20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La novia, Sofía Palazuelo, ha lucido un vestido diseñado por su tía Teresa pero no la tradicional tiara ducal

Así ha sido la boda del heredero de la Casa de Alba, lejos del recuerdo de Cayetana

Desde las once de la mañana, el Palacio de Liria ha comenzado a recibir a los primeros invitados a la boda de Fernando Fitz-James Stuart  y Solís y Sofía Palazuelo, que ha lucido un vestido diseñado por su tía Teresa sin la tradicional tiara de la casa. En total, unos 300 invitados, han testigos de excepción del enlace del que un día se convertirá en Duque de Alba. En  El Cierre Digital tuvimos acceso a las imágenes del enlace

La Casa Real finalmente ha estado representada en la ceremonia, en la figura de la Reina Emérita Sofía de Grecia. Ente los invitados celebrities como Ágatha Ruiz de la Prada con sus hijos, la escritora Carmen Posadas, que en su día fue pareja del duque de Alba, el ex duque de Lugo Jaime de Marichalar, el marqués de Griñón (Carlos Falcó) y su mujer Esther Doña o el fundador de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel. El mundo político ha estado representado con Esperanza Aguirre o ex ministros de exteriores José Manuel Margallo.

El futuro duque de Alba de Tormes, el título más importante de la nobleza española junto con el de Medinaceli, parece haber heredado del actual, su padre Carlos Fitz-James Stuart, la obsesión por la discreción y su aversión hacia los eventos públicos.  Todo lo contrario que la recordada Cayetana, fallecida en 2.014. Ese es el signo del actual emporio Alba: la huida del recuerdo

“La sociedad sevillana está muy enfadada con Carlos Alba. No acudirán al enlace ni Nati Abascal ni su hermana, ni Carmen Tello y Curro Romero. Ellos fueron todo para Cayetana. Se los aparta como si no quisieran que la influencia de su madre esté presente en la boda”, señalaba una fuente consultada por El Cierre Digital.   Sí lo ha hecho  el hijo de Carmen, Enrique Solís. Nuestro confidente daba una visión de ésta actuación del actual duque. “Es un hombre seco y duro. De negocios. Ha heredado el patrimonio económico, pero no el carismático. No asume que la Casa de Alba es algo más en la historia de España. Todo el mundo de glamour, flamenco y arte que rodeaba a su madre no le interesa. No le gustan los medios. No se siente obligado a considerarlos parte de su vida. La duquesa sí. Lo aceptaba como una obligación más”, asegura.

La recordada Cayetana con el actual duque

Estas afirmaciones remachan las que hizo Cayetano Martínez de Irujo, hermano menor de Carlos, al programa Lazos de sangre de TVE donde recordaba que la Casa de Alba también tiene un “patrimonio inmaterial” y verbalizaba el distanciamiento entre los hermanos.

Quien no ha confirmado ni desmentido su presencia es la Casa Real. Los actuales Reyes parecen querer mantener un distanciamiento con la nobleza tradicional. Fue muy comentado en su momento el que no acudiera al entierro en Sevilla de la mítica Cayetana. Sí lo hizo la Infanta Elena. Las relaciones de la duquesa fueron siempre positivas con la monarquía española. Tal era la fidelidad de la duquesa al Rey Juan Carlos I que sus hijos no dudaron en recurrir al monarca para impedir la boda de su madre con Alfonso Díez, sabiendo que ella cataría una prohibición por parte del monarca.

Un novio discreto

Cuatro años después de la desaparición de Cayetana, el futuro pasa por su nieto, que hoy contraerá matrimonio con Sofía Palazuelo. Fernando Fitz-James Stuart y Solís tuvo una infancia difícil. Cuando él todavía era un niño sus padres decidieron separarse. Su madre, Matilde Solís, sufrió una grave depresión que le llevó a intentar suicidarse. Para colmo, cuando trata de recuperarse asistiendo a tratamiento psicológico fue presuntamente víctima de abusos por parte de su propio psiquiatra, Javier Criado. Una acusación que le ha llevado a embarcarse en un largo litigio judicial.

Durante esta etapa el joven Fernando y su hermano pequeño Carlos fueron un bálsamo para su madre, que estuvo bajo sus cuidados durante mucho tiempo. Sin embargo, este vínculo con su madre no impidió al actual duque de Huéscar mantener fuertes lazos afectivos con su padre, el actual jefe de la Casa de Alba.  Reservado, prudente, familiar, buen gestor y amante del arte, a su corta edad Fernando parece estar perfectamente capacitado para desempeñar el papel de futuro heredero.

Fernando Huéscar con su madre Matilde Solís

Realizó sus estudios en el colegio Nuestra Señora de los Rosales. Después se decantó por el Derecho y el Márketing, que después amplió con dos másteres. Mientras cursaba uno de ellos, en el College for International Studies (CIS), conoció a la que va a ser su esposa dentro de unas horas, Sofía Palazuelo. Pero además de esta consolidada formación, el duque de Huéscar es un ferviente amante del arte, una cualidad indispensable para en un futuro poder gestionar el valioso patrimonio de los Alba.

No es de extrañar, por tanto, que el regalo de boda por parte de su padre haya sido un Renoir, Busto de mujer con sobrero de cerezas, adquirido por su abuela Cayetana en el Londres de 1973. Es habitual ver a Fernando en exposiciones de grandes museos y en aquellas en las que su familia cede alguna pieza. Siempre discreto, sin llamar la atención.

Como digno sucesor Fernando trabajará en los asuntos de la familia. Actualmente ayuda a su padre en Euroexplotaciones Agrarias, una de las empresas dedicadas a la gestión de sus terrenos. Además, es administrador solidario de Mibor Inversiones, una sociedad de inversión inmobiliaria que dirige su padre y en la que su madre, Matilde Solís, participa como administradora. Así es el heredero de los nuevos Alba, que pretenden alejarse de la larga sombra de ruido mediático que siempre acompañó a su abuela, Cayatena Fitz-James Stuart y algunos de sus tíos.

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