La anterior salida de prisión de Luciano se produjo el pasado 17 de diciembre, coincidiendo con la detención de su hermano Bernardo por el asesinato de Laura Luelmo. En aquella ocasión disfrutó de una salida de tres días.

Todos los permisos que le han sido concedidos a Luciano han sido en contra del criterio de la Junta de Tratamiento, conformada por los técnicos de Instituciones Penitenciarias, que son juristas, educadores, trabajadores sociales y psicólogos. Es decir, disfrutará de estos nuevos cuatro días porque el juez de Vigilancia Penitenciaria ha estimado el recurso interpuesto por el preso en contra el dictamen de la Junta.

Estos días tendrá que disfrutarlos obligatoriamente en régimen de acompañamiento, es decir, un familiar tendrá que ir a recogerlo a la salida de la cárcel y luego tendrá que ir con él para ingresarlo de nuevo en prisión.

Luciano está en la cárcel por asesinar a María del Carmen Martínez Coronado, de 35 años y madre de dos hijos. El 15 de octubre del año 2000 Luciano entró en un pub de su pueblo, Cortegana, y robó varias tarjetas bancarias, sanitarias y las llaves de una casa, del bolso de una clienta. Cuando la mujer se dio cuenta del robo se dirigió al cuartel de la Guardia Civil para denunciarlo, con tan mala suerte que en el camino se encontró con Luciano, entonces de 32 años, que le recriminó la sustracción. Pero Luciano negó la acusación, aunque la mujer terminó presentando denuncia por robo en el cuartelillo de la Guardia Civil igualmente.

Mientras tanto, Luciano fue a casa de su víctima y se introdujo por una ventana a esperarla. Entonces decidió hacer lo mismo que había hecho su hermano Bernardo, cinco años antes. Luciano sorprendió por la espalda a la mujer y la asesinó acuchillándola en el pecho y el cuello. El asesino huyó, pero fue detenido enseguida.

Luciano Montoya y Ana Aguilera durante su anterior permiso.

Durante su útimo permiso Luciano fue a su casa en Palos, junto a su esposa, Ana Aguilera. También estuvo en el domicilio de su hija mayor, Ana Montoya, en Calaña, aunque su residencia está en Palos donde su mujer tiene un piso alquilado, ya que no puede volver a vivir a Cortegana, donde es propietario de una vivienda en Las Eritas, cerca de su padre, después de los sucesos que protagonizó en el año 2000.

A su vuelta a la prisión de Ocaña Luciano declaró: "Esto es un agobio. No he podido disfrutar del permiso. No he podido salir ni a un bar con mis hijas ni a una terraza ni estar tranquilo. He tenido que estar encerrado". Cuando detuvieron a Bernardo, el día 18, ya no se volvió a ver a Luciano en público, hasta su regreso a prisión el 20 de diciembre por la mañana.

Luciano se quejaba en estas mismas declaraciones a la prensa que su familia había sido acosada y decía que "está saliendo el nombre mío y el de mi gente en las televisiones, fotografías mías, me están perjudicando a mí, a mi familia, a mis nietos, a todos. Mi hermano que lo pague. Si ha sido él, que lo pague y si no lo tienen que dejar salir de prisión en toda la vida que no salga de la cárcel. Yo cometí un error y lo estoy pagando", dijo.