En España, la Semana Santa es una época de mucha carga religiosa, en la que las hermandades y cofradías salen en procesión para representar lo vivido por Jesucristo en los últimos días de su vida, portando imágenes de Cristo en la cruz. Las procesiones no son exclusivas de España, pero las de nuestro país tienen su propio origen en el siglo XV, cuando surgieron las primeras cofradías y hermandades, con el objetivo de apoyarse en esos momentos tan complicados. 

En la ciudad de León, la Semana Santa se vive de una forma peculiar. Además de sus pasos solemnes, la ciudad leonesa cuenta con la única procesión pagana autorizada en España, la de San Genarín. Se trata de una procesión que convive sin ningún tipo de problemas con las expresiones más tradicionales de la Semana de Pasión. Esta hace referencia a la figura de Genaro, más conocido en la ciudad como Genarín, un hombre cuyo oficio era el de pellejero, pero que era conocido por darse a la “mala vida”, conocido por sus borracheras bien regadas de orujo, su afición a frecuentar burdeles y las partidas de tute. Era bien conocido en la ciudad, sobre todo en los bajos fondos en los que se movía.

Procesión de San Genarín en León

El Jueves Santo de 1929, una fecha sobria, pero no para Genarín, más concretamente, la madrugada del 29 al 30 de marzo, Genaro fue atropellado por “la Bonifacia” (el primer camión de la basura de la ciudad) durante su tarea de recoger los desechos de la plebe, mientras el estaba orinando en la calle, pero aún no se sabe si Genaro vio venir su final y acabó su tarea o si seguía a lo suyo en los más felices de los desahogos.

Para no dejar a tal personaje caer en el olvido, los conocidos como los EvangelistasNicolás Pérez “Porreto”, Francisco Pérez Herrero, Eulogio “el gafas” y Luis Rico, la noche de Jueves Santo del siguiente año, decidieron hacerle un homenaje a la penosa muerte del susodicho, y practicaron las costumbres de Genarín, procesionando de burdel en burdel y de tasca en tasca.

Esta procesión fue creciendo año a año y cada vez era más concurrida, hasta el punto de que, la procesión religiosa y ésta, la pagana, se cruzaban por el camino, siendo ésta última la que más devotos congregaba. Esto no debía hacerle mucha gracia al clero y al gobierno franquista, y en 1957, el Gobernador CivilCarlos Arias Navarro, prohibió la procesión. Pero como suele ocurrir, su prohibición la hizo aún más popular. Hoy en día, se considera uno de los centros de atención en la austera Semana Santa leonesa, que congrega a miles de fieles venidos de toda España y parte del extranjero, para homenajear al Santo que nunca fue santificado por la Iglesia.

Desde 1990 la procesión volvió a salir a las calles de la ciudad, y cada Jueves Santo, los devotos y cofrades de San Genarín transcurren por varias zonas del Barrio Húmedo leonés homenajeándole. Además, en 1981, el conocido escritor Julio Llamazares, recoge en el libro El Entierro de Genarín, evangelio apócrifo del último heterodoxo español la historia de Genaro, las primeras procesiones y los poemas leídos en ella, que constituye la piedra angular desde la que se desarrolla, posteriormente, la liturgia genariana.

El Santo que nunca fue santificado por la Iglesia

A San Genarín, como a todo Santo, se le atribuyen milagros, y en su caso no son ni uno, ni dos, sino tres: La redención de la prostituta que lo halló sin vida, que dejó su carrera y volvió a su tierra natal, Lugo. La Cultural Leonesa que marca un gol, tras una penosa temporada. El partido iba mal encaminado, pero uno de los Evangelistas reclamó la benevolencia de Genarín y, milagrosamente, al sacar el balón el portero del equipo adversario, el Hércules, sin saberse cómo, el balón viró en el aire y se introdujo dentro de su portería. Y, por último, la curación de un enfermo de riñón, un enfermo renal al sentirse indispuesto en el cubo de la muralla, en donde Genarín fue atropellado, se dispuso a excretar la orina retenida, dándose cuenta así que había regado una piedra entera del tamaño de una nuez, tras lo cual, se curó su su enfermedad renal.

En su procesión aparecen: La imagen de Genarín, la Muerte, La Cuba y la Moncha (prostituta que lo encontró tras el fatal atropello), escoltados por los cuatro cabezudos en representación de los Evangelistas, todo esto regado por buen orujo y entonando los cánticos y versos dedicados a su imagen. El primer punto del recorrido por distintas zonas del Barrio Húmedo leonés, es la Calle la Sal, el segundo en la Catedral de León, el tercero siguiendo por la Calle del Cardenal Landázuri, y traspasando la Puerta del Castillo o lo que es lo mismo el “Arco de la Cárcel”, se comparece en la última parada del trayecto, el cubo de la muralla donde Genaro se encontró con la muerte.

Paseo de la muerte

Además cuenta con el homenaje final, en donde el Hermano Colgador deja las ofrendas, el pan, el queso, las naranjas, la corona de laurel y una botella de orujo, todo esto en lo más alto de la muralla.