El hombre habría creado el grupo de mensajes tras haber roto con su expareja. Agregó a numerosos conocidos de su lugar de trabajo, en una empresa de seguridad,  y comenzó a enviarles diversas imágenes de carácter íntimo en las que aparecía con su expareja.  Uno de esos miembros del grupo avisó a la víctima de lo que ocurría al ver el material audiovisual, quien acudió a la Policía a denunciar los hechos. Ella misma confirmó que efectivamente le había enviado al ahora investigado los vídeos íntimos, de carácter privado, el año pasado, cuando mantenían una relación sentimental.   Las investigaciones de los agentes en A Coruña  y de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la comisaría de Lugo permitieron recoger el testimonio de uno de los miembros del grupo en la red social, quien les confirmó que había sido el exnovio el que había filtrado los vídeos.

Solo uno de los que recibieron las imágenes íntimas de la mujer denunció los hechos. 

La policía localizó y detuvo al hombre por un presunto delito de revelación de secretos. Al poco tiempo quedó en libertad como investigado a la espera de ser citado por el juzgado encargado de la instrucción del caso.

Este caso es bastante semejante al que ocurrió a finales de mayo en Madrid. Un caso que terminó de manera trágica ya que la víctima se suicidó ante la presión que venía sufriendo tras haber sabido que imágenes íntimas suyas circulaban por los móviles de sus colegas de trabajo de la empresa Iveco. El caso está todavía siendo investigado pero se sospechaba de una expareja suya que las difundió. La mujer no encontró apoyo alguno ni reacciones en sus superiores ni en los departamentos a los que correspondía haber resuelto el problema. Algo que dejó en muy mal lugar a Iveco, que como muchas otras organizaciones empresariales, suelen carecer de protocolos y de voluntad de atajar estos problemas y ataques a las personas excusándose, como ocurrió en Iveco, en que “son asuntos personales”...