18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Es el mejor apoyo de Pedro Sánchez, aficionada a los conciertos, a la moda, a la playa, detallista y romántica para su marido

Begoña Gómez: la Dama de la Moncloa, una mujer amante del marketing y encantada de haberse conocido

Begoña Gómez
Begoña Gómez / Europa Press
El 28 de abril los españoles tenemos cita en las urnas. Más allá de los candidatos, la intrahistoria del poder está en sus mujeres. Aunque en España no hay Primera Dama como tal, son ellas las que duermen con el hombre que puede presidir la nación. Sin cargo oficial, su poder es más secreto y menos limitado: el de la influencia íntima. Cinco son las posibles ocupantes de Moncloa. Todas ellas profesionales, con perfiles variados y el lado femenino de unas elecciones sin candidatas.

Noviembre de 2015. Los líderes de los cuatro principales partidos políticos han terminado su primer debate ante las elecciones generales que les pueden llevar a la presidencia de la nación. Al acabar el mismo, Iñigo Errejón, entonces número dos de Podemos, comenta su desarrollo ante las cámaras de la edición digital de El País. A su espalda aparece una mujer rubia y atractiva que, como los espontáneos en las conexiones en directo de televisión, no lo duda y mientras el político habla comienza a hacer cucamonas. Era Begoña Gómez, y ese fue su verdadero bautismo mediático y el que marcaría su devenir público: entre la gansada y la propaganda política.

'La Princesa de las Saunas'

La biografía de Begoña Gómez, más allá de la oficialidad desde que llegara a Moncloa, es difícil de rastrear. Al inicio de la convulsa legislatura Sánchez, algún medio apuntó la posibilidad de que el PSOE hubiera contratado a una agencia de borrado digital para eliminar todo rastro biográfico de Gómez.


Lo que sí se sabe con certeza es que nació en Bilbao en 1975 y se crió en el pueblo leonés de Valderas. En Madrid cursó los estudios de Marketing en la escuela ESIC y un máster en Dirección de Empresas en la Universidad Complutense. Begoña es experta en Marketing y en captación de fondos para ONG's. Ha sido asesora de entidades como Oxfam Intermón, Aministía Internacional o Anesvad. Además, ha ejercido también otras labores profesionales en empresas como Deutsche Bank, Old El Paso u Ono. Actualmente es socia y directora de Task Force y codirige la Captación de Fondos para el Tercer Sector en la Universidad Complutense de Madrid.

Tras la llegada a Moncloa de Sánchez, fue contratada por el Instituto de Empresa. Las dudas sobre el posible enchufismo de este puesto no se hicieron esperar máxime cuando se trataba de un puesto de “nueva creación”. Desde Moncloa, restaron importancia a la polémica alegando que Begoña no era ni personaje público ni ocupaba ningún puesto en el organigrama.

El punto de su biografía que más molestó a Begoña fue cuando Vozpópuli publicó que su padre, Sabiniano Gómez Serrano, había sido propietario de varias saunas gays en Madrid durante años, aunque vendió el negocio. Esta información se hizo pública gracias a un proceso de corrupción contra un político del PP de Mallorca, Javier Rodrigo de Santos ex concejal de Urbanismo, que acusado de utilizar la tarjeta Visa de la Empresa Municipal de Obras y Proyectos para gastarse 50.804 euros en diferentes saunas para público homosexual entre 2006 y 2007. La aparición de este dato hizo que algunos de los enemigos de Sánchez dentro del PSOE comenzaran a referirse a Begoña con recochineo como ‘la Princesa de las Saunas’.

En varias de las entrevistas que ha concedido Begoña ha narrado su historia de amor con el todavía presidente del Gobierno. "Fui con unas amigas a una fiesta y allí coincidimos con un grupo de amigos que me presentaron a Pedro. Bueno, fue un flechazo, la verdad", explicaba Begoña. Pedro también dio su versión sobre el asunto en una entrevista concedida a Bertín Osborne: "Me enamoré con 31 perdidamente de mi mujer. Fue en la casa de un amigo mío en una fiesta de cumpleaños. Tuve que empeñarme mucho unas cuantas veces. Me lo puso difícil". Los casó por la civil la política socialista Trinidad Jiménez en 2006 y han tenido dos hijas: Ainhoa, nacida un año antes de contraer matrimonio, y Carlota, nacida en 2007.

Begoña Gómez y Pedro Sánchez fotografiados en la playa. 

Al inicio de su relación vivieron el madrileño barrio de La Latina, pero tras el nacimiento de sus hijas se trasladaron a Pozuelo de Alarcón, discreta población, aunque la de mayor renta per cápita de toda España, al norte de la capital, cerca del colegio público de las niñas y del gimnasio al que acudía Begoña.

En una entrevista con Susanna Grisso, la mujer del presidente retrató cómo era su marido en la intimidad y las aficiones del matrimonio. "Nos gusta mucho ir a conciertos: La Habitación Roja... Björk también le gusta mucho", aseguraba. También definía al presidente como un hombre detallista: "Es muy romántico. Me ha escrito cartas de amor. Lo tengo todo guardado en un baúl pequeño de madera”.

El síndrome de Jackie Kennedy

Begoña siempre se ha mostrado como el mejor apoyo de Pedro Sánchez. Sin hacer ningún esfuerzo por ser discreta. Nadie daba un duro por el actual presidente del Gobierno salvo ella. Fue su mejor apoyo cuando desde el partido lo descabalgaron del poder socialista en octubre de 2016 en un aciago fin de semana con visos de Cónclave en Ferraz.

Begoña siempre tuvo claro que el futuro de su marido y el de ella, claro pasaba por llegar a Moncloa. Ha sido junto a Ana Botella la mujer de presidente menos discreta de la democracia. En el rastrillo Nuevo Futuro, en la Fashion Week de Madrid o donde se tercie, Begoña ha ocupado un papel principal ante los medios de comunicación congregado en estos actos. “Aunque no tienen ningún papel oficial, es consciente de que vivimos en la sociedad de la imagen y sabe vestirse y cuidarse. Sabe que es un apoyo fundamental para Pedro Sánchez. Luego, claro, tiene que hacer el juego progre de ‘¡ay! no me saquéis tanta foto que no soy nadie!’ pero claro te lo dice posando como si fuera Paula Echevarría”, comenta un veterano fotógrafo a Elcierredigital.com.

La campaña electoral para el 28 de abril promete ser una de las más complicadas de los últimos años y todos tienen claro en el PSOE que Begoña jugara un papel importante en la misma. “Salvo Ana Botella o Amparo Illana en los inicios de la democracia en España es raro que un candidato vaya con su señora de la mano a todos los sitios. Esto pilla por sorpresa y está bien, pero puede volverse en su contra, porque no me imagino a Begoña manejando con mano izquierda a la prensa rosa. Teniendo escoltas es todo más fácil. Pero la fama no desaparece cuando tú quieres”, razona una analista política.

El matrimonio Sánchez con el matrimonio Trump durante la visita de los primeros a Nueva York. 

Los que la conocen saben que está convencida de su permanencia en Moncloa y que echará toda la carne en el asador para ello. “Le da igual que en Zarzuela no guste esta obsesión suya por tomarse prerrogativas que en ocasiones chocan con las de la Reina Letizia, si tiene que bailar en El Hormiguero lo hará, y lo mismo le da competir en glamour con Melania Trump que encabezar la manifestación feminista del 8-M sin ser nadie oficialmente. Forma un clan con su marido y su objetivo es claro: el poder”, comenta la citada analista política.

Begoña Gómez es de todas las posibles nuevas ocupantes de la Moncloa la única con experiencia. Aquejada del síndrome de Jackie Kennedy parece buscar en el estilo y la moda la forma de construir su relato de ser la mujer que ayudó a Sánchez a llegar al Gobierno y saber vestir un cargo que en España no existe, pero sí en su cabeza. Frenéticamente colgada de una sonrisa de anuncio y a golpes de melena rubia bien cuidada sabe que es un gancho electoral y se pasará las próximas semanas siendo más meme que ser humano.

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