Vox, con su capacidad para redirigir los debates en la política, ahora toma la antorcha de la Memoria Histórica para un juego que ya era conocido por el centro derecha en los setenta: la tabla rasa entre el franquismo y la II República. Es decir, algo así, como decir: “nosotros aceptamos que la dictadura fue mala si vosotros admitís que la República fue un caos”. El contexto en el que este debate tramposo vuelve es la decisión del Ayuntamiento de Madrid de retirar las calles dedicadas a dos dirigentes socialistas claves en este periodo, Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.

Esto ha llevado a cabo gracias al apoyo de PP y Ciudadanos, colaboradores necesarios, a una iniciativa que fue presentada por Javier Ortega Smith en pleno municipal haciendo uso de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que tantas críticas recibió por parte del Partido Popular en su momento. Votaron en contra PSOE y Más Madrid.

Así, se retirará la calle Francisco Largo Caballero en el distrito de Ciudad Lineal y su placa en Chamberí y el bulevar de Indalecio Prieto, que se localiza en Vicálvaro, presentes en el callejero desde tiempos de Tierno Galván. Además, instan que el Gobierno de España retire las estatuas de Nuevos Ministerios.

Javier Ortega Smith. 

El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, aseguró que “personajes siniestros de nuestra historia no deben formar parte de los nombres de las calles y las plazas”. “No es revisionismo, es acabar con la mentira histórica”, puntualizó antes de comprobar que Santiago Abascal, en plena guerra contra él (tal y como desveló Elcierredigital.com) le desdecía este pasado viernes en Es Radio por ejecutar las políticas utilizadas por el centro-izquierda.

Guerra por el poder

Abascal ha querido hacer visible su creciente distanciamiento con Javier Ortega Smith, que compatibiliza su puesto como diputado del Congreso con el de portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid. 

Ortega Smith se congratulaba por haber recibido el apoyo de PP y Ciudadanos y afirmaba que no le gustan los homenajes a "personajes siniestros". Pero Abascal en Es Radio dejó clara su postura. 

"A mí esto es algo que no me gusta. Creo que quien ha formado parte de la historia de España debe formar parte del callejero de las ciudades españolas", aseguró el líder de Vox en el programa 'Es la mañana'. 

Ciudadanos apoyó la propuesta

La edil madrileña de Ciudadanos Sofía Miranda defendió de forma sorprendente para un partido que se dice liberal que la “ley es igual para todos”, para “los criminales de un lado y de otro”, equiparando los actos de un régimen democrático como la II República con una dictadura como la de Franco y ha pidió “lo peligroso de reescribir la historia a base de legislación e ideología”. 

“La Guerra Civil no fue un enfrentamiento de buenos contra malos, ni de pacíficos demócratas contra pacíficos sanguinarios, fue un fracaso colectivo”, agregó para, acto seguido, imputar de forma torpe a Largo Caballero la “matanza de Paracuellos” o complicidad con las checas.

El PP tampoco perdió comba y el edil Borja Fanjul aseguró que quien rompió el consenso fue Ahora Madrid modificando 52 calles, algo que no hizo “alguien tan sospechoso como Tierno Galván” que les devolvió su nombre a 27 vías y defendió que el PP no hace política con la Historia, sino que da cumplimiento a la ley, al contrario que el PSOE “con el macabro espectáculo del Valle de los Caídos”.

El Lenin español

Lo irónico de todo es que esta decisión iguala postmortem a dos enemigos irreconciliables como fueron Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto que tenían dos formas absolutamente distintas de interpretar hacia dónde tenía que ir ideológicamente el PSOE.

Francisco Largo Caballero nació en el madrileño barrio de Chamartín el 15 de octubre de 1869. Estudió con los Padres Escolapios. Sin embargo, pronto tuvo que ponerse a trabajar como albañil dada la difícil situación de su familia. En 1890 se unió a una de las Sociedades de Trabajadores que eran los procedentes de los futuros sindicatos y que poco a poco fueron tomando posturas marxistas para reivindicar el papel del obrero en plena revolución industrial.

Poco a poco, Largo Caballero se fue politizando más y participó en la creación de UGT y se acercó al PSOE. De la formación sindical Unión General de Trabajadores llegó a ser tesorero y Secretario General y del partido político llegó a presidir la Federación Socialista Madrileña y a ser vicepresidente del Comité Nacional. En 1920 se culminó la unión oficial entre UGT y el PSOE.

Tres años después, al iniciarse la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Largo Caballero, como el PSOE en general, optó por una postura colaboracionista llegando a ser miembro del Consejo de Estado. Al proclamarse la II República fue nombrado Ministro de Trabajo en el Gobierno provisional hasta septiembre de 1933. Bajo su mandado se aprobaron leyes como la del Contrato Laboral o la del Jurado Mixto.

Poco a poco sus posiciones dentro del PSOE se fueron haciendo más radicales. El consideraba que la formación debía unirse a los sindicatos y los partidos más a la izquierda mientras que Indalecio Prieto estaba más cercado la izquierda burguesa. Su ruptura fue escenificada en 1935, meses después de los sucesos de octubre del 34.

Indalecio Prieto. 

En septiembre de 1936, Manuel Azaña le pide que forme gobierno. Durante su mandato crea el Ejército Popular, mezclando militares con voluntarios. Por otro lado, favoreció la llegada de 40.000 voluntarios para formar las llamadas Brigadas Internacionales. Sin embargo, a la influencia soviética empezó a dominar el bando republicano y a la larga esto supondría su salida del Ejecutivo en mayo de 1937.  Su radicalismo hizo que fuera denominado 'el Lenin español' y que el propio Josef Stalin presionara para que saliera del gobierno. Fue sustituido por Juan Negrín.

Antes de acabar la contienda se trasladó a Francia y fue capturado por los colaboracionistas. Tras pasar por varias prisiones francesas fue trasladado a Alemania por la Gestapo. El Gobierno de Franco lo reclamó varias veces. Largo Caballero sobrevivió a la II Guerra Mundial, pero por poco tiempo. Durante sus cautiverios tuvo varios problemas de salud. Entre ellos circulatorios que hicieron que se le tuviera que amputar parte de la pierna izquierda. Finalmente falleció el 23 de marzo de 1946. Sus restos mortales volvieron a Madrid en 1978, tras 32 años enterrado en París.