La Guardia Civil detuvo el pasado 5 de agosto en Benavente (Zamora) y Cullera (Valencia) a dos hombres que estaban implicados en la “mayor estructura yihadista conocida en España” en el ámbito de la captación de jóvenes y menores de edad a través de la difusión en redes sociales de contenidos del Dáesh que ellos mismos traducían al español.

Ejemplo de perfil de Dáesh en redes sociales

Tal y como informaron los cuerpos de seguridad del Estado, los detenidos, de nombre Salim H.S. y Hugo C.M., fueron puestos a disposición de la jueza de la Audiencia Nacional en funciones de guardia, María Tardón, que decretó su entrada en prisión provisional a petición de la Fiscalía por presuntos delitos de integración en organización terrorista, adoctrinamiento activo y captación de jóvenes y menores de edad.

La operación se desarrolló conjuntamente entre el Servicio de Información de la Guardia Civil y la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGST) marroquí, bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción 6, el Juzgado Central de Instrucción 3 (en funciones de Guardia) y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, según informó la Guardia Civil en una nota de prensa.

Incluido en el marco de las labores de detección temprana de potenciales amenazas de índole terrorista a la Seguridad Nacional, el Servicio de Información de la Guardia Civil inició en 2022 la investigación sobre dos personas que, si bien estaban ubicadas en provincias diferentes, actuaban de forma coordinada en el ámbito virtual para captar y adoctrinar en los postulados del terrorismo yihadista a otros usuarios de redes sociales.

El 'modus operandi'

Ambos detenidos elaboraban y divulgaban de manera pública contenido terrorista que les permitía identificar y seleccionar a aquellos usuarios inclinados a la radicalización. Posteriormente, estos pasaban a formar parte de un grupo privado, administrado por los dos detenidos, en el que se ha identificado a decenas de usuarios en toda España, procedentes de más de diez provincias.

También se logró establecer relación entre la actividad virtual de los detenidos y las pintadas en vías públicas en la que estos exponían los lemas de la organización terrorista Dáesh tales como “DAWLAT AL ISLAM BAQUIYAH”, cuyo significado es “Estado Islámico permanece y se expande”. Los investigados focalizaron sus actividades de adoctrinamiento terrorista mayoritariamente en jóvenes de 18 años y menores de edad, lo que, según la Guardia Civil, indica una clara voluntad de alcanzar a un público especialmente vulnerable a los procesos de radicalización.

Integrantes de Dáesh (Estado Islámico)

Con ese objetivo emplearon una estrategia “multiplataforma”, basada en un uso combinado de las principales redes sociales usadas en ese rango de edad. De este modo, los usuarios presentes en el grupo privado, que era administrado por ambos detenidos, han sido receptores de contenidos audiovisuales, así como mensajes y consignas idóneas para captar y radicalizar nuevos adeptos a la causa terrorista.

Los investigados llevaron a cabo la edición propia y la traducción de contenidos originales en otros idiomas del ámbito mediático de la organización terrorista Dáesh al español, lo que indica una clara intención de llegar a la comunidad joven hispanohablante, facilitando el acceso a contenidos terroristas.

Integrantes de Dáesh (Estado Islámico)

La actuación sobre las potenciales víctimas que han podido ser identificadas se ha diseñado contando con la participación de personal especialista en la atención e intervención con víctimas menores de edad en un contexto de vulnerabilidad. Para el éxito de la operación, desarrollada desde mediados de 2022 por el Servicio de Información de la Guardia Civil, ha resultado fundamental la colaboración de la DGST de Marruecos, lo que pone de manifiesto la importancia de la cooperación internacional entre Servicios antiterroristas para poder hacer frente a esta amenaza.

El reclutamiento en redes llega a Alemania

En Alemania también se sigue de cerca la radicalización de la juventud a través de grupos de captación distribuidos por diferentes redes sociales, en el país germano abundan este tipo de grupos, pero el que más revuelo ha generado últimamente es el de la Comunidad Kurkan

La Oficina para la Protección de la Constitución mantiene a la organización bajo vigilancia. Con unos 400 miembros activos en Alemania, promociona el velo completo y prohíbe a las mujeres salir a la calle sin compañía de un hombre. Permite la poligamia y castiga la homosexualidad en tribunales paralelos y ajenos a la justicia local. Prohíbe y condena la participación en elecciones democráticas, según han desvelado diversos medios de comunicación. 

Miembros de la Comunidad Kurkan

Según relatan medios de comunicación alemanes, los jóvenes tardan en darse cuenta de que se encuentran ante mensajes anticonstitucionales. La brevedad del formato no permite mucha reflexión y a menudo se trata de vídeos cortos en idiomas que los jóvenes hablan en sus casas pero desconocidas para la mayoría.

Para las autoridades alemanas resulta difícil seguir la presencia propagandística del islamismo radical en las redes sociales, porque a menudo se trata de productos audiovisuales fabricados en el extranjero y porque la línea divisoria entre la apología del delito y la libertad religiosa y de expresión es difícil de trazar en algunos casos. El acceso a los contenidos radicales, además, suele ser muy gradual.

Los jóvenes alemanes comienzan siguiendo cuentas como las de Ayat Alam, nacida en Bhilai, Chhattisgarh, y que se mudó a Nueva Delhi con su familia a los pocos años. Apenas ha empezado el colegio y es una influencer global que difunde las enseñanzas islámicas desde los cuatro años. La siguen alrededor de 650 millones de personas en todo el mundo.