23 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Sustainable Aviation Fuel (SAF) pretende descarbornizar el mercado y se prevé que todas las aerolíneas lo utilicen para el año 2030

El combustible sintético que revolucionará la aviación al reducir la emisión de gas de efecto invernadero

Combustible SAF.
Combustible SAF.
Sustainable Aviation Fuel (SAF) es el combustible sintético y sostenible que pretende descarbornizar el sector de la aviación, sustituyendo los antiguos combustibles fósiles que dañan la atmósfera terrestre. Tanto la Unión Europea como el sector de la aviación apuestan por esta alternativa, propulsados por las industrias de suministros españolas.

La aviación es uno de los sectores de más importantes de la economía global. Se trata de un medio de transporte fundamental para las grandes distancias, con el que cada año se efectúan millones de desplazamientos, tanto de pasajeros como de mercancías de forma rápida e internacional. 

Las empresas de aviación cada vez más están apostando por alternativas sostenibles que cuiden del medioambiente y procuren un menor impacto de residuos en la capa de ozono, con el fin de preservar el planeta el mayor tiempo posible.

Con este objetivo, el sector ha comenzado el proceso de descarbonización de las aeronaves, apostando por nuevos productos que reduzcan el consumo de emisiones nocivas en la atmósfera. Es lo que pretende el combustible SAF (sustainable aviation fuel, por sus siglas en inglés). Este producto no necesita la adaptación de los motores de los aviones ni un cambio en el sistema de transporte del producto a través de la red de tuberías para su uso.

Se trata de un combustible sostenible para la aviación cuyo uso quiere generalizarse con el fin de alcanzar los criterios de desarrollo sociales, económicos, y ambientales que reduzcan el impacto de los gases de efecto invernadero hasta en un 60%, con una materia prima que no afectará a la biodiversidad.

Tradicionalmente, el combustible utilizado en la aviación proviene de combustibles fósiles que sobrepasan los niveles de CO2 establecidos en los nuevos acuerdos y que generan gases de efecto invernadero. Sin embargo, el combustible sintético puede reducir estas emisiones hasta en un 80% durante la mayor parte de su vida útil.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se interesa por las nuevas formas de afrontar la sostenibilidad, sumándose a los beneficios que aportará el SAF, con el fin de apoyar a la aviación internacional a alcanzar sus ambiciones de reducción de carbono.

Se trata de un proceso lento, y se estima que hasta al menos 2025 no se podrá usar al 100% esta alternativa, impulsada por un reglamento europeo que obligará a las compañías a establecerse bajo estas condiciones. Muchas aerolíneas ya se han sumado a este modelo, como Iberia en Europa o United en Estados Unidos.

Las industrias españolas se suman a este progreso

 

Para garantizar que el futuro de la aviación se sustente en estos combustibles, compañías españolas como Cepsa pretenden producir este tipo de carburante que suministrarán a diferentes aerolíneas del sector. Su objetivo es alcanzar una producción de 800.000 toneladas anuales.

La parte negativa de esta solución es la económica. Y es que el combustible sostenible tiene un mayor precio en el mercado que el combustible fósil: se trata de una alternativa más cara y sin suficiente abastecimiento para toda la demanda que existe en el sector, al menos por ahora.

El sector industrial y el de aviación exigen la neutralidad comercial para que este plan de acción progresivamente sea viable, reduciendo las barreras comerciales y consiguiendo una descarbonización completa del sector con en el plan previsto, tanto por las aerolíneas como por las distribuidoras.

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