En el último pulso que echamos aún en vida siempre gana quien apuesta del lado de la muerte. No hay mayor determinismo para la existencia. Todo tiene su fin y el nuestro es un sueño eterno. Nacemos llorando, ¿por qué no marcharnos riendo? Las últimas palabras del finado, o de los afortunados que le sobreviven, componen esas sentencias llamadas epitafios que para el escritor madrileño Ramón Gómez de la Serna, aficionado a pasear por las necrópolis, son un género tan español "que podría decirse que todo el Don Juan está escrito en epitafios".

"Nos vemos en las Seychelles" es uno de los epitafios con mejor rollo del cementerio de La Almudena. Acompaña a los restos de un varón fallecido a los 64 años, aficionado a los paraísos terrenales al tiempo que tenía clarísimas las coordenadas del cielo. No lejos de allí, alguien rinde tributo con esta misteriosa expresión: "Eras cerilla de palillo corto, pero encendiste un fuego eterno".

Los marmolistas son los encargados de realizar las inscripciones y los que conocen antes que nadie estas palabras que quedan para la historia. Algunos no saben qué decir, como ocurrió en Aragón donde, fruto de un jocoso malentendido es la inscripción de una lápida de un pueblo turolense en la que, bajo el nombre del difunto, se lee "Sin comentarios", que fue la respuesta de los familiares a la pregunta del marmolista de si querían poner algo.

Cementerio el Día de los Santos.

El escritor y periodista Luis Carandell, en su libro Tus amigos no te olvidan, habla de la familia de un difunto empeñada en la siguiente inscripción: "Sus hijos Francisco, Carlos Ramón y Soledad le dedican este recuerdo (menos Eusebio, que no dio nada)". En esta ocasión, el operario se negó a colaborar en la venganza fraternal contra la oveja negra de la familia.

Distintos estilos de epitafios

Pero lo que está claro es que hay epitafios de todo tipo, por ejemplo, los que ponen que no quieren ninguna compañía más en la tumba: "En este mismo lugar no cabe ninguno más, para así evitar exhumar los restos de los que estamos acá”. Una frase que deja claro que los moradores de esta tumba no quieren compartir su espacio con nadie más.

También los hay emotivos como: “Vivir en los corazones de aquellos que nos quieren, no es morir”. Dicen que las personas solo desaparecen cuando alguien las olvida y esta persona siempre estará en el recuerdo de sus seres queridos. Aunque también puedes recordar a tu familiar difunto de una forma más simpática, como hicieron los hijos de este hombre que conocían bien a su padre y no quisieron que la eternidad borrase su arrolladora personalidad.

Epitafio que unos hijos dedicaron a su padre. Burgosconecta.es

Otras familias se decantan por frases más místicas como: “Viviste de tal suerte que viva quedas en la muerte”. En este caso, con una pequeña variación de un enunciado que algunos atribuyen a Santa Teresa de Jesús.

Por último, también están las frases literarias. “Solamente lo pasado queda”, dijo Unamuno y así quisieron reflejarlo en esta tumba, recordando que siempre que echemos de menos a un ser querido, éste estará en nuestros recuerdos.