Hasta 300 euros puede llegar a desembolsar un estudiante español que esté de Erasmus en Eslovaquia y que quiera volver a territorio nacional. Una situación completamente distinta a la que viven por ejemplo los estudiantes franceses, que no pagan nada gracias a su embajada. La opción española es la siguiente: coger un autobús cuyo recorrido hasta Madrid y Barcelona es de 30 horas, mientras se abandona el equipaje en Bratislava y pagando 300 euros.

La embajada española como cita el diario MadridMarket.es, “recomienda no viajar y evitar desplazamientos innecesarios. Sin embargo, alega que no ofrece una mejor forma de regresar dado que aún existen vías viables para volver. Esa vía “viable” consiste en hacer el viaje Bratislava – Viena – Frankfurt – Madrid/Barcelona que, además de suponer un riesgo para la salud, tiene un importe superior a 300 euros.

Para poder volver a España se tienen que seguir una serie de pasos. Primero conseguir una prueba negativa de COVID-19 a través de un laboratorio, que cuesta 70 euros. Después caminar 1 hora y 15 minutos hasta la frontera con Austria, la más permeable de Eslovaquia, cargando con dos maletas de 20 kilos, otra de 10 y una mochila.

Los estudiantes españoles tendrán que pagar 300 euros si quieren volver a España

El siguiente paso es pedir un certificado de viaje a la Embajada de España junto con la impresión de los billetes del vuelo Viena – Frankfurt y confiar en que esto sea suficiente para que las autoridades dejen continuar. A continuación, lo que hay que hacer es contratar un servicio privado de transporte para llegar al aeropuerto de Viena desde la frontera. Después hacer una escala en Frankfurt de 1 hora y 15 para acabar viajando hasta el aeropuerto de Barajas en Madrid, donde el estudiante tendría que buscarse la vida para volver a su casa.

La historia de dos estudiantes de medicina

Esta es la historia d dos estudiantes que decidieron marcharse a Eslovaquia la carrera de medicina. Sin embargo, nunca habrían imaginado que volverían a casa en medio de una epidemia terrible, equipados con mascarillas y guantes en un eterno viaje por tierra de 53 horas y más de 3.000 kilómetros por Europa.

El diario La Nueva Crónica detalla el viaje vivido de Jaime Gundín y Silvia Gutiérrez. Ellos estudian segundo y primero de Medicina respectivamente en la ciudad eslovaca de Košice y el 3 de abril emprendieron un viaje de 53 horas para llegar hasta su tierra natal, León, y poder estar con sus familias en estos momentos tan complicados. Un autobús, facilitado por el consulado, los trajo hasta Madrid junto a otros 30 estudiantes españoles cruzando media Europa y traspasando frontera tras frontera. Una vez allí, pasaron una larga noche de espera antes de coger el primer tren que había de vuelta a León.

Los estudiantes españoles, Silvia Gutiérrez y Jaime Gundín | La Nueva Crónica

“Todo el viaje fue surrealista”, reconoce Silvia, todavía sorprendida por la velocidad a la que sucedieron los acontecimientos. No se trata de una repatriación, ya que los propios estudiantes debían pagar 300 euros por el autobús. Lo que hizo el consulado español en la ciudad eslovaca de Košice fue facilitarles la oportunidad de regresar a España. Tres conductores eslovacos, que deberían pasar una cuarentena de 15 días a su regreso a Eslovaquia, se encargaron de llevarlos en este viaje que a buen seguro ninguno de los protagonistas olvidará.