El acusado deberá indemnizar a la madre del pequeño con 330.035,56 euros por las lesiones causadas, que lo han dejado incapacitado de por vida para valerse por sí mismo, además de la condena penal de dos años y medio.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife notificó ayer la sentencia, que declara probado que, sobre las 12 horas del 25 de junio de 2013, el acusado, mientras se encontraba en su domicilio al cuidado de su hijo de apenas cuatro meses, “lo zarandeó bruscamente en reiteradas ocasiones, con el fin de que cesara en el llanto”, “con ánimo de menoscabar” su integridad.

Como consecuencia de esta acción violenta, el niño sufrió diversas lesiones graves, entre otras hemorragias intracraneales y retinianas, hipoxia cerebral, estatus epiléptico, atrofia cerebral y fractura costal, “lo que se conoce como síndrome del niño sacudido”.

Según detalla la Sala, como consecuencia de esta agresión, al menor le han quedado diversas secuelas de carácter permanente, como epilepsia parcial compleja, déficit de agudeza visual, estrabismo convergente del ojo izquierdo y un retraso del desarrollo psicomotor “severo” que le incapacita de por vida para desarrolar las funciones diarias y le obliga a estar asistido para siempre por una persona, “no siendo capaz de cuidar de sí mismo”. Para moverse necesita una silla de ruedas.

La sentencia, que condena a costas al acusado, es susceptible de recurso ante el Tribunal Supremo.