El abolicionismo enfermo y manipulador ha tomado un lugar destacado en el panorama feminista actual. Incapaz de entablar un diálogo constructivo y renuente a conocer la realidad, este abolicionismo “feminista” se ha transformado en un movimiento sectario, carente de libertad y equidad.

Cada vez más alejado de los principios del feminismo, este enfoque radical se ha vuelto amenazante y delictivo, generando división en lugar de unidad. A pesar de su insistencia, la mayoría de las mujeres en este país no apoyan este feminismo extremo, como se puede observar en las manifestaciones en redes sociales o en conversaciones con familiares y amigos.

Es imperativo que el feminismo retome sus raíces de lucha por la igualdad y la libertad de las mujeres, rechazando el abolicionismo sectario que tanto daño está causando. Es necesario construir puentes y buscar soluciones que beneficien a todas las mujeres, en lugar de fomentar divisiones y discordia en la sociedad.

Abolir el feminismo abolicionista

Durante meses, hemos sido testigos de cómo el odio se ha ido creando y propagando a través de las redes sociales. Sin embargo, en estas últimas semanas, esta tendencia ha tomado un giro aún más radical y agresivo.

Los trabajadores sexuales y todo el sector relacionado han comenzado a alzar la voz de manera más contundente, argumentando que la prostitución no puede ser abolida. A pesar de esto, las llamadas "feministas" abolicionistas se han vuelto cada vez más agresivas en sus posturas, llegando incluso a amenazar, insultar y bloquear a quienes defienden el derecho a trabajar en este sector.

Es lamentable ver cómo estas personas se niegan a escuchar la opinión de las mujeres prostitutas, quienes están clamando por el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su forma de trabajo. Y es que  estas "feministas" no reflexionan ni  se abren al diálogo, escuchando a todas las voces involucradas en este debate y respetando la autonomía de las mujeres que eligen ejercer la prostitución. ¡Sí queremos trabajar es nuestro derecho decidir lo que queremos y debe ser respetado!

Esta semana he sido testigo de una triste realidad: más personas han sido víctimas por el abolicionismo que por la explotación sexual. Estos individuos sólo quieren que las prostitutas desaparezcan, no por un genuino interés en protegerlas, sino porque desean derribar, silenciar e invisibilizar a estas mujeres.

Las humillaciones, insultos y amenazas que estas mujeres han sufrido han sido desgarradoras. Incluso yo misma he sido insultada y amenazada en redes sociales por defender la prostitución. Y es que, al expresar la opinión de que los discapacitados también tienen necesidades sexuales, he sido atacada por un colectivo 'nazi' que me insultó por mensaje privado y finalmente me amenazó de muerte.

Es indignante ver cómo la intolerancia y el odio se manifiestan en la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales. Hay que alzar más la voz y denunciar estas injusticias, pues nadie debería ser atacado o amenazado por expresar una opinión o defender a quienes lo necesitan. Debemos luchar juntos para proteger, en lugar de tratar de silenciar o borrar su existencia.

Me tuve que presentar en el juzgado esta semana y poner, obviamente, una denuncia por agresiones verbales y amenazas por redes. No toleraremos estos comportamientos y no, ¡no pasamos ni una más!

En la actualidad, la situación de las trabajadoras sexuales en España es alarmante por la presión de estas” feministas” abolicionistas. Esta semana otra trabajadora sexual, que vive en su propia vivienda, ha sido víctima de violencia verbal y destrozos en su casa. A pesar de que esta persona denunció los hechos, los responsables no fueron detenidos. Incluso, la situación empeoró cuando la víctima decidió contar su historia en un programa de televisión, donde en lugar de recibir apoyo, fue cuestionada y juzgada por si se estaban cometiendo estas agresiones por su posible forma de vestir. A lo que esta respondió que vestía como todas las personas

Es injusto que, en lugar de brindar apoyo y solidaridad a estas mujeres que sufren día a día, los insultos, faltas de respeto de estas llamadas “feministas” abolicionistas, los medios de comunicación intentan culpabilizarlas. Es una vergüenza que en lugar de poner el foco en la violencia y la discriminación que sufren, se hable de la forma de vestir de las víctimas como si eso justificara la violencia recibida.

La prensa y la sociedad en general deben reflexionar y tomar conciencia de la grave situación que enfrentan las trabajadoras sexuales en nuestro país. Porque desde luego una abolición es la forma más directa de que estas personas sufran violencia. Es inaceptable que se les nieguen sus derechos y se las deje desamparadas, desprotegidas, con  discriminación. España, un país que debería ser ejemplo de inclusión y respeto, se está convirtiendo en un lugar lleno de odio y de injusticia. Es urgente que se empiece a dar voz a este colectivo y se dé el apoyo y la protección que merecen.

Pero, qué le pasa a la  ministra de Igualdad, la mayoría de españoles en encuestas lo dicen bien claro: preferimos que estas personas estén reguladas y tengan sus derechos, esos derechos que les están negando y privando de poder defenderse. Este es el feminismo que están subvencionando y alzando la voz, un feminismo peor que el machismo de la época franquista. Tanto critican la dictadura y son peores que ella, son la mayor lacra y enemigos que se han encontrado las mujeres de este país.

En lugar de estar enfocando todos los esfuerzos en abolir la prostitución, deberíamos estar poniendo nuestra atención en ayudar a estas personas. Deberíamos estar persiguiendo y castigando a los verdaderos delincuentes, como los violadores y los padres que abusan de sus hijos, con penas más altas.

¿Acaso este conflicto de la prostitución está tapando los problemas reales de España y desviando la atención de los verdaderos problemas?

La ONU, Amnistía, Human Rights y la Unión Europea entre otros, coinciden en que la abolición de la prostitución conlleva precariedad, inseguridad y violación de los derechos humanos de estas personas. Sin embargo, el PSOE parece hacer caso omiso a todos estos informes. Es hora de que escuchemos a las organizaciones internacionales, al colectivo perjudicado y enfoquemos nuestros esfuerzos en ayudar a estas personas en lugar de simplemente querer abolir la prostitución. 

Hay que pedir  la dimisión de la ministra de igualdad, Ana Redondo, por faltar el respeto al colectivo de la prostitución y por no saber defender a las mujeres y crear un feminismo odioso.

En estos días, las palabras ofensivas dirigidas hacia las mujeres trabajadoras sexuales por parte de supuestas "feministas" son simplemente repugnantes. En lugar de expresar empatía y solidaridad hacia estas mujeres que luchan por sus derechos laborales, se les dice que vayan a limpiar baños, que abandonen el país, que limpien sus propias casas o incluso que limpien traseros, sugiriendo que es una labor más digna que la que realizan.

Se les tacha de locas, se les considera víctimas sin capacidad de decisión propia y se les menosprecia su valía como personas al afirmar que su dignidad no tiene precio, argumentando que vale más que los 20 euros por hora que ganan en su trabajo. Además, se les insulta llamándolas "putitas baratas" y se les bloquea en redes sociales cuando intentan defenderse de estas agresiones verbales.

Es alarmante la falta de compasión y respeto hacia estas mujeres que, al igual que cualquier otra trabajadora, merecen ser escuchadas, respetadas y apoyadas en su lucha por conseguir condiciones laborales justas y dignas. El feminismo debe ser inclusivo y solidario con todas las mujeres, independientemente de su ocupación o situación económica. 

Actualmente, cada vez más frecuente se están llevando a cabo campañas de odio hacia el colectivo de trabajadoras sexuales, y esta situación se está volviendo cada vez más insoportable. Mientras tanto, este gobierno autoproclamado como "feminista" no está haciendo nada al respecto, no está brindando atención a las víctimas del abolicionismo, a esas mujeres que se ganan la vida de forma honesta vendiendo relaciones sexuales y que no causan daño a nadie.

Este gobierno, que supuestamente defiende los derechos de las mujeres, está fomentando el odio hacia la prostitución sin considerar las consecuencias de sus actos. El abolicionismo criminaliza a estas mujeres, las empuja hacia la delincuencia y debería ser prohibido. Deberíamos abolir el abolicionismo feminista.

Este Gobierno como las asociaciones que dicen querer ayudarles, están ofreciendo datos y estadísticas irreales, manipulando la información para aumentar el número de víctimas y así poder recaudar más dinero. Lanzan campañas basadas en mentiras, haciendo que las personas que no conocen nuestra realidad se sumen al odio sin siquiera haber hablado con una prostituta. Es hora de que se escuche y se respeten los  derechos como trabajadoras sexuales.

En la actualidad, se ha generado una gran controversia en torno a la forma en que se percibe a los hombres clientes. Se les está etiquetando como violadores, lo cual ha generado un ambiente de odio y desconfianza hacia ellos.

Se les está exigiendo a las mujeres que estén alerta y vigilantes en sus propias casas, por si acaso alguno de sus familiares resulta ser cliente.

No se puede estigmatizar a los hombres clientes solo perpetúa el ciclo de odio. ¿Acaso estas mujeres si ven que sus familiares, amigos o vecinos son clientes los llevaran a la  guillotina? No se puede caer en la trampa del odio y la discriminación. Todos merecen ser tratados con respeto y dignidad, independientemente de su género o actividades.

Por todo esto hay que abolir el abolicionismo.