20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El menor perdía la vida este domingo tras caer sobre él un muro cuando juagaba en una tirolina en una finca de la localidad madrileña de Chinchón

La muerte de un niño de diez años resucita la polémica del peligro de las atracciones

Un columpio infantil.
Un columpio infantil.
Un niño de diez años perdía la vida este domingo al caerle encima un muro de ladrillos en una vivienda de Chinchón, en Madrid, cuando jugaba con otros menores en una tirolina de fabricación casera. No es la primera vez que un columpio, o una atracción, se cobra la vida de un menor. En 2010, una niña de seis años fallecía en Almería tras caérsele encima una estructura de hierro de un balancín. En 2017, una colchoneta mal anclada causó la muerte de una niña y heridas a otros seis menores.

Un niño de diez años perdía la vida este domingo tras caer sobre él un muro en una finca privada de la localidad madrileña de Chinchón. El fatal accidente tuvo lugar a las ocho de la tarde, cuando el menor se encontraba jugando en una tirolina con otros niños. Según relataron los padres del pequeño, sobre él se vino abajo un muro de ladrillos de unos dos metros.

Fueron los propios familiares quienes le trasladaron a un centro de salud de la cercana localidad de Colmenar de Oreja en parada cardiorrespiratoria, donde los sanitarios le practicaron maniobras de reanimación, hasta que llegó una UVI Móvil del Summa 112. Tras más de media hora intentando la reanimación del menor, los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento

Ahora, agentes del equipo de Guardia Civil de la Policía Judicial de Valdemoro se han hecho cargo de la investigación de la muerte del menor y, aunque no han trascendido más detalles, todo apunta a que se ha tratado de un accidente. 

Por desgracia, no es la primera vez que un columpio, o una atracción, se cobra la vida de un menor. 

Columpios en mal estado 

En octubre de 2010, una niña de seis años perdía la vida después de que la estructura de hierro de un balancín situado en un parque de Almería venciera sobre ella. La menor, que jugaba con otros pequeños, intentó subirse al columpio, que había sido desatornillado del suelo, supuestamente en un acto vandálico, y le cayó encima, causándole graves heridas en la cabeza. En esa ocasión, una enfermera que se encontraba en el parque, la trasladó al centro de salud de la villa, a muy pocos metros del lugar del accidente. Al advertir la gravedad de las heridas, los responsables del centro pidieron la ayuda de un helicóptero del SAS, que la desplazó hasta el hospital Torrecárdenas, donde fue operada de urgencia, aunque finalmente perdió la vida. 

Tan solo un año después, en 2011, otra menor resultó gravemente herida después de que, también un columpio, se cayera sobre ella. La niña se encontraba en el Parque Natural de Navalcarnero, de excursión escolar, jugando con sus compañeros. Los niños estaban subiendo a una viga de madera de unos cuatro metros de altura, sobre la que había una superficie que giraba sobre el eje, pero también se balanceaba. La pequeña esperaba su turno, abajo, cuando el mástil de madera se rompió de cuajo, justo a ras de suelo, y cayó sobre ella. 

Una colchoneta sin licencia

En 2017, una menor de seis años perdía la vida y otros seis resultaban heridos después de que saliese volando un castillo hinchable instalado en el restaurante Mas Oller, en la localidad gerundense de Caldes de Malavella.

Castillo hinchable. 

La atracción carecía de la licencia municipal que el reglamento de espectáculos de la Generalitat, en su artículo 39, establece para este tipo de elementos. De hecho, los dueños del restaurante tenían la obligación de notificar formalmente al ayuntamiento que disponían de la atracción en su recinto, y la obligación del consistorio era enviar al restaurante un técnico municipal para que revisara el punto en el que iba a ser instalado y también las características del castillo. Nada de eso ocurrió y por ello, ahora, los dueños del restaurante tendrán que responder ante la Justicia. 

El Juzgado de Instrucción nº 2 de Santa Coloma de Farners consideró en febrero de este año que hay indicios para juzgar a los dueños del Restaurante Mas Oller de Caldes de Malavella. La Fiscalía considera que el accidente fue “consecuencia directa de la inobservancia de las medidas de montaje, seguridad y supervisión”. Según el escrito de acusación de la fiscal, los procesados instalaron en el restaurante un hinchable que fue adquirido dos meses antes del siniestro por 3.000 euros sin que constase una etiqueta identificativa del fabricante. La atracción carecía de documentación oficial, manual de instrucciones o normas de seguridad, temas por los que no se interesó el acusado.

Pese a ello, sigue el escrito, montaron el hinchable cada fin de semana en que las condiciones meteorológicas lo permitían y lo sujetaban al suelo con dos anclajes ubicados en la zona posterior, nunca los delanteros, por no tener las cuerdas para hacerlo. "Una dejación total" que se habría cobrado la vida de la menor y por la que la fiscal pide cuatro años de cárcel y el pago de 503.000 euros. 

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