Es importante el bienestar de nuestros jóvenes porque son los adultos del mañana y porque muchos de los trastornos graves comienzan en esa etapa adolescente. Según  de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes. De hecho, entre el 10 por ciento y el 20 por ciento de los adolescentes experimentan trastornos mentales, pero no se diagnostican ni se tratan. No abordarlos tiene consecuencias que pueden extenderse hasta la edad adulta de forma crónica.

Existen una serie de dificultades que son comunes en la infancia y en adolescencia.  Suelen ser aquellas que derivan de la gestión de las emociones y las más comunes derivan en problemas de ansiedad y ataques de pánico desde donde nacen otras psicopatologías más graves. En los últimos 10 años, han aumentado los diagnósticos de trastornos de ansiedad en jóvenes menores de 17 años, pasando de un 3,5 por ciento a un 4,1 por ciento en la actualidad.

Como hemos observado en López-Vallejo Psicología, “generalmente, el adolescente sufre un ataque de pánico o una crisis de ansiedad porque se queda confundido, desmoralizado, asustado y preocupado por el futuro, entrando en un espiral de anticipación por un miedo”.

La solución habitual del adolescente es evitar la situación que provoca el miedo. Pero cada vez que la persona evita la situación, se autoconfirma que si estuviera en esa situación tendría miedo, por lo que la siguiente vez es peor y hace que el miedo sea cada vez mayor.

La importancia de buscar ayuda

Otra solución usual es buscar ayuda, la compañía de familiares o amigos que les protejan en la situación que les produce miedo. Esta solución alimenta el problema, cuando piden ayuda se autoconfirman como incapaces de enfrentarse a esa situación.

Terapia para adolescentes.

Mediante los intentos de solución para controlar el miedo se construye un miedo mayor, el pánico. Desde la Terapia Breve, una de las técnicas más efectivas para curar el pánico es enseñar a los pacientes a aprender a provocarse el pánico a fin de reducirlo, si se puede provocar, probablemente se podrá controlar. El miedo es un proceso natural, es espontáneo. Y si se hace aparecer voluntariamente se detiene el proceso, se altera, y las crisis de ansiedad no vuelven a aparecer.

Desde el modelo terapéutico aplicado en López Vallejo Psicología, el psicólogo analizará la situación para guiarle en el proceso de ruptura del problema, buscando las soluciones alternativas a través de diversas técnicas empleadas hace más de 25 años en la Terapia Breve Estratégica. La investigación sobre miles de casos resueltos de personas con trastornos de ataques de pánico, nos indican que intentar controlar las propias reacciones es la mejor manera de amplificar las sensaciones corporales y de perder el control. 

Se trabaja el problema vinculándolo no solo con la persona sino con el sistema que le rodea. Desde la Terapia Breve Estratégica se trabaja tanto como los adolescentes como con las familias, incluso de formo indirecta solamente, ayudando a los padres a gestionar a sus hijos.