La guerra familiar de las hermanas Yolanda y Susana García-Cereceda lejos de terminar parece abrir otro frente. Ahora es el restaurante Zalacaín, propiedad de la familia, que se encuentra actualmente en concurso de acreedores después de vivir sus mejores días. Zalacaín posee tres estrellas Michelín y fue el primer restaurante de España que obtuvo esta reconocida estrella gastronómica en 1987. Antes de desaparecer, poseía una bodega cuyas existencias estaban valoradas en cerca de un millón de euros, según la denuncia interpuesta por Yolanda García-Cereceda y adelantada por el diario digital Confilegal.

El “templo gastronómico de Madrid”, como era denominado, superaba “las 800 referencias de las principales denominaciones de origen”, con las mejores marcas del mundo.  Zalacaín fue famoso por ser uno de los pocos restaurantes donde se exigía el uso de corbata, y sus cocineros, jefes de sala y sumilleres han sido grandes profesionales en el mundo de la gastronomía. Su reconocido sumiller era Custodio López Zamarra; su gerente, Carmelo Pérez y algunos de sus chefs con renombre han sido Benjamín Urdiain o Juan Antonio Medina.  

Susana y Yolanda García-Cereceda.

En noviembre de 2018, la sociedad de Zalacaín presentó concurso de acreedores. El informe fue presentado el pasado 11 de enero de 2021 por la administración societaria representada por Julián García Díez, administrador único de la sociedad, y fue entregado a la titular del Juzgado de lo Mercantil número 13 de Madrid, dentro del procedimiento concursal abierto. El escrito relataba que la mencionada bodega solo tenía en el momento del cierre del restaurante un stock de vinos y licores por un valor de 122.697 euros.  

Entrada del "templo gastronómico" Zalacaín en Madrid. 

Esa cantidad, sin embargo, no le cuadraba a la propietaria del 33,81 por ciento de las acciones del Grupo Serrano 134, S.L, Yolanda García-Cereceda López, que puso una denuncia contra el grupo familiar que dirige su hermana Susana. Tanto la Finca Real Estate Management, S.L y Zalacaín, S.A.U, la mercantil del restaurante, son filiales del Grupo Serrano 134, S.L.  

La denuncia está dirigida contra Julián García Díez, que es el administrador único de Zalacaín, y fue admitida a trámite el pasado 15 de marzo por el magistrado Pedro Javier Merchante Somalo, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid. Los hechos "revisten los caracteres de un presunto delito de administración desleal", suscribe Merchante Somalo en su auto de apertura de diligencias previas marcadas con el número 320/2021. 

Para sustentar la denuncia, los representantes legales de Yolanda García-Cereceda han aportado una copia del informe realizado por García Díez junto a otra copia del inventario llevado a cabo por la administración concursal para el citado Juzgado de lo Mercantil. 

En los documentos, “se puede certificar el escandaloso vaciamiento sufrido por la citada bodega en tan solo 20 meses”, redacta la denuncia. El denunciado, Julián García Díez como presunto responsable de dicho expolio, “ha procedido a vaciar la bodega del que fuera, hasta su declaración de concurso, el templo gastronómico de la ciudad”, agrega la denuncia. Además, es muy extraño que los vinos y los licores que faltan fuesen vendidos en el restaurante en una época que el propio administrador califica de desplome en las ventas, señalan también.  

La denuncia añade que "la administración desleal es un delito que castiga a los que infringen las facultades que le han sido conferidas para administrar un patrimonio ajeno, facultades emanadas de la ley y encomendadas por la autoridad, como es el caso, excediéndose en su ejercicio y causando un perjuicio al patrimonio administrado. Es un delito patrimonial contemplado en el artículo 252 del Código Penal". 

El bien jurídico protegido es el patrimonio, en sentido dinámico, y en cuanto a su naturaleza jurídica, es un delito de resultado que existe para su consumación la acusación de un perjuicio económico notable, del que García-Cereceda considera responsable a Julián García Díez. 

Yolanda García Cereceda recuerda que la bodega desaparecida ha estado dirigida por el célebre sommelier Custodio López Zamarra, quien estuvo a su frente durante 40 años y quien conoce las existencias de la bodega antes de ser presuntamente expoliada, así que posiblemente tenga que acudir como testigo para aclarar los hechos. La heredera de la lujosa urbanización La Finca de Madrid, en su guerra familiar contra su hermana Susana, considera que la bodega tenía un valor cercano al millón de euros y no al valor contable oficial de cierre de 122.697 euros.  

Sin embargo, extrabajadores de Zalacaín sostienen a elcierredigital.com que "un millón de euros es mucho dinero en vinos, 125.000 euros es un precio ajustado, ya que en los mejores años quizás hubo un stock que podría llegar a los 300.000 euros. Siempre hemos pretendido tener una bodega ágil, con añadas muy clásicas pero no conflictivas, para darles salida, ya que llegó la crisis y hubo que ajustar precios. Nuestro stock habitual en la bodega era de una 5.000 botellas en rotación. Además, Yolanda nunca se ocupó del restaurante y Julián García Díez siempre fue una persona íntegra que veló por el buen nombre de Zalacaín".

Otras fuentes expertas consultadas por elcierredigital.com sostienen que "en la bodega de Zalacaín había vinos de gran categoría y elevado precio como Petrus, Castillo de Margot, Napa Valley o Grange Penfolds, también estaban los mejores  caldos australianos y de California, por señalar algunos, lo que dispararía el precio de esta bodega hasta el medio millón de euros fácilmente, pero difícilmente se llegaría al millón de euros como señala Yolanda García Cereceda".