19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Miles de documentos revelan que la multinacional consiguió asentarse en grandes ciudades al incumplir leyes y hacer lobby en las más altas esferas

Polémica en Uber: De la guerra contra los taxis a sus maniobras 'inmorales'

Uber.
Uber.
La empresa Uber se encuentra en el ojo del huracán después de que haya saltado el escándalo de los ‘Uber Files’, una filtración de 124.000 documentos compartidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) al diario británico ‘The Guardian’. En ellos se descubre cómo esta multinacional utilizó el tráfico de influencias y el soborno para saltarse leyes y evadir impuestos durante su expansión internacional entre 2013 y 2017.

Según los 124.000 documentos filtrados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, Uber consiguió, gracias a una estrategia que pasaba por incumplir leyes, engañar y hacer lobby en las más altas esferas, penetrar en el mercado de las principales capitales del mundo.

Dentro de esta investigación se recoge cómo Mark MacGann, jefe de Uber en Europa en aquellos momentos, mantuvo reuniones con altos cargos políticos del nivel de Emmanuel Macron, actual presidente de Francia, para conseguir su favor y lograr una gran expansión de la marca.

En las conversaciones con Macron se destaca que el actual presidente francés pidió a las entidades reguladoras de su país que no fueran “demasiado conservadoras” interpretando la legislación del sector del taxi y se sabe que, aún cuando no era ni ministro, prometió al por aquel entonces jefe de Uber en Europa que modificaría la ley.

En estas grabaciones aparecen también otras conversaciones privadas de gran relevancia como las mantenidas con inversores de esta multinacional estadounidense, con un embajador de Estados Unidos o un oligarca ruso. Dentro de la investigación se demuestra cómo Uber realizó un uso indebido de la tecnología de privacidad consiguiendo evitar que las entidades reguladoras tuvieran acceso a información sensible durante las inspecciones pertinentes en al menos seis países. Este procedimiento, conocido como 'kill switch', permitía desconectar los ordenadores con información sensible.

The Uber Files: Irish lobbyist Mark MacGann emerges as whistleblower – The  Irish Times

Mark MacGann.

Otro de los hechos que más ha levantado ampollas tras salir a la luz estos documentos es que los directivos de Uber intentaron aprovechar las manifestaciones realizadas por los taxistas, intentando que se difundiera una supuesta agresión con arma blanca o ataques a los medios por parte de su competencia para ensuciar su imagen.

Tras saltar el escándalo, Uber se ha manifestado recalcando que “no hemos puesto ni pondremos excusas por los comportamientos pasados que claramente no son coherentes con nuestros valores actuales". "Pedimos que nos juzguen por lo que hemos hecho en los últimos cinco años y por lo que haremos en los próximos años", subraya Jill Hazelbaker, portavoz de Uber, que también reconoció los "errores cometidos en la gestión de Uber antes de 2017".

Continúa la guerra entre taxis y VTC

La batalla entre el sector del taxi y las plataformas VTC se encuentra muy lejos de llegar a su fin. La principal causa de esta guerra es que los taxistas de nuestro país consideran que existe una “competencia desleal” por parte de las VTC, ya que la gran cantidad de licencias que se emiten para este tipo de empresas, las jornadas laborales de más de ocho horas y las malas prácticas como el subarriendo, la cesión o el traspaso de la explotación de las licencias suponen un grave perjuicio para los trabajadores del sector del taxi.

Otra de las causas por la que los taxistas solicitan la intervención del Gobierno para regular correctamente el servicio de las empresas VTC es la búsqueda de clientes por parte de sus trabajadores. Las licencias VTC obligan a contratar con antelación el viaje del cliente, por lo que sus conductores no están autorizados a circular por las carreteras en su busca, aunque una gran cantidad de taxistas afirma que las empresas VTC realizan esta actividad de forma clandestina.

La última polémica que ha surgido en esta batalla es el color de los vehículos de este tipo de empresas. A lo largo de los últimos años, los vehículos han resultado fácilmente reconocibles en nuestro país. En la mayoría de los territorios de España, los taxis se relacionan con el color blanco, aunque hay algunas excepciones, como es el caso de Barcelona, en la que son negros y amarillos. Por su parte, los vehículos de las empresas VTC han utilizado el color negro como identificador aunque, recientemente, en ciudades como Madrid, han decidido utilizar el blanco, un movimiento que ha levantado las sospechas entre los taxistas.

Vehículo de empresa VTC de color blanco.

Ignacio Castillo, presidente de la Plataforma Caracol del Taxi considera que esta “es una estrategia para tratar de equiparar los taxis y los VTC”, un movimiento que en el sector se conoce como “taxificar los VTC y Uberizar los taxis”. Este movimiento ha sido impulsado por las empresas VTC pero, tal y como explica Castillo, “al Gobierno de Madrid le viene bien, ya que favorece la liberalización de este servicio, que es lo que ellos quieren”.

El principal escollo que se encuentra esta iniciativa de liberalizar el servicio del taxi es la Directiva Bolkestein. Esta norma, utilizada para establecer la libre prestación de servicios en la Unión Europea, descarta la posibilidad de liberalizar los diferentes medios de transporte urbanos, incluidos los taxis. De esta forma, el Estado que intente realizar esta estrategia se arriesga a recibir demandas patrimoniales que pueden traducirse en sanciones y multas millonarias. De hecho, el presidente de la Plataforma Caracol del Taxi ha confirmado a Elcierredigital.com que este tipo de demandas por parte de los taxistas ya se han producido.

En cuanto a la guerra que se vive entre estos dos sectores, Castillo explica que “no es una guerra de taxis contra VTC, sino una guerra entre los taxistas y cuatro empresarios que acaparan más de 90% de las licencias VTC y que se creen más listos que nadie”, y  considera que “todo viene del taxi”, pero como el 78% de licencias pertenecen a autónomos, estos empresarios que contratan conductores para “explotarles” no representan un porcentaje significativo y por eso aprovechan las empresas VTC para hacerlo.

Pese a que el porcentaje de taxistas que trabajan contratados durante un mayor número de horas de las permitidas no es elevado, sigue representando un grave peligro para los trabajadores, ya que “a partir de las 40 horas semanales, el dinero que ganan lo dejamos de ganar nosotros”. De hecho, este tipo de conductores “son cómplices, porque al hacer tantas horas ganan mucho dinero y fomentan la verdadera guerra que vivimos”, concluye Ignacio.

Si este afán de liberalizar los transportes continúa, el riesgo de que el Gobierno se enfrente a más demandas patrimoniales es elevado, por lo que el desarrollo de este conflicto afectará a todos los ciudadanos de nuestro país.

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