Manuel Pastrana nació en Robledo (Albacete) en 1948 y consiguió convertirse en el doble espía perfecto. Siendo agente de la Guardia Civil durante dos años se infiltró en ETA. A la banda terrorista, a su vez, le hizo creer que se había infiltrado en la Guardia Civil. Un trabajo peligroso que fue crucial en la modernización de la lucha antiterrorista en España. 

"Cuando él llegó, los servicios secretos españoles estaban completamente despistados respecto a ETA. No conocían bien su entorno y él consiguió obtener información muy valiosa", asegura el periodista Joaquín Vidal a Elcierredigital.com. Vidal publicó en 2018 las memorias de este controvertido agente, bajo el título Pastrana. En el nombre de la guerra sucia (La Esfera de los Libros). En este libro, Manuel Pastrana aseguraba que los GAL (Grupos Antiterrorista de Liberación) no habrían sido creados bajo los gobiernos del PSOE de Felipe González sino en los años de la UCD (Unión de Centro Democrático) en el poder. "Cuando los socialistas llegan, ya llevaban siete u ocho años funcionando", afirmaba Pastrana. 

Portada del  libro. 

Pastrana consiguió infiltrarse en ETA a través del conocido bar Faisán de Irún. A través de un matrimonio afín al mundo etarra consiguió hacerse amigo de Joseba Imanol Elosua dueño del citado local y hombre cercano a la banda armada. Fueron unos años en los que Pastrana llegó a conseguir cosas que unos años antes eran impensables, como convencer a un etarra a cambio de dinero para que ser convirtiera en confidente. 

Su figura y sus prácticas han sido reflejadas en el podcast GAL: El triángulo, producido por Podimo y narrado por el periodista de investigación Antonio Rubio, en el que se detalla la trayectoria de Manuel Pastrana en la lucha antiterrorista como puede comprobarse en este enlace. 

Sin embargo, en la vida de Pastrana también hubo sombras que pusieron en cuestión su hoja de servicios. Sin duda la peor fue su intervención en el intento de Golpe de Estado del 23-F. En su libro de memorias recordaba cómo visitó el Congreso de los Diputados el día antes del asalto para tantear el terreno. Lo cierto es que, según sus declaraciones, guardaba un buen recuerdo de Antonio Tejero y no se recataba a la hora de afirmar que el organizador de todo fue José Luis Cortina y que "detrás estaba Zarzuela". 

Manuel Pastrana y Joaquín Vidal. 

Se jubiló después de 36 años de servicio, doce de los cuales estuvo centrado en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, tras la retirada vivió unos años de relativo ostracismo. "No estaba reivindicado. El final de su carrera no es acorde a la de alguien que luchó tanto contra el terrorismo. Con todos mis respetos, era como si se hubiera jubilado un guardia de tráfico y no es lo mismo", afirma Joaquín Vidal a Elcierredigital.com. "Accedió a escribir el libro en parte para reivindicarse y mucha gente no lo entendió. Para un general o coronel son más fáciles ciertas situaciones. Él era sargento y estaba más expuesto, por eso le dolía que no se le recordase como el consideraba que se merecía", puntualiza.