20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

PROVENIENTE DE LA FAMILIA VENEZOLANA DE LOS CISNEROS QUE COMPRÓ GALERÍAS PRECIADOS Y EMPARENTADA CON LOS MACAYA, ANFITRIONES DE LA JET SET EN MALLORCA

Ella Fontanals Cisneros, la venezolana que rivaliza con Tita Cervera por el monopolio del arte privado en España

Ella Fontanals Cisneros junto al exministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo
Ella Fontanals Cisneros junto al exministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo
Huyó de Cuba cuando empezó la Revolución. En Venezuela comenzó una nueva vida y se casó con uno de los hombres más poderosos del país, Oswaldo Cisneros. La situación de crisis política en España ha frenado la donación de su colección de arte a la Tabacalera. Mientas se soluciona, la filántropa anunció irse de vacaciones y tomarse un tiempo para escribir sus memorias.

La venezolana de 74 años Ella Fontanals-Cisneros, durante los últimos años ha llevado una maniobra de acercamiento a España a través de sus actividades filantrópicas relacionadas con el arte. A partir del año 2020 parte de su colección de obras de arte se trasladarán al centro cultural la Tabacalera (Madrid), gracias al acuerdo firmado con el Ministerio de Cultura a principios de 2018.

Aunque la intención de Fontanals es donar las obras al Estado Español, los últimos acontecimientos apagaron su ánimo por materializar la entrega de obras de arte y decepcionaron a la venezolana.

Las reticencias con el Ministerio de Cultura sobre el presupuesto destinado a la reestructuración del edificio de la Tabacalera frenaron momentáneamente el acuerdo para la donación. Por el momento, la filántropa anunció que a partir de junio se iría de vacaciones y comenzaría a escribir sus memorias mientras la situación política se resuelve en España

Huyó de Cuba y dio el pelotazo en Venezuela

Cubana de nacimiento, huyo del país caribeño con sus padres y su hermana de 13 años tras el estallido de la Revolución. Su familia era una de las dinastías adineradas que ostentaban el poder, por lo que tuvieron que huir a Venezuela. El hermano de Ella, Manolo, se quedó en Cuba pues simpatizaba con la ideología castrista.

Desde entonces, la rica y filantrópica Fontanals se crio y vivió en el país bolivariano. En una de las muchas fiestas celebradas por la alta sociedad venezolana conoció a su marido, el empresario Oswaldo Cisneros, miembro de una de las familias más importantes del país y que controla los medios de comunicación y parte del mercado inmobiliario y turístico a través del conglomerado de empresas denominado Cisneros (anteriormente conocido como Organización Cisneros).

La coleccionista de arte se embarcaría con Oswaldo Cisneros en un noviazgo que terminó en boda en el año 1968, tras la que Ella añadió a su apellido el de su marido. Más tarde tuvieron tres hijas: Marisa, Mariela y Claudia.

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Esta unión que duró 33 años convirtió al matrimonio en uno de los más influyentes de la sociedad venezolana. Ella se dedicaría durante los primeros años de la unión a desarrollar actividades filantrópicas y a ayudar a Oswaldo en sus empresas. Fue a principios de los años 80, cuando Ella Fontanals comenzó a interesarse por el arte y a coleccionar de manera privada obras de artistas del país como Jesús Rafael Soto. Este amor por el arte le condujo a la adquisición de cuadros y otros productos artísticos de artistas locales durante sus viajes por los países de toda Latinoamérica.

Ni siquiera las protestas que provocaron numerosos muertos y que duraron dos semanas en la ciudad de Caracas, conocidas como el 'caracazo', afectaron a las actividades empresariales del matrimonio. Algunos diarios sostienen que la lujosa y millonaria boda entre la hija de Ella, Mariela, y Gonzalo Fernández Tinoco, miembro de otra de las familias con más poder en Venezuela, fue el detonante que produjo la ola de tensión social y protestas sangrientas por la inestabilidad económica del país latino.

Una de las crónicas de la época se refirió a la celebración posterior al oficio religioso como “un banquete de un millón de dólares donde hubo 5.000 invitados que viajaron desde lugares lejanos como Tahití, Italia y Estados Unidos. Consumieron miles de botellas de champán francés y un buffet repleto de caviar, langosta y salmón”. Una celebración por todo lo alto propio de las grandes familias presentes en los círculos más elitistas de la sociedad.

Ante las protestas surgidas por el 'caracazo', el matrimonio no se pronunció y ambos continuaron con su vida empresarial bajo el amparo del gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Conectada con España a través de Cristina Macaya

El nexo de unión de Ella Fontanals con España tiene por nombre a una de las mujeres más influyentes de la jet set en Mallorca, Cristina López-Mancisidor, más conocida por Cristina Macaya. Así, en los años 90 la pareja comenzó a realizar visitas en determinadas zonas de España y en uno de esos viajes conocieron a Cristina Macaya y estrecharon lazos, convirtiéndose en invitados habituales en las fiestas de verano que la anfitriona más famosa de Mallorca daba en su mansión.

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Cristina Macaya, la conexión de Ella Fontanals con la alta sociedad española

La íntima amistad que forjaron la familia española y la venezolana dio sus frutos y, en 1997, Cristina y Ella festejaron el compromiso de sus hijos, Javier Macaya y Claudia Cisneros Fontanals, que se casarían el 5 de noviembre de ese año. El nuevo y flamante matrimonio surgido de estas dos familias de la élite estableció su residencia en Estados Unidos, aunque en 2008 rompieron la relación.

Dos décadas expandiendo su obra

A partir de 1999, Ella Fontanals decidió dedicarse profesionalmente al coleccionismo después de llevar años comprando obras de arte por impulso y teniendo esta actividad como una afición. Años más tarde, en el año 2001, se separó de su marido Oswaldo y comenzó su carrera que la convertiría en un referente del mundo del coleccionismo. En 2002 montó la fundación CIFO, con sede en Miami y tres años después la institución abrió una sala de exposiciones y comenzó a becar a artistas latinoamericanos.

Actualmente, posee una colección de más de 3.000 obras expuestas en diferentes países. Ella también ha querido inculcar su pasión por el arte vinculando a sus dos hijas con su trabajo. De esta manera, Claudia, que es con la que tiene una relación más cercana, posee una colección de fotografía contemporánea. Aunque Ella ha seguido vinculada a España, también a través del arte como cuando en 2011 cedió parte de su colección para su exposición en el Museo Reina Sofía, no fue hasta el año 2015 cuando compró un piso en la calle Fortuny de Madrid.

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Ella Fontanals recibiendo el premio ArtLima 2018 por su trayectoria

La reforma del inmueble no estuvo exenta de problemas y de polémicas. Durante 2016, Ella derribó varios tabiques de la vivienda para adecuarla a sus necesidades y a las obras de arte que alberga en ella, pero los obreros rompieron la bajante e inundaron el piso de la vecina de abajo, que resultó ser Carmen Lomana. Ella Fontanals-Cisneros financió el arreglo de la casa de Lomana, pero la relación entre ambas nunca se arregló, porque según Carmen Lomana la coleccionista nunca se disculpó.

Tal es el reconocimiento de la filántropa por su aporte al mundo del arte, que ha recibido diversos premios en las últimas décadas. En 2003, fue galardonada con el Premio Spectrum de Filantropía de la Cruz Roja de Estados Unidos y en 2007, recibió el Premio Visionary del Museo de Arte y Diseño (The Museum of Arts & Design). Un año más tarde, recogió el galardón internacional otorgado por Naciones Unidas Women Together (Mujeres Unidas). Los galardones más recientes le fueron entregados este año, uno por su compromiso con el arte latinoamericano, por el que ARCO le otorgó el premio ‘A’ y otro recibido por el reconocimiento a su trayectoria por ArtLima (Feria de Arte de Lima).

Ella Fontanals pretende convertirse en uno de los personajes de prestigio de la sociedad madrileña, instalando parte de su colección en la planta segunda del centro cultural de Tabacalera a partir del año 2020. Una maniobra de internacionalización de sus obras artísticas que ilusiona a la filántropa a sus 74 años de edad.

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