En el continente asiático, la fiebre internacional de las redes sociales se encuentra en uno de sus puntos álgidos. Particularmente China es uno de los países en los que más se está notando el impacto de las redes y las plataformas de 'streaming'. Allí, los usuarios de TikTok son verdaderos expertos en crear contenido a cualquier hora del día y conforman una industria que genera muchos ceros. Este es uno de los principales motivos por el que millones de chinos se han sumado a la fiebre del streaming.

Streamers chinas en la calle.

En el gigante asiático son muchas las personas que buscan adquirir fama como influencers y para ello, este país ofrece un espacio que lo hace posible, la calle. Formatos y programas como Soy tu chica hawaiana "generan" una auténtica sala de maquillaje y de creación de contenido rápidamente, con todos los elementos y herramientas necesarios para que los streamers emitan sus contenidos en directo. En este caso concreto, al este de Pekín se concentran multitudes de ciudadanos chinos para contar su vida en directo a cambio de regalos virtuales, como rosas u otros objetos que los usuarios compran con dinero real para regalar a influencers o streamers.

Para aquellos jóvenes que alcanzan un número de seguidores considerable, se les permite rodar o participar en capítulos en el programa que produce el primer estudio profesional de contenidos en directo del país, Redo Media. Oficialmente, el programa trata de captar el talento joven ofreciendo mini estudios de grabación, son espacios de no más de dos metros cuadrados

Uno de los cubículos de las denominadas 'fábricas de streamers' en Indonesia.

Las imágenes de estos mini estudios y de los improvisados set callejeros son numerosas en TikTok en los últimos meses y en China ha generado gran revuelo en las redes sociales, provocando multitud de críticas entre los usuarios de Twitter.

"Es flipante" o "Parece una cárcel", han sido algunas de las publicaciones más repetidas. Los comentarios no han pasado desapercibidos, ya que estas “fábricas”, como lo han denominado diversos medios de comunicación, concentran a decenas de influencers que compiten, a veces durante más de un día entero, por conseguir el mayor número de visualizaciones y regalos, en espacios reducidos y bajo la incesante luz de un foco.

El negocio de los regalos virtuales

Cada streamer o influencer intenta atraer el mayor número de reproducciones posible. Algunos se maquillan, se visten y salen delante de la cámara para cantar frente a un ordenador, otros analizan o comparan productos etc. El plató se divide en pequeños estudios de grabación donde, de forma individual, cada ciudadano se pone frente a la cámara.

El objetivo es cosechar miles de seguidores que envíen regalos virtuales para, posteriormente, cambiarlos por dinero real. Detrás de las pantallas, millones de espectadores esperan para ver el espectáculo y entretenerse. Es por esa búsqueda de espectáculo por lo que los creadores de contenido no escatiman en extravagancia para generar el mayor tráfico de usuarios posible.

Escuela de 'streamers' en Asia

El negocio sale rentable pues las ganancias aumentan por episodio. Una emisión de dos horas puede llegar a generar 6.000 dólares en regalos enviados por los espectadores. Una cantidad que se reparte el estudio, la agencia de transmisión en directo, los streamers y sus representantes.

Según diversos medios de comunicación y expertos en comunicación digital, este es el modelo de negocio que está en expansión en China, y cuenta con más de 100 empresas dedicadas a ofrecer retransmisiones en directo con el fin de generar millones de dólares. Por estas razones, entre otras, diversas aplicaciones de emisión en streaming como Kuaishou o Kwai ofrecen la posibilidad de ofrecer vídeos cortos entre los usuarios.

Contenido ‘a la carta’ las 24 horas del día

El contenido de las emisiones de estos streamers varía en función de lo que los ciudadanos chinos deseen ver. Los más habituales son vídeos grabados por ellos mismos en los que "degustan" comidas extrañas o exóticas, cantan, bailan, hablan de su día a día o responden a sus seguidores con el fin de generar más tráfico y más interacciones. El caso de TikTok en China tiene, además, connotaciones sociales, pues la famosa plataforma tiene fama de estar destinada a la sociedad más pobre, aunque representa a la gran parte de la audiencia de los chinos que viven en las zonas rurales.

Streamers chinas emitiendo en directo en la calle.

Varios perfiles se han grabado realizando retos bajo el agua sin dejar de sonreír, disfrazadas de sirena e intentando demostrar su capacidad de crear contenido para impulsar su carrera en otros ámbitos. Otras decenas de estas 'streamers' han realizado sus emisiones bajo un puente, en plena calle, con la intención de aprovecharse del algoritmo de la aplicación para recibir más regalos.