Los establecimientos inspeccionados, dos de ellos gestionadas por la misma persona,  no contaban con autorización para la venta, almacenamiento y distribución de alimentos congelados y refrigerados ni con la inscripción en el Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos.

Los agentes de SEPRONA en conjunto con los inspectores del Servicio provincial de sanidad de esta provincia realizaron un reconocimiento del interior de ambas naves, donde se encontraron varios arcones y refrigeradores que contenían productos alimentarios, donde no habían equipos de dispositivos de frío adecuados que permitiesen el registro de temperatura a intervalos continuos de manera que garantizasen la  conservación de los productos, incumpliendo de esta forma la normativa vigente.

Además, algunos de los productos ya habían sido cargados en varias furgonetas  y estaban dispuestos para su distribución; vehículos que también carecían de equipos de frío adecuados para su conservación.

Dos toneladas de alimentos no aptos para el consumo humano

Los inspectores de Sanidad verificaron los productos y dictaminaron que no eran aptos para consumo humano ya que no se acreditaban las condiciones en que habían sido conservados los alimentos y que existía un riesgo para la salud pública, por lo que se ordenó su destrucción.

La mercancía encontrada eran en su mayoría alimentos vegetales exóticos, pollo y pescado, y fueron retirados por una empresa gestora de residuos.

Productos encontrados en el registro de las naves industriales

Posteriormente se confeccionaron las correspondientes denuncias y actas administrativas para ser remitidas a la autoridad competente en esta materia.