Las elecciones de la Comunidad de Madrid han vuelto a reavivar las teorías de la conspiración relacionadas con el voto por correo. Su gestión compete a la Oficina del Censo Electoral, al Ministerio del Interior y, en su caso, a la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos como prestador del servicio postal universal, que ya ha admitido un total de 235.696 solicitudes de ciudadanos que desean ejercer por correo su derecho al voto en las elecciones autonómicas a la Asamblea de Madrid, lo que supone un crecimiento del 42,8 por ciento respecto a los últimos comicios, que tuvieron lugar en 2019.

De estas solicitudes, 163.207 se han presentado de forma presencial en la red de oficinas postales y 72.489, de forma telemática desde la web de Correos, mediante firma electrónica y aceptándose como sistemas de identificación válidos los certificados de persona física reconocidos por el Ministerio de Industria y el DNI electrónico, según ha indicado la compañía pública en un comunicado.

Un incremento que responde a la situación derivada de la pandemia y al hecho de que, en esta ocasión, las elecciones se celebrarán un martes, día laborable. No obstante, en comparación con otras comunidades autónomas que ya han acudido a las urnas en tiempos del coronavirus, la demanda en Madrid ha sido menor a la esperada. El País Vasco y Galicia celebraron sus comicios el doce de julio, después de que el estallido de la pandemia les obligara a retrasar la fecha inicialmente prevista. En el caso de Euskadi, el voto por correo experimentó una subida de hasta el 140 por ciento con respecto al año 2016. De hecho, el siete por ciento de los vascos eligieron esta opción. En Galicia, esta modalidad de voto aumentó un 79 por ciento.

La prevención para no acudir al colegio electoral a depositar la papeleta por el impacto del coronavirus fue aún más notable en Cataluña, donde Correos tramitó 284.706 peticiones para las elecciones autonómicas del pasado febrero, un 350 por ciento más que en 2017. De hecho, el cinco por ciento del censo catalán depositó su voto valiéndose de este método.

A pesar de que en las citadas ocasiones el proceso se desarrolló de manera satisfactoria, son muchas las personas las que a día de hoy cuestionan las actuaciones en lo que se refiere a la recepción y custodia de las papeletas electorales que tachan de “pucherazo”, “manipulación” y “estafa”. Más aún después de lo sucedido con las amenazas enviadas a varios candidatos precisamente a través del servicio postal.

Sobre de votación por correo.

Es el caso de Andrés Sánchez, notario de Arroyo de La Luz (Cáceres), que en los últimos días ha difundido una carta en la que relata un suceso que califica de “fiel reflejo de la falta de democracia de la República bananera en la que estos impresentables que nos gobiernan han convertido España”.

Sánchez explica en su misiva que, cuando se disponía a depositar el voto por correo para las elecciones a la Comunidad de Madrid, y tras enseñar al personal su documento de identidad, desde la oficina postal se le indicó que dicha identificación no era necesaria para finalizar el trámite. “Mi mayúscula sorpresa se produce en el mismo instante en el que la empleada del centro estatal me dice que mi identificación no es necesaria, que el voto lo puede entregar cualquiera” y añade que hizo saber su disgusto y disconformidad, calificando de “fraude” la situación pues, según considera “en esas condiciones, cualquier persona puede manipular mi voto.”

Ante las explicaciones de Correos, que aludió a la relación de confianza que debería existir entre un votante y la persona que finalmente entrega el voto, Andrés Sánchez quiso hacer constar en el sobre electoral que había sido correctamente identificado, pero el personal le advirtió que, de hacerlo, podría ser considerado motivo de impugnación.

“En ese momento mi ira se acentúa, hago saber mi condición de notario, el hecho de que quiero formular una propuesta y que en todo caso levantaría un acta tan pronto como llegase a mi notaría.” Además, indica, durante la discusión fue testigo de cómo otra persona entregaba hasta siete papeletas de voto sin que nadie le pidiese reconocimiento alguno. “Ya podéis ir espabilando, sacando vuestros bienes de España, y aun así iros haciendo a la idea de que vuestra libertad e individualidad está en serio peligro”, remata. 

No obstante, cabe señalar que la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, que se encarga de regular el procedimiento a seguir para ejercer el voto por correo, indica que el elector debe solicitar personalmente y proceder a su identificación cuando solicite y recoja el voto, pero no hace referencia expresa al respecto en el caso de depositarlo.

De hecho, para votar no sólo basta con meter la papeleta en el sobre. Es obligatorio incluir el certificado de inscripción en el censo electoral que, en el caso del voto por correo, se incluye entre la documentación remitida por la Junta Electoral correspondiente y para cuya recepción sí es obligatorio presentar el documento nacional de identidad. Por lo tanto, las posibilidades de fraude serían mínimas.

Polémica en los justificantes de pago

La Junta Electoral Provincial de Madrid ha ordenado a Correos que "adopte medidas que eviten que se sigan emitiendo justificantes de pago que recojan erróneamente referencias a "votos emitidos" y "que haga pública una nota de prensa explicativa del error acontecido para conocimiento de todos los usuarios y votantes". El acuerdo llega después de que el partido de Isabel Díaz Ayuso elevara esta semana un escrito a la Junta por "la inquietud sobre el voto" por correo.

Las alarmas saltaban hace unos días como consecuencia de la publicación de fotos de recibos en los que se atribuyen “votos emitidos” a personas que han utilizado los servicios de la empresa postal para enviar un paquete o una carta, pero no para participar en estos comicios, según han denunciado algunos usuarios.

La compañía pública ha salido al paso con una respuesta a través de redes sociales en la que reconocen la veracidad de las imágenes, aunque afirman que estos "errores" no tienen influencia en el proceso de voto por correo del votante al que correspondería realmente el justificante de pago ni suponen su asignación a un votante distinto.

"Como algunos usuarios habéis indicado, la explicación es sencilla, al no imprimirse el ticket en la admisión del voto electoral, la operación se ha vinculado al siguiente usuario", fue uno de los primeros mensajes que publicó en su perfil de Twitter, al que siguieron otros similares.

Desde Correos niegan, por tanto, la existencia de ningún tipo de fraude en el voto a distancia.