Los Mossos d’Esquadra, con la ayuda del geólogo Luis Avial, localizaron en la vivienda de Tarrassa en la que vivía Mónica Borrás, con su expareja, detenido unas horas antes, un cadáver. Resultó ser el de Mónica Borrás. El hallazgo se produjo después de que los agentes de la Unidad Central de Desaparecidos de la policía catalana arrestaran a su excompañero sentimental, Jaime Baiello.

La desaparición de la mujer se denunció hace diez meses, cuando salió de su casa, de un portazo, tras una discusión con su pareja, sin llevarse nada de valor, según el ahora detenido, que puso una denuncia por su desaparición para tener una coartada.

Tras el arresto, Avial y los Mossos pasaron el georradar por todas las estancias de la casa, el jardín y un pequeño taller que compartía la pareja. Es en el interior de este taller en el que se localizó el cuerpo, sobre las seis de la tarde. Habrá que esperar a que la comisión judicial proceda al levantamiento del cadáver y a hacerle las pruebas del laboratorio para determinar de que se trata de Mònica Borras, de 49 años, aunque el detenido ya ha confesado el crimen.

La policía catalana, con la ayuda de asociaciones como S.O.S Desaparecidos, difundió la fotografía y descripción física de Borràs apelando a la colaboración ciudadana, al tiempo que ha intentado dar con su paradero o cualquier información que pudiera ayudar a localizarla.

El pasado 7 de agosto fue la última vez que fue vista con vida. Según explicó su exnovio, con el que compartía piso, se fue enfadada por una discusión, la mujer salió de casa dando un portazo, sin llevarse el bolso, la documentación, los teléfonos móviles ni la medicación que necesitaba. Al ver que no regresaba, su compañero de piso acudió a la policía. Ahora se ha comprobado que todo era una invención y que Mónica nunca salió de su casa.

Jaime Baiello, el detenido. 

El trastorno de personalidad que sufría la desaparecida, según explicó su compañero a la prensa, estaría detrás de los frecuentes conflictos que tuvo con vecinos, conocidos y familiares que la llevaron en más de una ocasión a los juzgados. De hecho, tenía un juicio pendiente por una trifulca que tuvo con un primo que no pudo celebrarse debido a su desaparición.

Los Mossos d’Esquadra han tratado el caso como una desaparición involuntaria y han inspeccionado varias veces su vivienda, pero hasta ahora no habían encontrado ningún rastro que les llevara hasta su paradero, hasta ayer por la noche cuando encontraron el cadáver.