19 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

EL SERVICIO DE LOS vehículos COMPARTIDOS parece fracasar como demuestra el hecho de que sus unidades hayan sido abandonadas en un descampado francés

El fracaso del 'car sharing': Miles de coches eléctricos hacinados en un descampado de París

Pasillo con coches abandonados a cada lado en el descampado de Francia
Pasillo con coches abandonados a cada lado en el descampado de Francia
Un descampado a las afueras de Romorantin, ciudad francesa cercana a París, se ha convertido en un cementerio de coches eléctricos. Estos autos destinados al uso compartido dejaron de prestar el servicio hace tres años. La dificultad para las empresas de vender estos vehículos por el servicio público al que han sido destinados hace que miles de ejemplares descansen en un terreno cercano a la capital francesa.

El fracaso de la iniciativa de los autos compartidos o car sharing es la causa del abandono de un número considerable de vehículos eléctricos en un descampado a las afueras de Romorantin. Este intento de revolución en cuanto al uso del coche por parte de Autolib y los Bolloré bluecar no tuvo los beneficios, ni el impacto esperados por estas empresas.

El proyecto duró apenas siete años. El servicio de Autolib consistía en la colocación de estaciones con autos eléctricos, aparcados junto a sus respectivos puntos de carga, que podían ser alquilados durante un período de tiempo determinado. Este uso era normalmente muy corto. Este modelo de negocio, por lo tanto, se parecía considerablemente al de las bicicletas existente en muchas ciudades del mundo.

Los vehículos comenzaron a operar en París, y posteriormente, se distribuyeron en Lyon y Bordeaux. Sin embargo, la actividad se paró antes de lo esperado. Al séptimo año, París rescindió su contrato antes de tiempo, ya que estaba fijado hasta 2023. La causa principal de esta caída fue la poca rentabilidad económica, reflejo de ello es la deuda de 200 millones de euros en el momento del cierre.

Fila de vehículos eléctricos abandonados

En los inicios, el negocio parecía despegar cuando superó los 110.000 suscriptores. Sin embargo, de la misma manera se bajaron 8.000 usuarios entre 2016 y 2017. La pérdida de estos clientes estuvo motivada por el mal estado de los vehículos. El uso diario por un alto número de personas y la dificultad para llevar el mantenimiento adecuado provocaba el disgusto de los consumidores. Muchos de ellos se encontraban con los vehículos sucios y con colillas y botellas en el interior.

Además, algunas unidades eran utilizadas por los sintecho para dormir dentro de ellas y los incendios eran también comunes. Bolloré tuvo que aclarar que los incendios no se debían a problemas de fiabilidad, sino más bien a actos vandálicos.

Estado de los vehículos

 Finalmente, tras siete años el servicio se paró y los 4.000 Bluecar tuvieron que ser trasladados fuera de la ciudad. Un millar de las unidades se introdujeron en el mercado de vehículos usados, después de disminuir su precio. La mayoría, por lo tanto, se encuentran en el descampado a las afueras de Romorantin. El estado de muchos de ellos es pésimo. El uso al que habían sido destinados ha provocado golpes en las carrocerías, cristales rotos y ausencia de algunos elementos.

Vehículo eléctrico de  Autolib en el descampado

Asimismo, algunas de las características de estos coches eléctricos complican bastante su reutilización. El aluminio de la carrocería encarece los arreglos que pudieran ser necesarios. Otro de los problemas es la batería. Aunque prometa una autonomía de 250 kilómetros en ciudad, si el auto está parado y desenchufado de la corriente, su batería se descarga rápidamente. El servicio público al que fueron destinados complica en definitiva la desaparición de este cementerio de coches.

COMPARTIR: