Cámaras espías, pintalabios con pistola incorporada, máquinas de cifrado de códigos, cuadros con doble fondo… Todos parecen objetos sacados de una de las películas de James Bond, pero no, se trata de objetos reales creados por la KGB durante la Guerra Fría y que serán subastados el próximo 13 de febrero de 2021 en Los Ángeles.

Más de cuatrocientos objetos creados por la KGB durante la Guerra Fría para espiar a los Estados Unidos serán subastados en las oficinas de Julien’s Auction en Beverly Hills, en Los Ángeles. Los objetos pertenecían a un padre y una hija lituanos, Julios Urbaitis y Agne Urbaitiyte, que han decidido desprenderse de la colección más importante del mundo en este terreno. La decisión la tomaron tras el fracaso del museo que abrieron en Manhattan en 2019 con todos estos materiales que trataban de explicar la Guerra Fría.

Entre los objetos se puede encontrar la bala de apenas unos milímetros que mató a Georgi Markov en 1978. El fallecido sintió como una picadura de un bicho en la pierna, sin saber que lo que había sentido era el impacto de la bala diminuta. Días después falleció a causa del veneno que esta contenía en su interior. La bala fue disparada a través de un paraguas, que también será subastado.

Cámara espía dentro de un anillo que será subastada, con precio de salida de 6.000 dólares.

Otros objetos que forman parte de la colección por los que se podrá pujar, son unas cajetillas de tabaco de conocidas marcas estadounidenses que funcionaban como grabadoras, una máquina de cifrado de códigos Enigma llamada Fjalka, una máquina empleada por los guardias fronterizos para detectar a personas escondidas en los vehículos, un dispositivo de interceptación telefónica alemana, vestimenta con cámaras ocultas incorporadas, un cuadro con doble fondo para guardar objetos que se utilizarían para espiar a los enemigos y el llamado “beso de la muerte”, una pistola con una sola bala y con forma de pintalabios utilizada por las mujeres espías.

Además, también serán subastados documentos del Che Guevara, de Fidel Castro y de la carrera espacial estadounidense. En concreto, varias páginas manuscritas del propio diario del Che, el boletín con sus calificaciones de la secundaria y una carta firmada por Fidel Castro en la que se exponen los planes para infiltrarse en La Habana. 

En total, más de cuatrocientos objetos de coleccionista que descifran de manera real los surrealistas trucos que realizaron los espías rusos y americanos durante la Guerra Fría. Objetos cargados de fantasía que han servido de inspiración para las teorías más excéntricas e ingeniosas del mundo del cine.