Algunas actuaciones vandálicas cometidas en los últimos días por los menores del centro de Son Roqueta han terminado por provocar la reacción de los vecinos de esta localidad mallorquina. Los jóvenes han protagonizado en las últimas fechas una pelea a cuchilladas con la aparición necesaria de los antidisturbios de la Policía Nacional, un intento de agresión sexual a una de sus monitoras y una agresión a uno de sus traductores. Este último había sido amenazado de muerte por los jóvenes.

La mayoría de los internos provienen de Argelia y rondan los 16 y 17 años. Pero estos no son los únicos delitos que han provocado la imputación de alguno de los menores. Su práctica violenta en los robos también ha sido causa de detención policial. Según las autoridades, los menores van a la playa, roban a los turistas y posteriormente son trasladados a la Fiscalía de Menores, donde no permanecen ni 24 horas. Todos los delitos se resuelven con la devolución al centro y el reconocimiento de los jóvenes de su intención a salir nuevamente a la calle.

El día a día para los vecinos de la barriada donde se ubica el centro no es fácil. Los menores demuestran agresividad tanto física como sexual en sus actos provocando el temor de los vecinos. Tanta llega a ser la conflictividad que una comunidad gitana decidió no rehuir un enfrentamiento contra ellos con el fin de pararles los pies. Dos de los menores más conflictivos se fueron del centro a causa de esta pelea.

Imagen de algunos menores en las ventanas del centro Norai de San Roqueta

Algunos vecinos cuentan que no sólo sufren robos o ataques de diferente índole sino que diariamente son amenazados. Y que el estado en que se encuentran los menores a causa del consumo de alcohol y hachís les transmite aún más inseguridad. Algunos han intentado contactar con el Obispado de Mallorca y las religiosas propietarias del centro para comentarles la situación con la intención de que lleven a cabo medidas.

Para la mayoría de vecinos, los robos, abusos sexuales, peleas y actos vandálicos son motivo suficiente para trasladar el centro de menores Norai fuera del barrio de Son Roqueta. Aseguran que las acciones de los vecinos terminarán cuando se consiga el objetivo. Para ello recogerán firmas, llamarán a televisiones nacionales, estarán en los diarios y denunciarán a las instituciones. Este es el plan de unos ciudadanos cansados y temerosos de lo que les pueda pasar.