Heidi Paz se ha convertido en la víctima número 45 de violencia de género, después de que la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, Rosa María Freire, se inhibiera el jueves en favor de los juzgados de Violencia sobre la Mujer. Entiende la jueza que existía una relación sentimental entre Heidi Paz y César Román, el Rey del Cachopo, y que la hondureña fue víctima de violencia machista.

Local de Usera donde apareció el torso de Heidi Paz

El nuevo juzgado que se hará cargo si acepta la nueva calificación tendrá que estudiar, entre otras pruebas, el informe forense realizado sobre el cuerpo de Heidi Paz. Este documento destaca que los cortes que presentaba el cuerpo hallado en el local de Usera se habían realizado con “mucha precisión” y tenía las prótesis artificiales extraídas mediante un corte limpio por debajo. Destaca la pericia de las marcas, excepto en una de las piernas, que quedo mal amputada, astillando incluso uno de los huesos.

Heidi Paz en una foto de su Facebook.

Un susto importante se llevaron los bomberos que acudieron el 13 de agosto al Palacio del Cachopo, en el madrileño barrio de Usera. Cuando entraron en el lugar, además de encontrar el cuerpo de Heidi en una maleta, apagaron un pequeño incendio provocado y alimentado con varios papeles, entre ellos una fotocopia del pasaporte de Heidi y, precisamente, los dos implantes mamarios, en un intento de eliminar cualquier dato registral, ya que todas las prótesis llevan un registro médico. Precisamente, uno de los puntos clave es que las prótesis mamarias estaban fuera de la maleta y se intentaron quemar para eliminar pruebas. Unos implantes que, por cierto, todavía está pagando su madre Gloria, que tuvo que pedir un crédito para hacerle este regalo a su hija.

Sosa cáustica para eliminar rastros biológicos

El intento por eliminar pruebas dio más pistas a los investigadores, que encontraron dos botes de sosa cáustica, comprados en un almacén de un local chino cercano, identificando a Román como el comprador y un cuchillo dentro de la bolsa con restos de sosa, similar a otros dos encontrados en los locales de Román. Así que lejos de eliminar el rastro de su presunta participación en estos hechos, Román, siempre supuestamente, dio pistas a la Policía.

El torso da más pistas de las que pudiera parecer porque no presenta heridas, excepto los cortes, realizados perfectamente como hemos descrito, y unas pequeñas irregularidades en el vientre, producto de la descomposición de los cuerpos, según consta en el informe forense. Asimismo, el forense descartó una violación o relaciones sexuales previas, al no haber encontrado restos biológicos en el cuerpo.