Aún después de una semana del comunicado oficial del FC Barcelona en el que se confirmaba la salida de Lionel Messi, siguen produciéndose consecuencias negativas. Laporta, en la rueda de prensa oficial sobre la salida del jugador, defendía la decisión tomada por razón de la situación económica del club. Sin embargo, la marcha del argentino ha acrecentado durante estos días la crisis económica de los azulgranas.

La última de las consecuencias del fichaje de Leo Messi por el Paris Saint Germain ha sido el descenso en el interés del aficionado culé por ver al equipo. Muchos abonados compraban sus entradas anuales para poder disfrutar del desempeño futbolístico del mejor jugador del mundo. Los fichajes del Barcelona, algunos aún sin inscribir, y el resto de la plantilla actual no despiertan la misma ilusión a los aficionados. El primer partido de La Liga será una muestra de ello. El 40% de los socios del Barça no han reclamado su entrada asignada pese a la cantidad de meses sin poder ver fútbol en las gradas.

Las camisetas de Leo Messi han sido retiradas de la tienda y devueltas a Nike

La salida de Messi también ahondará en el agujero económico del club en cuanto a la venta de camisetas. La que portaba el 10 del Barcelona era la escogida por el 80% de los aficionados que acudían a tiendas oficiales del equipo o de Nike para comprar la equipación.

Entre todos los futbolistas del equipo de Ronald Koeman para esta temporada es difícil encontrar una figura que sea capaz de provocar tanta venta. La llegada de Memphis Depay, procedente del Lyon, parece que ilusiona y algunos prevén que evitará una caída mayor del 30% en el apartado comercial de la entidad. El nuevo fichaje holandés, que portará el 9 nueve a la espalda, intentará que los ingresos por la venta de camisetas se acerquen lo más posible a los 20 y 30 millones que generaba Messi.

El club ahora se enfrenta a la obligación de devolver a Nike las camisetas ya personalizadas con el 10 de Messi. No obstante, las devoluciones no se prevé que sean muchas puesto que las camisetas llegan sin personalizar a los puestos de venta. Eso sí, la suma de las devoluciones más la disminución en la venta supone un golpe económico para la entidad blaugrana.