Marcelino Fernández Arnaíz, conocido como el pederasta de Astillero, el mayor abusador de niñas de España, fue detenido el pasado jueves por armar un escándalo en el control de entrada de los juzgados de Plaza de Castilla y enfrentarse a los vigilantes de seguridad. Arnaíz acudió a los juzgados para aportar documentación sobre una denuncia interpuesta por él mismo por un robo con violencia del que habría sido víctima. Finalmente, acabó en las dependencias de la Unidad Adscrita de la Policía a los juzgados y la Fiscalía.

Los agentes de la Policía introdujeron sus datos en las bases policiales y descubrieron que Fernández Arnaíz estaba buscado por un juzgado de Santander por una denuncia contra él por violencia de género. La requisitoria enviada por el juzgado cántabro obligó a los agentes de la Policía Nacional a encerrarle en los calabozos.

El pederasta de Astillero ya fue detenido en múltiples ocasiones por delitos sexuales cometidos contra menores en los años 1980, 1983, 1986, 1990, 1999, 2000, 2002, 2003 y 2008. Los hechos que se le imputaban por violencia de género en su última detención se produjeron después de cumplir cinco años de prisión que le había impuesto la Audiencia de Cantabria en 2005 por haber abusado sexualmente de una niña de seis años el 13 de octubre de 2002 en la localidad cántabra de Torrelavega.

En 2005 fue condenado por la Audiencia de Cantabria por otro abuso sexual apenas dos meses y medio después de abandonar el Centro Penitenciario de Foncalent (Alicante), donde había cumplido sus dos últimas condenas de 15 y 18 meses de internamiento psiquiátrico.

La última condena registrada se remonta a 2009 cuando la Audiencia de Cantabria le impuso nueve años de cárcel por haber abusado de una menor en Santander, tan sólo tres días después de haber abandonado la prisión de Dueñas (Palencia), donde cumplía condena de cinco años por unos hechos similares.