25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Las temperaturas veraniegas dejarán paso al frío y el mal tiempo generalizado a partir del jueves y durante todos los días festivos

Una Semana Santa sin procesiones, marcada por los cierres perimetrales, la lluvia y una borrasca

El tiempo casi veraniego se impondrá al principio de la Semana Santa, cuando se superarán los 30 grados por primera vez este año en la península, pero a partir del Jueves Santo se espera un tramo festivo de la Pascua con desplome de temperaturas y lluvias debido al acercamiento de una borrasca atlántica.

El portavoz de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), Rubén del Campo, apuntó este lunes que “la presencia de un anticiclón en el interior del continente europeo y bajas presiones en el Atlántico favorecerán la llegada de vientos del sur y del sureste, que propiciarán un aumento de las temperaturas hasta el miércoles, también llegará polvo en suspensión que dará lugar a calima, es decir, reducción de la visibilidad y un empeoramiento de la calidad del aire”, añadió.

A partir del jueves, la llegada de una borrasca atlántica al oeste de España dará lugar a lluvias y chubascos, y las temperaturas bajarán, con lo que pasarán de estar entre 5 y 10 grados por encima de lo habitual a mantenerse en valores propios para la época o incluso algo más altos de lo normal en las regiones mediterráneas. Este año tampoco habrá procesiones como el pasado año.

Subida de temperaturas 

Durante el martes y el miércoles continuarán el ascenso térmico iniciado este lunes.  El portavoz de la Aemet explicó que “serán valores muy altos para la época, entre 5 y 10 grados por encima de lo normal en la mayor parte de España, salvo a orillas del Mediterráneo, donde los vientos de componente este y sureste mantendrán las temperaturas un poquito más acordes a la época del año”.

Del Campo comentó al respecto: “En el resto de España hablamos de valores más propios de la segunda quincena de mayo o incluso de la primera quincena de junio que de finales de marzo. Esto ocurrirá sobre todo el miércoles en Galicia y las comunidades cantábricas; se superarán los 25 grados de manera holgada en puntos como Lugo, Orense, Oviedo, Santander o Bilbao”.

Además, habrá cerca de 25 grados en ciudades como Madrid y Toledo, y buena parte del cuadrante suroeste peninsular. Los valles del Guadiana y del Guadalquivir superarán los 30 grados. “En el Guadalquivir, puntualmente incluso podrían superarse los 32 grados en el entorno de la ciudad de Sevilla”, añadió Del Campo.

El martes y el miércoles apenas lloverá. Podría haber algún chubasco vespertino débil y aislado, que podría estar acompañado de tormenta, en los tercios oeste y sur peninsulares. Con una borrasca atlántica acercándose a la península, esos chubascos podrían llegar el miércoles al noroeste peninsular, también de forma débil y dispersa. Además, esa misma borrasca podría dejar algunos chubascos en Canarias, sobre todo en el norte de las islas más montañosas.

Peligro de incendios

El martes comenzará a notarse en el sur peninsular la entrada de polvo en suspensión procedente del Sáhara, que será más evidente el miércoles en la mitad meridional y también en el oeste de la península. 

Ello se traducirá en una reducción de la visibilidad y un posible empeoramiento de la calidad del aire por ese material particulado de polvo procedente del continente africano.

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Imagen de riesgo de incendios publicada por AEMET.

El miércoles soplarán vientos del sureste en zonas de montaña, especialmente en el Cantábrico oriental y el norte de Navarra, donde pueden superar los 70 u 80 km/h. “Precisamente por esos vientos intensos, que llegan allí secos y recalentados, junto con las altas temperaturas, el riesgo de incendios será extremo en la cornisa cantábrica, así que mucha precaución por allí”, narró Del Campo.

Descenso a partir del jueves

Desde el Jueves Santo, la llegada de una borrasca atlántica al oeste de la península producirá cambios. Así, habrá un aumento de la inestabilidad, con lluvias el mismo jueves en la mitad occidental peninsular, de manera que serán más abundantes en Galicia, el oeste de Castilla y León, Extremadura y el oeste de Andalucía. Esas lluvias podrían extenderse débilmente ese mismo día al centro peninsular, pero no llegarán a las regiones mediterráneas.

En cuanto al Viernes Santo, la mayor probabilidad de lluvias y chubascos se centra en el centro y la mitad norte de la península, si bien no se descartan precipitaciones en el este de Castilla-La Mancha, el sur de Aragón y el interior de la Comunidad Valenciana.

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Imagen de lluvia en Madrid.

“En general, hablamos tanto para el jueves como para el viernes de precipitaciones en forma de lluvias y chubascos que no son generalizados ni persistentes, sino que caen y están repartidos por muchas zonas, pero no duran demasiado tiempo”, resumió Del Campo.

El jueves y el viernes no se esperan precipitaciones o aparecerán testimonialmente en las provincias mediterráneas, donde, en cambio, será más patente el polvo en suspensión.

Sin heladas

El jueves soplarán vientos fuertes el suroeste en Galicia y el área cantábrica, y las temperaturas bajarán en la mitad occidental peninsular, con un descenso notable en el suroeste. El descenso térmico se notará más el viernes en el interior central y oriental de la península. En cambio, los termómetros marcarán valores más altos el jueves y el viernes en las comunidades mediterráneas.

“Regresaremos a valores propios para la época del año en el oeste de la península, pero continuaremos con temperaturas atlas en el noreste y el interior de las regiones bañadas por el Mediterráneo”, señaló Del Campo, quien apuntó que: “A pesar del descenso de las temperaturas, no esperamos valores excesivamente fríos ni heladas nocturnas”.

Por último, la incertidumbre en el pronóstico aumenta para este fin de semana. No obstante, es probable que la mayor inestabilidad se concentre en el Cantábrico y Pirineos, por un lado, y el este peninsular y Baleares, por otro, con lluvias y chubascos irregularmente repartidos y nevadas en cotas altas. Las temperaturas bajarán en esas zonas, mientras que se irían recuperando en la mitad occidental de la península.

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