Los mercados mostraron su enfado contra Indra tras las maniobras gubernamentales que sufrió el pasado verano, apuntando caídas bursátiles superiores al 15%, y la consecuencia de estos movimientos contra el hasta ahora CEO, Ignacio Mataix, han motivado la salida de este "por muto acuerdo", se supone. 

Indra cayó un 7% tras anunciar que su consejo de administración había aprobado "por unanimidad, iniciar, de común acuerdo con el actual consejero delegado, Ignacio Mataix, un proceso de sucesión en el cargo vinculado a la definición del próximo plan estratégico que la compañía tiene previsto definir para los próximos años".

Críticas tras un año histórico

El análisis del banco de inversión Renta4 ha sido demoledor: "Noticia negativa, que se suma a la salida de los principales directivos de la compañía desde que se destituyera a Fernando Abril-Martorell como presidente ejecutivo en mayo 2021. Recordamos que en la Junta General de Accionistas de junio 2022 la SEPI y varios accionistas (Amber Capital y SAPA Plasencia) provocaron el cese de seis consejeros independientes, logrando conseguir un cambio de control en Indra". 

Ignacio Mataix. 

Cabe recordar que Indra alcanzó en 2022 sus máximos históricos en cartera, contratación, ingresos y EBIT, reduciendo la deuda neta casi a cero, con un crecimiento del 67% del dividendo. Además, los ingresos alcanzaron en 2022 los 3.851 millones de euros (+14% vs 2021)

Maniobra gubernamental veraniega

La Moncloa jugó sus cartas en Indra y el pasado verano impulsó la conformación de un núcleo duro en esta empresa estratégica, controlada por la gubernamental SEPI, la vasca Sapa (proveedora de Defensa) y Amber Capital (principal accionista de Prisa). 

Este trío sobrepasó el 36% de la firma tecnológica y de Defensa en un momento clave para esta compañía, ya que España va a duplicar su gasto en Defensa (del 1% del PIB al 2%), inyectando 10.000 millones extra a cuenta de Ucrania. 

Cierto es que el golpe de timón socialista en la estratégica fue muy mal recibido por los inversores, que propinaron una cornada bursátil del 15% en esta compañía, de la que fueron cesados cuatro consejeros 'rebeldes', Alberto Terol, Ana de Pro, Enrique de Leyva y Carmen Aquerreta. A estas caídas se les sumaron la no renovación de Isabel Torremocha y la dimisión de Silvia Iranzo. 

Cabe recordar que en el consejo se sientan, representando a SEPI, el exministro socialista Miguel Sebastián y los diputados socialistas Antonio Cuevas y Juan Moscoso. La Moncloa aplaudió que Marc Murtra, presidente de Indra gracias a ellos, pasase a contar con labores ejecutivas con la complicidad de Sapa Palencia (liderada por el nuevo consejero dominical Jokin Aperribay, tercer accionista de Indra, cercano al PNV y presidente de la Real Sociedad) y Amber Capital (primer accionista de Prisa). 

Murtra, cercano al PSC, preside Indra desde 2021 en sustitución de Fernando Abril-Martorell, que no gozaba de la plena confianza del Gobierno de España. Cabe recordar que Abril-Martorell accedió al cargo en 2015 tras otra maniobra gubernamental, en este caso liderada por el PP

Entonces, el ministro de Defensa Pedro Morenés consiguió tumbar a Javier Monzón, presidente de Indra desde la fundación de la empresa en 1992. Monzón, que luego presidiría Prisa con la ayuda del Banco Santander, se había mantenido al frente de la tecnológica bajo los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.