La Euroliga, la máxima competición del baloncesto europeo, pierde en España a uno de los patrocinadores principales a nivel regional, la casa de apuestas Bwin. La nueva regulación puesta en marcha sobre publicidad en el juego obliga a no continuar con el acuerdo, vigente desde hace muchos años, para la temporada 2021-22.

Este abandono “forzoso” obligará, tal y como han señalado fuentes de la Euroliga a Palco21, a un cambio estratégico importante, más si tenemos en cuenta la gran dependencia de la Euroliga de lo que aportan los patrocinadores, tanto a nivel global como regional. Un reto aún más importante, si tenemos en cuenta el difícil año 2020, en el que ni siquiera se pudo finalizar la competición 2019-2020.

Buscar nuevas líneas de negocio

El Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades del juego establece que la publicidad audiovisual deberá ser transmitida de 1 a 5 de la mañana, lo que acota considerablemente el horario en el que las casas de apuestas pueden promocionarse, extendiéndose esta medida a los eventos deportivos, lo que limita las posibilidades de patrocinio de Bwin y del resto de casas de apuestas.

Jordi Bertomeu, máximo responsable de la Euroliga


Por este motivo, no se trata ya de cambiar un patrocinador de apuestas por otro de la misma categoría, sino de implementar un giro estratégico para buscar otros patrocinadores regionales o locales que acompañen a los ya existentes para España como son actualmente Endesa, muy vinculada con el baloncesto junto a su matriz Enel, o la empresa estadounidense Óscar Mayer.

Jordi Bertomeu, máximo responsable de la Euroliga. 

Euroliga cuenta con 38 patrocinadores. Seis de ellos, de la categoría premium, aportan el 70% de los ingresos por patrocinio, la siguiente categoría, la de los global partners, el 25% y los regional partners, el 5% restante. La Euroliga pretende aumentar los patrocinadores Premium hasta ocho y los locales hasta un máximo de cuatro.

En este contexto la respuesta parece ir encaminada a segmentar, lo que permite aumentar no solo el valor añadido de una marca muy conocida en muchos países, sino también a aumentar el potencial de patrocinio. Todo ello en los mercados más maduros como pueden ser además de España, Grecia o Turquía. Pero también existe un potencial de crecimiento importante en otros, donde el baloncesto no tenía un peso tan importante y su crecimiento e interés -al ritmo de una mayor participación de equipos locales- abre nuevas expectativas, como es Francia o Alemania.