19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La italiana, musa de Armani, llegó a España por su matrimonio con Alessandro Lequio primo lejano del Rey Emérito y que perdió el favor de Zarzuela

El verano real de Antonia Dell' Atte: Su visita a Juan Carlos I en el Fortuna hace veinte años

Antonia Dell' Atte y Alessandro Lequio en 1990 ante un cuadro de Alfonso XIII.
Antonia Dell' Atte y Alessandro Lequio en 1990 ante un cuadro de Alfonso XIII.
Antonia Dell' Atte, la bella y elegante musa de Armani, aterrizó en España en 1990 con su entonces esposo Alessandro Lequio, primo lejano del Rey Juan Carlos I. El matrimonio acabó cuando el conde italiano decidió unirse a la actriz Ana Obregón. El enfrentamiento entre la pareja y Antonia Dell' Atte fue un escándalo y provocó el alejamiento del italiano de la órbita real. Esto no ocurrió con su exmujer que en el año 2000 visitó el yate Fortuna para sorpresa de la Prensa del corazón.

Antonia Dell’ Atte no ha arrancado el verano de la mejor forma al tener un accidente con una sombrilla. La que fuera musa de Armani relató hace unas semanas el grave incidente sufrido durante una jornada de playa: Un golpe de viento se llevó una sombrilla cercana y la envió “como si fuese un cohete” hacia su cara. “Tengo que reconstruir toda la mandíbula inferior y muchas más cosas”, contaba la italiana en sus redes. “Cómo puede cambiar tu vida de un día para otro, pero una mano desde arriba que me quiere desvío la sombrilla”, reflexionaba. La modelo y colaboradora televisiva revolucionó las redes durante los meses de confinamiento con sus recomendaciones a la población para seguir las normas.

Sin embargo, hace veinte años, cuando ocupaba todas las portadas del corazón contra su exmarido Alessandro Lequio y Ana Obregón protagonizó uno de los veranos más curiosos de su vida. En esos años nada en la Familia Real parecía escandaloso y todavía los veranos en Mallorca duraban semanas con todos los hijos y nietos de Juan Carlos I y Sofría de Grecia en Marivent.

En ese verano de 2000 en el que sonaba King África y los paparazzis se obsesionaban en perseguir a Marujita Díaz con un joven acompañante, la revista ¡Hola! sorprendió con unas fotografías del yate real, el Fortuna, que contaba con dos invitados que llamaron la atención: Antonia Dell’ Atte y su hijo Clemente, fruto de su matrimonio con Alessandro Lequio.

Nadie era sabedor de la relación de cercanía entre la italiana y el monarca. Sorprendía que mantuvieran la relación con la exmujer de un familiar al que, además, había dicho de todo y por su orden en las revistas y la televisión. El salto al ruedo rosa hizo que Zarzuela cortase la relación con el Conde Lequio. Si llamativa era la visita de la modelo y su hijo también levantó rumores el que una revista tradicionalmente respetuosa con la Casa Real publicara unas fotos del Fortuna.

Para muchos quien estuvo detrás de la publicación fue el staff de Zarzuela. En esos momentos estaba al frente de la institución Fernando Almansa quien practicó de esta forma algo que sabía realizar a la perfección su predecesor, Sabino Fernández Campo: El arte de las indiscreciones calculadas. De esta manera, Zarzuela dinamitaba posibles intereses del monarca y de la denominada ‘corte de Mallorca’. De hecho, quien hizo que Dell’ Ate tras su sonado divorcio siguiera contando con simpatías reales fue José Luis de Vilallonga, el actor y escritor que firmó las memorias del Rey en 1993.

Vilallonga, Grande de España y personaje singular, se convirtió en algo así como el Mister Higgins de My Fair Dell’ Ate que se encontraba un tanto perdida en un país que no era el suyo y en el que no tenía un pasado profesional exitoso como sí ocurría en Italia. El aristócrata catalán, entonces unido a la monegasca Sylliane Stella convenció a Antonia para instalarse en Barcelona, que sería su centro neurálgico y desde el que trabajó como modelo publicitaria y presentadora de televisión. En ese año 2000 intentó además dar un salto en su trayectoria profesional lanzando un disco, Un hombre en el mercado, que fue un fracaso y provocó no pocos comentarios hilarantes. Pero eso fue después de su llamativa visita al yate real. Una visita que el interés de la prensa hizo que, al menos públicamente, nunca se repitiera y que Dell’ Ate se alejara de la órbita real.

Influencias de Vilallonga a parte lo cierto es que la bella italiana de ojos verdes debía subyugar al monarca desde que la conoció. Al menos eso se deduce de algo que publicó Pilar Eyre con motivo del obituario de Pitita Ridruejo en la revista Lecturas en mayo de 2019. Según la escritora el todavía matrimonio Lequio-Dell`Ate compartía mesa y mantel con los Reyes Juan Carlos y Sofía y otros comensales como la citada Pitita.

“Luego a Pitita le dio por la Virgen. En una comida en casa de Alessandro Lequio le empezó a hablar a doña Sofía de las apariciones de El Escorial, y la reina escuchaba tan arrobada que al final don Juan Carlos intervino a gritos desde el otro extremo de la mesa, donde estaba coqueteando con Antonia Dell’ Atte, entonces casada con Lequio, “¿quieres callarte de una puñetera vez? ¿No ves que esa boba se lo cree todo?”, relata la autora de La soledad de la Reina.

José Luis de Vilallonga.

“Los rumores se quedan en rumor. Me han llegado a decir: ‘Tú sabes que gustas a éste’ o ‘Tú sabes que se rumorea que has estado liada con X’. A mí también me gustaría liarme con Antonia Dell’Atte”, contestaba la propia protagonista cuando en Vanity Fair cuando le interrogaban sobre su cercanía con el Rey Emérito.

En esa misma entrevista daba también su opinión sobre los Reyes Eméritos y los actuales: “Don Juan Carlos y doña Sofía son muy queridos y Felipe y Letizia lo están haciendo muy bien. Aunque creo que Letizia lo quiere controlar todo, ¿verdad? Dicen. Creo que, si a Felipe le gusta una mujer así, ha elegido bien, porque las mujeres de carácter somos buenas personas”. En esa fecha ya quedaba lejos el histórico enfrentamiento que vivió con Ana Obregón en los 90 y los 2000.

Ana, Alessandro y Antonia

En 1990 Ana Obregón vivía una etapa extraña en su vida. Tras más de quince películas rodadas entre España, Italia y el mismísimo Hollywood su carrera no parecía despegar. Y a pesar de haber hecho como protagonista más filmes que otras actrices el cine patrio la miraba con cierto recelo. En el plano sentimental no lo tenía más claro. Un año antes había muerto en un trágico accidente de tráfico su gran amor, el jugador de baloncesto Fernando Martín, el primer español en jugar en la NBA. Por primera, y última vez, la Obregón vivía alejada de las revistas que se empeñaban en relacionarla con un banquero de la órbita de Mario Conde.

Ese mismo año llegaban a España una curiosa pareja, los condes Lequio. Él era un primo lejano del Rey, era hijo de Sandra Torlonia descendiente de una de las hijas de Alfonso XIII, y ella una ex modelo musa de Armani. Estos créditos eran los suficientes para triunfar en la vida social española. Entonces aún no se había abierto la veda contra la Casa Real y cualquier parentesco, real o inventado, con la primera familia del país cotizaba mucho.

Antonia Dell' Atte y Ana Obregón hicieron las paces después de años enfrentadas. 

Ana y Lequio se conocen, e intiman, a finales de 1990. Podría haberse quedado en un escarceo sin más, pero la Prensa se encargaría de hacerlo público. Fue Karmele Marchante quien lo contó en su columna de la revista Tiempo. En un principio la actitud de Antonia fue la de despreciar la situación, Ana sacaba pecho, figuradamente, y Lequio guardaba silencio.

Cuando a finales de 1991 se supo que la Obregón estaba embarazada estalló la guerra. Antonia se lo ponía difícil a la pareja negándose al divorcio y éstos paseaban su amor por las portadas previo pago de su importe. “Lo de mi marido y Ana Obregón no es amor, porque Alessandro sigue enamorado de mí. Él buscaba dinero y ella un título nobiliario, éso es todo”, explicaba la italiana.

En 1993 Antonia visita La máquina de la verdad en Telecinco, el programa de Julián Lago que fue la semilla de parte de la televisión actual. En la entrevista lanzó varios dardos a la actriz: “Tonta, fantasiosa, mentirosa, sinvergüenza, tiene silicona hasta en el cerebro y es de inteligencia muy corta”. Por si fuera poco, el programa emitió una conversación telefónica entre Antonia y el Conde Lecquio donde este aseguraba que dejaría a Ana cuando el niño que esperaban naciera. La Obregón se volvió loca ante tal humillación pública y decidió responder a la italiana. Por su parte, Antonia dio un buen dato de audiencia y se convirtió a un personaje con tirón entre el público que asistía fascinado a una ración de odio en 625 líneas.

La Dell´Atte aparecía hasta en la sopa. Colaboró en un programa de moda en Telecinco, fue tertuliana de Luis del Olmo en la radio, hizo colaboraciones como actriz en series e incluso grabó un disco. En 1998 llegó a ser la sustituta de su archienemiga al frente de ¿Qué apostamos? Para muchos fue un intento de TVE de jugar al morbo, para otros una venganza de la cadena contra uno de sus rostros estrella que había fichado por Antena 3.

Durante toda una década las dos ex de Alessandro Lequio no se cortaron en lanzarse improperios de portada a portada. Él por su parte fue enlazando conquistas tras su ruptura con la actriz en 1995. La más sonada fue con Mar Flores. En 2004 las tres coincidieron en una fiesta en Madrid y se montó la mundial. A pesar de los gritos, la silicona no llegó al río.

Finalmente, se firmó la paz. Por supuesto fue mediante una portada en 2016 previo paso por taquilla. Hoy Antonia no ha dudado en estar al lado de su exmarido y de la actriz cuando han sufrido la terrible pérdida de su hijo Álex.

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