El conflicto social que se vive en Cataluña debido a la okupación de viviendas copa los titulares todos los días en la prensa catalana. El número de propietarios que ha contratado alarmas en sus casas durante el último año ha subido un 50% ante las altas tasas de okupación.

La ausencia de medidas efectivas por parte del gobierno de la Generalitat y el apoyo por parte de grupos antisistema como Arrán, hacen que el escenario sea complicado de gestionar.

A esto, hay que sumarle la presión y actividad de las mafias. Sabiendo que los propietarios están desesperados, algunos ven una solución accediendo al chantaje. Para ello pagan una especie rescate en el que por un precio “razonable” consiguen echar al okupa y recuperan su morada.