Un teléfono móvil fue la prueba de cargo más importante para acabar con el empresario tinerfeño Evaristo González Reyes en prisión. Asà se deduce de las investigaciones policiales que detectaron cómo el empresario se comunicaba con un sicario y sus ayudantes con un teléfono móvil de seguridad.
La pista inicial la proporcionó la propia vÃctima, el empresario Pedro Carlos MachÃn Quintero, que llevaba consigo el soporte de una tarjeta SIM, el plástico que rodean los chips telefónicos, con la que al parecer se comunicaba con el empresario Evaristo González.
Los especialistas de la PolicÃa Nacional, tras llegar al teléfono de González, fueron tirando de ese débil hilo y finalmente pudieron llegar a las conversaciones de este segundo empresario, tinerfeño, con el sicario que presuntamente habÃa contratado para acabar con MachÃn.
Antes de su asesinato, nadie sabÃa que el fallecido usaba un teléfono móvil, pero cuando la PolicÃa preguntó a su viuda ésta lo encontró en un cajón de su casa y se lo facilitó a la Brigada de Homicidios de la PolicÃa Nacional.
El empresario Evaristo González.
Los agentes lograron averiguar que la titularidad del tercer teléfono secreto de MachÃn pertenecÃa a J.D.S.H, hijo de un colaborador habitual de Evaristo González Reyes. Otras de las lÃneas contratadas por J.D.S.H. se habÃa desactivado a las 19.31 horas del dÃa que fue asesinado MachÃn.
Los investigadores también constataron que el número de teléfono que usaba MachÃn con esta tarjeta de "quita y pon" habÃa realizado 798 llamadas de los 1.198 registros guardados a números relacionados con el entorno de Evaristo González y el propio empresario. A su vez, González Reyes usaba este número acabado en 806, para, presuntamente, contactar con Ernesto Inocencio, detenido y acusado del asesinato de MachÃn.
Pero el hilo siguió creciendo y analizando el teléfono de Inocencio llegaron a los otros colaboradores detenidos, Julio David G.O., conductor del coche donde se trasladó Inocencio, Dámaso AgustÃn R.R. y José Manuel M.B. Estos dos últimos acusados de encubridores.
La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna (Tenerife), Ana Serrano, envió a prisión sin fianza al empresario Evaristo González tras tomarle declaración el 31 de mayo. También decretó prisión para Ernesto Inocencio O.H. como autor de los 11 disparos que acabaron con la vida de MachÃn, Julio David G.O. como conductor del coche que transportó a Ernesto Inocencio hasta el lugar de los hechos y Dámaso AgustÃn R.R. y José Manuel M.B. como encubridores.
Tras la pista de los móviles
El auto, de más de 80 folios, recoge que "desde el terminal de seguridad de Ernesto se registraban contactos directos con teléfonos móviles y fijos usados por Evaristo González en su domicilio y despacho; esto relacionaba de nuevo directamente al sospechoso del asesinato material de la vÃctima con el supuesto autor intelectual".
La PolicÃa de la Brigada de Homicidios de Tenerife, apoyada por compañeros llegados desde Madrid, llegó a la conclusión de que el empresario tinerfeño Evaristo González Reyes inició por razones deconocidas movimientos "destinados a la eliminación de Pedro Carlos MachÃn Quintero". Todo habrÃa comenzado a gestarse en noviembre de 2017, fecha en la que el empresario asesinado comenzó a tener problemas económicos. Para ello, González Reyes, habrÃa usado dos teléfonos móviles, acabados en 249 y 604 para contactar con Ernesto Inocencio.
El coche que usaron los asesinos fue quemado para encubrir huellas.
Pedro Carlos MachÃn Quintero fue asesinado el jueves, 17 de abril de 2018, alrededor de las 22:15 horas, en el parking de la Escuela Oficial de Idiomas de la localidad de San Cristóbal de La Laguna en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, mientras se encontraba en el interior de su vehÃculo , cuando salÃa de las clases de inglés a las que acudÃa de forma periódica.
Los presuntos autores, Ernesto Inocencio y Julio David G.O., permanecÃan esperando en las inmediaciones de la zona hasta que la vÃctima accedió al coche, momento en el que Inocencio se acercó hasta el mismo efectuando varios disparos, hasta un total de once, de los que seis impactaron en la vÃctima y que acabaron con su vida. Luego ambos huyeron en el coche, robado el dÃa antes y conducido por Julio David. El vehÃculo fue encontrado ardiendo a poca distancia, en un intento de eliminar posibles huellas.
Trece meses ha durado la complicada investigación conjunta de agentes de Homicidios de Tenerife y de Madrid. El empresario Evaristo González acompañó a la familia de Carlos MachÃn en su entierro en la isla de El Hierro, de donde era natural.
Investigado en el caso Corredor
Carlos MachÃn era responsable de los locales nocturnos Kapitel y Palco, todos en la localidad tinerfeña de La Laguna y estaba siendo investigado en el llamado caso Corredor, en el que también fue investigado el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, durante su etapa por la alcaldÃa de La Laguna, aunque la investigación quedó archivada en 2015, tras anularse unas conversaciones telefónicas captadas por la PolicÃa.
El caso Corredor afectaba a varios empresarios en una presunta organización criminal destinada a ocultar beneficios y defraudar a la Seguridad Social y que estaba liderada, presuntamente, por el empresario Evaristo González, que habrÃa usado a "hombres de paja" como Carlos MachÃn para llevar a cabo estas presuntas actividades delictivas.
Entrada de el pub Kapitel.
El empresario asesinado formaba parte de una pieza separada del sumario, la pieza 21, en la que se han investigado delitos contra la Seguridad Social, falsificación de documentos dentro de organización o grupo criminal, y estafa.
En el pub Kapitel, regentado por el asesinado, la Inspección de Trabajo detectó en 2011 a nueve trabajadoras que no estaban dadas de alta, pese a que una de ellas cobraba la prestación por desempleo.
Juzgado por seis delitos de estafa
Además, Evaristo González Reyes y varios de sus colaboradores están ahora siendo juzgados por seis delitos de estafa, por los que la FiscalÃa pide 16 años de cárcel para el considerado cabecilla de la trama Corredor por delitos contra la Seguridad Social, falsificación de documentos dentro de organización o grupo criminal, y estafa. Durante la instrucción, tal y como relataba la resolución judicial, se desveló la existencia de una red de 38 empresas controladas por Evaristo González Reyes, por medio de las que habrÃa defraudado una cantidad que, según la PolicÃa Judicial, supera los 4,5 millones de euros.
La creación del entramado empresarial permitió al empresario lagunero "dividir las responsabilidades pecuniarias, utilizando de modo indistinto las entidades", explica la jueza. El modo de proceder consistÃa en no abonar las cuotas de los trabajadores a la Seguridad Social por una supuesta insolvencia, pese a que los negocios eran "productivos", o imputarlas a otras sociedades de la red. El auto judicial acreditaba el uso de la trama para defraudar a terceras personas y adquirir bienes o servicios, que luego no eran abonados, mediante entidades en las que figuraba una "solvencia inexistente".