26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La empresa sigue muy lejos de su facturación antes de la crisis

Ocho retos y problemas que tiene que afrontar el nuevo Consejo de El Corte Inglés tras la salida de Dimas Gimeno

Jesús Nuño de la Rosa, presidente de El Corte Inglés
Jesús Nuño de la Rosa, presidente de El Corte Inglés

La salida de Dimas Gimeno del Consejo de El Corte Inglés inicia una nueva etapa en el en la mayor cadena de Grandes Almacenes en España. Un pequeño respiro que no significa la paz, pero que, si puede centrarse en los grandes retos y problemas a los que se enfrenta desde hace años y que, en el mejor de los casos, tan solo ha puesto parches o lanzado medidas de escaso calado.

Tras la junta de ayer, el equipo que comanda el nuevo presidente, Jesús Nuño de la Rosa, lanzó un comunicado oficial a los medios en los que se asegura que El Corte Inglés inicia una nueva etapa marcada por “la unidad, la profesionalización y el buen gobierno”. Buenas palabras, que tienen que reflejarse en los hechos:

Ocho puntos clave

 

  • Mejorar las cifras de negocio: El Corte Inglés lleva cuatro años de mejora de ingresos y tres de beneficios al alza. Tiene que continuar su senda al calor de la recuperación económica. No podemos olvidar que sus algo más de 15.900 millones facturados quedan aun muy lejos de los 18.000 millones que superó antes de la crisis.

 

  • Crecer y mejorar en la venta online: Fue la gran oportunidad perdida. El Corte Inglés ahora crece en un 27% de la venta online, pero bajo la sombra de Amazon. El gigante norteamericano es líder absoluto y modelo que imitar para sus competidores si quieren satisfacer al cliente. Es cierto que El Corte Inglés ha mejorado en tiempos de entrega y disminuidos errores graves que desesperaban a sus clientes hasta hace unos años (por ejemplo, que anularan pedidos por no tener productos comprados en stock), pero si quiere sobrevivir tiene que aunar la venta física con una mejor y más eficiente venta online.

 

  • Filiales que no funcionan: Tras reordenar en los años anteriores Opencor e Hipercor (integradas en Supercor y El Corte Inglés respectivamente) y mejorar los resultados de Sfera, el resultado de otras no es nada satisfactorio. La más llamativa es Bricor que, aunque ha ampliado su espacio comercial a zonas Premium en sus centros comerciales más emblemáticos, ha cerrado el pasado ejercicio con pérdidas cercanas a 9 millones de euros y una facturación muy discreta.

 

  • Reordenar sus centros de venta: Una de sus grandes rémoras es que su negocio combina centros muy rentables con otros con importantes pérdidas. Debe abandonar la idea de que cerrar o vender establecimientos es un síntoma de debilidad y desinvertir si es necesario para mejorar la rentabilidad del Grupo.

 

  • Internacionalización: La gran oportunidad perdida de El Corte Inglés en la época de crecimiento de beneficios en España debe afrontarse de nuevo. España es un mercado maduro y depender casi exclusivamente de su evolución económica (Portugal aporta una parte mínima en su facturación) un riesgo importante. Su experiencia en España debe ser motor para entrar en nuevos mercados.

 

  • Reducir su deuda y mejorar las vías de financiación.: La entrada de Qatar Investment Authority (QIA) y las desinversiones han reducido la deuda del grupo un 23% en los últimos 4 años, un esfuerzo que deben continuar en los próximos ejercicios. También deben “modernizar” sus vías de financiación. Conseguir dinero “caro” con respecto al mercado con productos como los pagarés que compraban sus empleados debe ser desterrada o al menos ser algo marginal.

 

  • Solucionar definitivamente los problemas internos: La salida (previo pago de indemnización) de Dimas Gimeno del Consejo no deja de ser un pequeño respiro, pero el expresidente con un 7% del capital de la empresa sigue siendo un actor importante en el Grupo. Futuros problemas pueden seguir distrayendo a la empresa a la hora de abordar problemas importantes. Una solución definitiva es fundamental.

 

  • Salir a Bolsa: ¿Cuánto vale El Corte Inglés? Nadie sabe poner una cifra. Los conflictos cada vez que algún accionista ha querido vender sus participaciones por las diferencias de precio entre el que quiere comprar y el que quiere vender no son nuevos. Una salida a Bolsa no solo daría transparencia a la empresa, también viabilidad a medio plazo.

 

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