Hace menos de un mes Correos sacaba pecho por los resultados conseguidos en el primer semestre de 2019. En concreto, la empresa pública presidida por Juan Manuel Serrano, ex asesor de Pedro Sánchez, registró un beneficio neto de 50,8 millones de euros, cifra que multiplica por más de ocho la del mismo periodo del 2018, cuando ganó 6,2 millones de euros. Pero los dos semestres no son para nada comparables. Si una Elecciones ya suponen un “dopaje” financiero importante a Correos por los servicios que presta, el hecho inaudito de que se celebren dos y a nivel nacional dispara los resultados y logran como ha señalado el "mejor primer semestre en facturación" desde el ejercicio del 2011.

No solo eso, también disfruta de una calma laboral que no se vivía en la empresa pública desde hace años, una paz conseguida a base de una mejora salarial récord, del 9% para este año. El resultado es paradójico, el ciudadano español, que por vía directa o indirecta paga la mayor parte esta subida, está viviendo un empeoramiento del servicio postal que tiene derecho por ley.

Servicio postal… universal pero cada vez más precario

El Servicio postal universal, es la suma de todos los servicios postales cuya prestación garantiza el Estado de forma permanente en todo el territorio nacional y a precio asequible para todos los usuarios según establece la Ley 43/2010, de 30 de diciembre, del servicio postal universal, de los derechos de los usuarios y del mercado postal.

Este servicio incluye todas las actividades: recogida, admisión, clasificación, transporte, distribución y entrega de envíos postales nacionales y transfronterizos, tanto de cartas y tarjetas postales de hasta dos kilogramos de peso, como de paquetes postales de hasta veinte kilogramos de peso. Toda esta tarea está encomendada en exclusiva a la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos hasta el año 2026 a cambio del pago de 180 millones de euros anuales.

Colas en una oficina de Correos antes de las Elecciones Generales de Abril

Pero el deterioro del servicio es cada vez más evidente. En zonas de España ya se ha denunciado retrasos de entrega de hasta cuatro meses. Pero no hace falta irse a lugares saturados por el turismo, incluso envíos de Barcelona a Madrid tardan entre una semana y diez días en llegar. Todo lo que es un envío ordinario pasa al final de las prioridades, que si tienen por ejemplo multas de tráfico o envíos de la Agencia Tributaria lo recibirá con premura.

¿Disminuir los días de reparto? Ya no se reparte a diario

A pesar de ello, la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF) ha señalado en un estudio que Correos es el operador postal público más deficitario de la Unión Europea, con un agujero estructural que cifra en 220 millones de euros y ha pedido que el número de días de entrega (actualmente teóricamente cinco) se reduzca, siempre que se garantizara la calidad del servicio, como ya habían hecho países como Italia, donde en las zonas con menor densidad de población se reparte en días alternos.

Pero esta afirmación queda muy lejos de la realidad, porque en verdad Correos ya actúa así en buena parte de España. En ciudades como Madrid y otras grandes urbes ya el reparto se hace en días alternos, un cartero no cubre todo su reparto todos los días. Así, por ejemplo, hay semanas que, por ejemplo, si reparte martes y jueves estaría prestando su servicio en correo ordinario solo dos días a la semana.

Mientras sí se discrimina los servicios de valor (certificados, envíos con plazo cerrado) que ya se reparten por distinto personal de reparto. Un Correos para “pobres”, cada vez más precario, y otro para “ricos”.

No hay una mejora de servicio, todo lo contrario, y si una discriminación entre envíos prioritarios y los que no lo son. Todo ello cuando en los próximos meses las compras de Black Friday o el envío de Navidad saturará más el servicio.

Dopaje por las administraciones públicas

Sobre esta situación no hay comunicados sindicales, y eso que la situación de, por ejemplo, la oficina del Aeropuerto de Barajas no mejora en vísperas de que empiece el aluvión de paquetes de China. De hecho, incluso Comisiones Obreras salió a “defender al patrón” con un comunicado en el que criticaba el informe de la Autoridad Fiscal Independiente y defendía a Correos por sus resultados. También se olvidaba de que este resultado es completamente irreal y se debe a millones de envíos de publicidad electoral y servicios como el voto por Correo.

Pero también se esconde otra realidad. Correos no solo recibe 180 millones del Estado por el servicio postal universal, es el beneficiario casi en exclusiva de cientos de licitaciones. Según datos de la plataforma de Contratación del Estado, solo en este año 2019 Correos se le ha adjudicado 219 licitaciones públicas desde Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales a todo tipo de organismos. El siguiente cuadro muestra un ejemplo de 15 de estas adjudicaciones que superan en su conjunto los 88,7 millones de euros. 

Si este verano la DGT le impone una multa o la Agencia Tributaria le envía un certificado lo recibirá rápido, si lo que quiere es recibir una postal de un lugar de vacaciones tenga paciencia.