Tras conocer el fallo, la familia de la víctima ha mostrado su "enorme satisfacción" tras conocer el fallo por ver resarcidos tantos años de denuncias que cayeron en saco roto. En el juicio el colegio rechazó que hubiera pruebas e incluso puso en marcha una página 'web' en la que se cuestionaba la denuncia de la víctima, que ahora ya es mayor de edad.

Los hechos que se han juzgado se produjeron en los cursos escolares 2008/2009 y 2009/2010, cuando el alumno tenía entre 11 y 13 años. José María Martínez Sanz era el tutor del adolescente y, en unas sesiones en su despacho, le realizaba en un inicio tocamientos que fueron a más hasta acabar en prácticas más graves, según el relato de la víctima.

En 2012 el caso se hizo mediático y el colegio donde se produjeron los abusos contestó en un comunicado defendiendo al profesor condenado: " Nos duele especialmente el trato hacia el antiguo profesor, ya que el relato publicado está construido a través de una versión unilateral de los hechos. Él no ha realizado ninguna declaración a los medios. No tenemos ninguna prueba que acredite y avale las acusaciones que se hacen contra el profesor. Al contrario, tenemos el testimonio de profesores y alumnos que contradicen los supuestos hechos publicados".

La justicia eclesiástica investigó y archivó el caso, pero cuando la víctima cumplió la mayoría de edad, presentó una querella contra su profesor. El pasado mes de octubre se celebró el juicio, donde el docente negó los hechos y denunció haber sido perseguido, acusando a la madre del antiguo alumno de haberle inducido el relato y a su padre de exhibirle fotografías eróticas de un blog personal de cine.

Por su parte, la Fiscalía reclamaba tres años de prisión y, durante el juicio cuestionó que las acusaciones más graves de la víctima, que incluían la penetración, fuesen ciertas, lo que le llevó a plantear al final del proceso una pena "alternativa" sólo de 20 meses. En cambio, los expertos médicos que le trataron dieron credibilidad al relato de la víctima y destacaron que si al inicio no contó todo fue por miedo y porque es lo habitual en este tipo de circunstancias. La abogada de su familia, Leticia de la Hoz, mantuvo la acusación más alta, exigiendo hasta 14 años de cárcel.