Este viernes está previsto que se inaugure en Soria un nuevo centro penitenciario, cuyo principal objetivo es dar respuesta a las necesidades que, desde un tiempo a esta parte, se venían observando. No obstante, su puesta en marcha no está exenta de polémica.

“A fecha de hoy, todavía no tenemos información acerca de cuándo y cómo va a ser la apertura de la nueva cárcel”, lamentaban este miércoles en en un comunicado conjunto las organizaciones Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y Acaip/UGT. Ambas quieren saber si será reclasificada, ya que actualmente, según afirman, la clasificación del centro penitenciario de Soria es 2.1, sin embargo, "la realidad, circunstancias, capacidad y configuración del nuevo edificio exigen una reclasificación 1.1, con la que se pueda dar respuesta a las nuevas necesidades surgidas".

En este sentido, para ambos sindicatos es preciso tener en cuenta aspectos como el aumento de unidades de servicio, consecuencia del mayor número de módulos, dependencias y departamentos; o el incremento del volumen de gestión a nivel burocrático, regimental y de intervención tratamental, derivados del aumento de la población reclusa. De hecho, la capacidad del nuevo centro es de 1.366 internos, frente a las 271 plazas de la actual prisión. 

Joaquín Leiva, portavoz de ACAIP, indica a elcierredigital.com que sus reivindicaciones no se dirigen únicamente a este centro sino que es una petición general. Leiva explica que la clasificación de las cárceles es de los años 90 y está obsoleta, y añade: “Si ya de por sí consideramos que a nivel general está desfasada, en este caso en concreto que pasamos de una prisión teóricamente más pequeña a una más grande, donde en principio sí habrá departamentos especiales que alberguen a internos más peligrosos, pues evidentemente es necesario que la prisión tenga la clasificación de aquellas que tienen las mismas características”.

La nueva cárcel de Soria

Los dos sindicatos también han asegurado no tener conocimiento de cómo va a quedar dimensionada la relación de puestos de trabajo del nuevo centro. Desconocen los profesionales que se destinarán y cómo se van a cubrir las plazas. “Todo esto, evidentemente, es importante tenerlo en cuenta para ver en qué condiciones se va a trabajar. Si esta prisión se hace para modernizar las instalaciones y los internos tengan un mejor espacio, esto debe ir acompañado por el personal necesario para cubrir estas nuevas necesidades”, defiende Joaquín Leiva.

Asimismo, alega que los servicios dados en la antigua prisión no pueden extrapolarse a la nueva, porque se trata de un espacio y una edificación diferente surgida de una necesidad. En este sentido, el portavoz de ACAIP indica que “lo que no podemos es tener un jarrón bonito, pero para no llenarlo. Si la intención de la administración es dotar de esas mejoras, hay que dotarlo en todos los sentidos, medios materiales, humanos y, sobre todo, los trabajadores tendremos que saber en qué condiciones y que es lo que se espera de nosotros en esta nueva prisión”.

La nueva prisión de Soria, al igual que la mayoría de centros penitenciarios, se encuentra lejos del núcleo urbano de la ciudad y por eso los sindicatos recuerdan la importancia de dotar a los trabajadores de un transporte público para no depender del vehículo propio en todas las ocasiones. Así lo expresa Leiva: “La mayoría de los centros penitenciarios tienen este servicio que sale de los núcleos principales de población a la prisión en concreto. Es necesario dotar de este medio de transporte para aquellos que no tengan la disponibilidad de usar su medio privado”.