José María Aznar ha celebrado el 25 aniversario de su llegada al poder de la manera más insospechada posible: concediendo una entrevista a Jordi Évole en La Sexta. Posiblemente, la última cadena donde nos esperaríamos encontrar al que fuera primer presidente de la derecha en democracia. 

Hace un cuarto de siglo una multitud enfervorizada rodeaba la sede nacional del Partido Popular en la calle Génova, la misma de la que se quiere deshacer Pablo Casado, para celebrar lo que hace unos años parecía imposible: la llegada de un líder de la formación conservadora al poder. 

Catorce años había costado que en España se produjera alternancia en el poder y aún así, muchos hablaron de una 'amarga victoria' como aquella película de Bette Davis. Claro que, puestos a buscar símiles cinematográficos, Aznar era más 'chaplinesco' y, esa aparente falta de carisma fue lo que más le perjudicó a pesar del desgaste de Felipe González

Cartel electoral del PP para la campaña de 1996.

El líder socialista llevaba casi tres lustros en el poder y acusó un fuerte desgaste. Los escándalos financieros y de corrupción habían minado la imagen tanto del Presidente como del PSOE. Especialmente en la última legislatura (1993-1996), cuando los nombres propios de líderes socialistas copaban la crónica judicial: Luis Roldán, Mariano Rubio, Juan Guerra... Y además, la sospecha sobre la autoría intelectual del GAL y hasta dónde llegaba el conocimiento sobre la existencia de la 'guerra sucia contra ETA' en el Gobierno.  

José María Aznar utilizó de forma inteligente y asertiva todos los escándalos que minaban al PSOE y consiguió lo que unos años antes nadie se imaginaba: convertir su imagen de aburrido y gris funcionario en la de un líder presidenciable. 

Catalán en la intimidad 

Con todo, la victoria no fue tan irrefutable como habrían deseado. En los comicios que tuvieron lugar el 3 de marzo, el Partido Popular obtuvo 9.716.006 de votos y 156 escaños frente a los 9.425.678 y los 141 diputados del PSOE. El principal partido conservador iba a necesitar apoyos para poder acceder al gobierno. 

La multitud que rodeaba el número 13 de la calle Génova celebraba y gritaba "Pujol, enano, habla castellano". Uno de los caballos de batalla de Aznar durante la campaña fue criticar los pactos de Felipe González en 1993 con CiU y PNV. La crítica a los llamados nacionalismos periféricos fue implacable. 

Sin embargo, se impuso la lógica electoral y Aznar se vio obligado a sentarse a negociar con Jordi Pujol y Xavier Arzalluz. Con el primero firmó los pactos del Majestic. El precio a pagar, además de más competencias para la Generalitat catalana, fue descabezar el PP catalán. Alejo Vidal Cuadras, que había conseguido el mejor resultado del partido en suelo catalán hasta el momento, fue descabezado. Vidal Cuadras, hoy en Vox, fue una de las personas especialmente críticas con la política lingüística del 'pujolismo'.

Eran los momentos en los que Aznar hablaba "catalán en la intimidad" y veía como desde el Grupo Prisa se planteaba una solución intermedia: un gobierno de concentración con Alberto Ruiz Gallardón al frente. El político madrileño se dejó querer y Aznar nunca se lo llegaría a perdonar y nunca le pondría al frente de un Ministerio. 

Todos los hombres (y mujeres) del presidente 

Finalmente, en mayo, Aznar y Ana Botella se convirtieron en inquilinos de La Moncloa. Ana, vestida de verde, paseó por los jardines de la residencia presidencial, junto al hombre con el que se casó en 1976, ante las cámaras.  

El primer gabinete de Aznar estaría más marcado por los deseos que por las realidades. No desclasificó los conocidos como 'Papeles del CESID' y no fue capaz de vengarse del Grupo Prisa como querían algunos de sus cercanos. 

Primer Gobierno de Aznar. 

Su Vicepresidente fue Francisco Álvarez Cascos, una de las voces más críticas con los años del PSOE; Abel Matutes ocupó la cartera de Exteriores; Interior fue para Jaime Mayor Oreja y Administraciones Públicas para Mariano Rajoy. Los hombres fuertes del Ejecutivo. 

También fue, hasta esa fecha, el Gobierno con más mujeres: Margarita Mariscal de Gante se puso al frente de Justicia, Isabel Tocino tomó la cartera de un Ministerio de nueva creación, el de Medio Ambiente, mientras Loyola de Palacio pasaba a Agricultura y Pesca y Esperanza Aguirre tomó Educación y Cultura.  Contra la sorpresa de todos, sería ésta última la que más larga carrera política tendría a pesar de, en esos momentos, ser la menos mediática.