Lo que se esconde detrás de la ruptura sentimental entre Isabel Sartorius y el empresario César Alierta

La prensa del corazón anda revolucionada por la ruptura entre Isabel Sartorius y el empresario César Alierta. El que fuera presidente de Telefónica reapareció este mes de enero en un acto de la Fundación Telefónica al que asistió la Reina Letizia. El zaragozano sufrió el pasado verano dos ataques al corazón que hicieron que pasara unos meses en coma inducido en un hospital de Madrid. 

Aunque ha sido ahora cuando ha saltado a los medios, fuentes consultadas por Elcierredigital.com, aseguran que la historia entre Isabel y César se rompió "hace unos meses" debido al propio devenir de su relación.

"César se trasladó a Zaragoza para ser atendido por su familia. Su recuperación requiere un proceso y esto dificulta las cosas", aseguran. "Isabel es una mujer de 56 años, joven y que tiene una hija [Mencía de 24 años] y su ritmo de vida es ahora mismo distinto al que puede llevar César que, además, está viviendo en otra ciudad", afirman. 

Sin embargo, la noticia de su ruptura no ha surgido hasta ahora debido a que mantienen una "fuerte amistad" y además, según ha podido saber este periódico, se ven un día la semana, cuando Alierta viaja a Madrid.  

César Alierta.

Hoy Isabel vive centrada en estudiar un Máster y en buscar trabajo ya que se encuentra sin una ocupación laboral fija. Lo cierto es que cuando inició su historia de amor con Alierta trabajaba en la Fundación Telefónica y tuvo que elegir entre seguir con su trabajo y seguir su relación con él y eligió lo segundo. 

La relación entre Alierta y Sartorius surgió hace más de tres años, en 2017, cuando ambos participaron en un viaje filantrópico de la Fundación Telefónica a África. En ese momento el empresario no pasaba por su mejor momento ya que estaba muy afectado por la muerte de su esposa Ana Cristina Placer sucedida en 2015.

Isabel Sartorius después de muchas relaciones fallidas, parecía al fin encontrar un amor estable. Sin embargo, las cosas no fueron sencillas al principio. El empresario no soportaba la presión mediática que suponía estar unido a una mujer siempre presente en las revistas del corazón. Sin embargo, con sus idas y venidas, la relación ha continuado sin que, tal y como se especuló en los medios, se decidieran a vivir juntos.

Una vida sentimental ante los focos

Cuando en 1993 finalizó el romance entre el Príncipe Felipe e Isabel Sartorius, ésta heredó algo con lo que no contaba: la fama. Desde entonces no ha dejado de ser protagonista de las revistas del corazón.

Intentando huir de la prensa se trasladó a Londres, pero esta decisión no le sirvió de mucho. Allí la fotografiaron con la pandilla de la actriz porno Koo Starr y en Nueva York, más tarde, con José María Cano.

Isabel y el Príncipe fotografiados en 1989. 

 A su vuelta a Madrid vivió su romance más polémico con Javier Soto, con el que tendría a su hija Mencía. Nunca quedaría del todo claro si se habían casado o no, tal y como publicó en su momento la revista ¡Hola!. Lo cierto es que, tras el nacimiento de su hija en 1997, Javier trocó sus apellidos para ser Soto Fitz-James Stuart. Luego se casaría con María Chávarri, hermana de otro nombre popular, Marta Chávarri, que en los 90 ocupó casi tantas portadas como Isabel.

Más tarde, Sartorius tendría relaciones con Fernando Ballvé, un rico heredero dueño de la empresa cárnica Campofrío y de Telepizza fallecido en 2009, que estuvo casado con Sandra Macaya, hija de Cristina Macaya, y con el hermano del actor Francis Lorenzo.

Tras estos fracasos sentimentales intentó lanzarse como empresaria de bolsos y como colaboradora televisiva. En esos años, su tía Carmen dio el salto a los ruedos del corazón cuando se supo que había presentado una demanda de paternidad contra Ricardo Gómez-Acebo y Calparsoro, Marqués de la Deleitosa, sobrino político de la Infanta Pilar, y marido de Paloma Botín, hija del célebre Emilio Botín. Finalmente, la Justicia dio la razón a Carmen y su hijo Jaime fue reconocido descendiente del yerno del banquero.