Gracias a las medidas adoptadas durante los meses previos y a la profesionalidad de los trabajadores penitenciarios se logró que la incidencia de la enfermedad en las prisiones españolas haya sido muy inferior a la media. En la cárcel de Picassent se consiguió que ningún interno resultara afectado por el COVID-19.

Sin embargo, para ACAIP, desde el 6 de julio todo ha cambiado y ya no queda rastro alguno de esas medidas preventivas y explican que se "han eliminado las cuarentenas de los internos que ingresan procedentes de libertad o reingresan de permiso. Esas cuarentenas, en un módulo especialmente dispuesto para ello, permitían comprobar si el interno estaba enfermo, o no, y si una vez superada podía pasar a un “módulo normal”. Esa cuarentena se ha sustituido por una “declaración responsable” del interno de que no ha padecido síntomas.

Asimismo, para ACAIP, "se añade una gran presión a la limitadísima plantilla de médicos del centro (un 25% de los que debería haber) para que, sin apenas medios, ni tiempo para ello, valoren si quien ingresa puede, o no, padecer la enfermedad. Tras esa rápida valoración pasa sin más a un módulo con más de 100 internos con los que convivirá durante varias horas al día. No se entiende esta supresión porque la normativa vigente permitiría que se siga manteniendo, al igual que se está haciendo en numerosas prisiones a lo largo del territorio nacional".

Interior de la cárcel de Picassent.

Respecto a las comunicaciones por locutorios desde el citado sindicato explican que "la Generalitat Valenciana ha establecido con carácter general una limitación de un 75% en los espacios públicos, que en determinados supuestos es incluso inferior", pero "el Centro Penitenciario de Picassent es el único lugar de la provincia de Valencia en el que su aforo no se ha visto limitado. Así, tanto las salas de espera de los familiares como los locutorios están ocupados al 100%", asegura ACAIP.

Argumentan que durante este fin de semana,  "en cada una de las 4 salas de espera del centro, en cada turno de comunicaciones se agolpan hasta 100 personas en un espacio cerrado, casi sin ventilación, esperando a comunicar con los internos. Ello hasta 8 veces al día durante los sábados y los domingos".

Los locutorios donde se realizan esas comunicaciones tienen una dimensión de poco más de un metro cuadrado cada uno, y en él se ha vuelto a permitir que haya hasta 4 personas. "Ese es el distanciamiento social de la “nueva normalidad” en el centro de Picassent", asegura ACAIP, que añade que además "no hay posibilidad real de realizar una limpieza y desinfección de esos locutorios después de cada uno de los turnos de comunicaciones".

También denuncian que se han vuelto a autorizar los vis a vis íntimos: "Aquí hay un riesgo más que evidente de contagio, ya que la persona que accede al centro para este tipo de comunicación solamente tiene que firmar una “declaración responsable” de que no ha padecido síntomas", añade el comunicado de ACAIP.

Pese a que las instrucciones de la Secretaría General de IIPP no establecían una fecha concreta para reanudar este tipo de comunicaciones, en el Centro Penitenciario de Valencia se ha decidido no esperar más para ello, "y no se ha hecho atendiendo a criterios sanitarios o epidemiológicos, sino a que ya hacía muchos meses que los intern@s no tenían este tipo de comunicaciones", dicen desde ACAIP.

En cuanto a los vis a vis familiares, a partir de agosto se volverán a autorizar este tipo de comunicaciones, donde un interno podrá estar en una habitación hasta con cuatro personas procedentes del exterior, a los que solamente se les exigirá la famosa “declaración responsable”. También se ha eliminado "la cuarentena a la que estaban sometidos los paquetes que los amigos o familiares hacían llegar a los internos. Estos paquetes se almacenaban en una sala hasta 7 días antes de que los funcionarios los revisaran para ver si se trataba de introducir en el centro algún objeto prohibido (droga...) de forma que al dejar pasar ese tiempo se les protegía de un posible contagio. Sin embargo, pese a que la normativa actualizada lo sigue permitiendo se ha decido suprimir esa cuarentena, lo que expone a los trabajadores de forma innecesaria", dicen desde ACAIP.

Todo lo anteriormente señalado supone que "en el Centro Penitenciario de Picassent se ha ido mucho más allá de lo que la normativa actualizada, la situación social, sanitaria y epidemiológica permiten eliminando, sin necesidad, medidas que se han revelado eficaces durante los últimos meses", asegura el citado sindicato de funcionarios.

ACAIP-UGT ha presentado escritos ante la Dirección General de Ejecución Penal de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y ante la Dirección del Centro Penitenciario de Valencia exponiendo la gravedad de estas decisiones, y ha puesto en manos de su gabinete jurídico si estas medidas pueden suponer que se esté poniendo en riesgo de forma innecesaria a trabajadores e internos, de cara a llevar a cabo algún tipo de actuación administrativa y/o jurisdiccional.