En menos de dos horas, el Gobierno de Perú se ha visto envuelto en una crisis. El hasta ahora presidente de Perú con el partido Perú Libre, Pedro Castillo, decretó la disolución del Congreso para instaurar un “gobierno de emergencia” además del toque de queda nocturno para el país. La medida, calificada por congresistas, fiscales y embajadores como un “golpe de Estado”, ha sido fuertemente criticada y finalmente ha sido destituido de su cargo.

El movimiento de Castillo estaba propiciado por un previo debate en el Parlamento para orquestar una moción de censura contra el presidente. Como estrategia para mantenerse en el cargo, Castillo decretó la disolución de las cortes y la instauración del gobierno de emergencia con toque de queda. Además, ordenó a los ciudadanos con “armamento ilegal” que lo entregaran a la policía en un plazo de 72 horas.

Castillo se defendía de los motivos para su destitución afirmando que no es “corrupto ni mancharía jamás el buen apellido” de sus “honestos padres”. También acusaba a aquellos que iban en su contra de “dinamitar la democracia y desconocer el derecho de elegir” del pueblo peruano. Esta moción de censura era la tercera a la que se enfrentaba Castillo en tan solo 17 meses de gobierno.

Según el artículo 134 de la Carta Magna, el presidente del país solo puede disolver el Congreso si este ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.

Acusaciones de “golpe de Estado” y dimisiones”

La decisión de Castillo no tardó en traer consecuencias, y no solo por parte de la oposición. El canciller peruano, César Landa, llegó a afirmar que la medida era “un autogolpe de Estado”. También fue denominado como “golpe de Estado” por el embajador de Perú en la ONU, Manuel Rodríguez Cuadros, que llegó a presentar su “renuncia irrevocable”.

“Esta situación infringe la constitución del Estado y las obligaciones internacionales del país contenidas en la Carta Democrática Interamericana”, explicaba en una carta a través de su cuenta de Twitter.

También renunciaron a sus cargos Harold Forsyth, representante de Perú en la Organización de Estados Americanos (OEA) y el propio abogado de Castillo, Benji Espinoza, que anunció que no defenderá al exmandatario.

Los congresistas, e incluso el presidente del Tribunal Constitucional de Perú, también alzaron la voz pidiendo “restablecer el orden constitucional”.  Por su parte, la líder de la oposición, Keiko Fujimori, expresaba en su cuenta de Twitter que la medida era un “golpe desesperado” por parte de Castillo “porque sabía que le quedaban pocas horas en el poder”.

Mientras Castillo se mantenía en su despacho tras anunciar su decisión, el Parlamento tomaba medidas y continuaba con la moción de censura que el expresidente intentó evitar. Tras una votación con 101 votos a favor, 6 en contra y 11 abstenciones, Pedro Castillo ha sido destituido de su cargo, que ha sido asumido por la hasta ahora vicepresidenta, Dina Boluarte.

Por su parte, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Perú afirmaban solo acatar actos acordes a la Constitución, pidiendo a la población calma.

En 2021 en España el hasta ahora presidente de Perú ya fue atacado por Álvaro de Marichalar en una carta reproducida por elcierredigital.com.