistas adinerados y algunos expertos son los principales clientes de compañías como OceanGate (que organizó la expedición desaparecida el domingo).  Estas compañías ofrecen sus servicios para ver los restos del Titanic, hundido en 1912 y que se encuentra a unos 3.800 metros de profundidad y a unos 600 km de Terranova, Canadá. OceanGate cobra 250.000 dólares por persona para disfrutar de su expedición de ocho días que parte de Canadá para ver el famoso naufragio.

Esquema del submarino que realiza la expedición de OceanGate

Algunos usuarios de Youtube han compartido su experiencia a bordo de una expedición como la de OceanGate. En el caso de “Alanxelmundo”, la expedición tuvo que detenerse y volver a la superficie antes de llegar a los restos del navío por motivos de seguridad, pues algunos indicadores no arrojaban datos correctos, lo que podía suponer un fallo crítico en el sumergible. Una vez en la superficie, el submarino fue revisado y ajustado para poder completar la expedición, sin embargo está a la vista el peligro que puede suponer el mínimo fallo a tales profundidades. 

Además de los posibles problemas motrices del sumergible, los expertos apuntan que los fallos en la comunicación pueden ser el detonante de la situación que viven los cinco participantes de la expedición OceanGate, pues sin comunicación las labores de rastreo y localización del sumergible tienen una dificultad extra. Varios expertos, entre ellos el oceanógrafo que descubrió los restos del Titanic, han confesado en diversos medios de comunicación que es “prácticamente imposible” que se localice el sumergible.

Algunos de los mayores incidentes en submarinos

El 12 de agosto del año 2000 el submarino ruso de misiles guiados K-141 Kursk se hundió en el mar de Barents después de experimentar dos explosiones en la zona de proa. Los 118 hombres a bordo del submarino de propulsión nuclear fallecieron. El submarino "Kursk" fue encontrado a 108 metros de profundidad en la madrugada del 13 de agosto, cuando aún era posible rescatar con vida a 23 marinos, pero el Kremlin no dio el visto bueno para la operación internacional de rescate hasta una semana después.

Más de veinte años después, muchos de los familiares de los marinos fallecidos siguen sin darse por satisfechos con las explicaciones oficiales sobre la tragedia en el mar de Barents. Tal y como se supo más tarde, la cúpula militar ocultó las dimensiones reales de la catástrofe y rechazó los múltiples ofrecimientos de otros países para rescatar a la veintena de tripulantes del sumergible que aún seguían con vida tras las explosiones. El rescate de la nave se inició casi un año después del accidente y el "Kursk" fue retirado de las profundidades en octubre de 2001.

Restos del submarino Kursk

Otro suceso de características funestas fue el que sufrió el submarino de la Armada Argentina ARA "San Juan" contactó con tierra por última vez el 15 de noviembre del 2017, cuando reportó que un problema eléctrico había causado un pequeño incendio mientras se dirigía a su base en la costa atlántica. Dos semanas después de su desaparición, la Armada Argentina informó que el sumergible habría sufrido una explosión debido a una acumulación de hidrógeno tras un cortocircuito en sus baterías de proa, cuando se encontraba a 430 kilómetros de la costa patagónica, en el Océano Atlántico Sur.

El ARA "San Juan" fue hallado por una empresa privada un año después de haber desaparecido junto con toda su tripulación. La empresa Ocean Infinity fue contratada por el gobierno argentino después de que el masivo operativo internacional no lograra hallar rastros de la embarcación en los meses posteriores a su desaparición, en el Mar Argentino.

Por su parte, el submarino francés "Minerve" necesitó sólo cuatro minutos para hundirse en las profundidades del Mediterráneo una mañana de enero de 1968, con 52 tripulantes a bordo. Más de medio siglo después se localizaron sus restos, después de que se reanudara su búsqueda gracias a la insistencia de los familiares de los marinos desaparecidos, que nunca perdieron la esperanza.