La falta de medidas de seguridad en la prisión valenciana de Picassent, denunciada una y otra vez por el Sindicato Acaip, ha llegado hasta el Defensor del Pueblo que ha señalado en un informe que el centro penitenciario de Valencia "carece de condiciones adecuadas, habiendo formulado una recomendación para su clausura definitiva".

A ello hay que añadir que hay un déficit endémico en materia de personal, debido al silencio administrativo desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que lo considera como un centro normal a la hora de dotación de personal algo que, según Acaip, "no es cierto debido a su tamaño y a su estructura arquitectónica".

"Ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que cuando el número de funcionarios prestando servicio se reduce, se incrementa la conflictividad, ya que los trabajadores no pueden llevar a cabo una adecuada vigilancia y control de lo que sucede en el Centro, y es imposible el poder cumplir con los objetivos constitucionales de reinserción de los internos", recuerdan.

Cada día se producen varios incidentes en el Centro, muchos de ellos graves o muy graves, a consecuencia de los cuales son agredidos o amenazados trabajadores del Centro u otros internos. En este resumen se recogen solamente algunos de los que se han producido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020.

Hay que tener en cuenta que durante el Estado de Alarma, motivado por la pandemia del coronavirus, y a petición sindical, se adoptaron medidas regimentales excepcionales en el centro, tales como autorización de permanencia de forma voluntaria de los internos en sus celdas, suspensión de los permisos de salida, supresión de las visitas familiares.  En este período se han producido un total de 1.130 incidentes graves o muy graves en dicho Centro penitenciario, como recoge la siguente tabla explicativa.

Algunos de estos incidentes son 16 agresiones o intentos de agresión a funcionarios, con lesiones de diversa gravedad, y a consecuencia de los cuales, varios de los trabajadores agredidos tuvieron que permanecer de baja médica. "Puñetazos en la cara, patadas, mordiscos, arañazos son algunos de los métodos utilizados por los internos para agredir a los trabajadores", señalan los funcionarios de esta prisión valenciana.

Agresiones múltiples

La Administración Penitenciaria sólo considera que hay agresión a un trabajador si hay un daño. "Así, por ejemplo, en el caso de que un interno le ponga un cuchillo en el cuello a un trabajador, sólo sería reflejado como agresión si le clava el cuchillo.  Asimismo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se sigue negando a que los funcionarios penitenciarios tengan la condición de Agente de la Autoridad en el desempeño de sus funciones (algo que sí tienen por ejemplo los maestros y los médicos) y que les ofrecería una mayor protección jurídica y de prevención general", indican desde Acaip.

Según sus datos, han tenido lugar un total de 186 casos de amenazas graves, coacciones o insultos graves a trabajadores. En muchos de los casos, se trata de amenazas de muerte y de amenazas contra los trabajadores una vez que salgan en libertad.

Hasta en 19 ocasiones los internos se han resistido de forma activa y violenta al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del Centro. Estos episodios no terminan en agresiones a trabajadores u otros internos por la profesionalidad de los funcionarios penitenciarios y, en algunas ocasiones, sólo por suerte. La mayoría de estos hechos se producen en el departamento de Enfermería o en el que aloja a los internos clasificados en Primer Grado.

Se ha producido también una evasión mientras un interno era trasladado en ambulancia al Hospital General. Hasta en 341 ocasiones los internos se han resistido de forma pasiva  al cumplimiento de órdenes o de la normativa interior del Centro. Se han contabilizado 154 agresiones entre internos, de mayor o menor gravedad, alguno de los cuales ha sufrido lesiones de importancia. Se han denunciado un total de 45 casos de amenazas y coacciones graves de unos internos sobre otros.

Al menos en 65 ocasiones se ha producido un deterioro grave de mobiliario o dependencias del centro, en varios casos por incendios provocados de forma voluntaria por los internos, teniendo estos que ser rescatados por los funcionarios. Se han encontrado un total de 193 objetos prohibidos por la normativa vigente (varios “pinchos”, teléfonos móviles, y diversos tipos de drogas).

Se han producido 66 casos de autolesiones por parte de los internos. El método más utilizado es el del corte en el antebrazo o en el abdomen. También hay internos que se tragan cristales, pilas, cuchillas de afeitar o incluso uno que utilizó un tenedor de plástico para clavárselo en las encías.  Se han producido dos suicidios consumados.

Se ha computado 10 internos que se han puesto en huelga de hambre, dos de ellos también también en huelga de sed. Se han detectado 11 casos de intoxicaciones graves por consumo de drogas u otras sustancias. Se han denunciado 10 casos de sustracción de objetos personales de internos por otros compañeros de internamiento y 8 internos han quebrantado su condena al no regresar de permiso

Los problemas endémicos de esta prisión 

Según Acaip, este Centro Penitenciario de Valencia adolece de una serie de problemas que enumeran en su informe: