29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

LA MUJER QUE ESTRANGULÓ AL NIÑO DE OCHO AÑOS EN ALMERÍA CUMPLE LA PERMANENTE REVISABLE CON SALIDAS PROGRAMADAS EN BRIEVA, DONDE ESTUVO URDANGARIN

Ana Julia Quezada, asesina del pequeño Gabriel Cruz: Así es su vida en prisión desde 2019

El Cierre Digital en Ana Julia Quezada
Ana Julia Quezada
Ana Julia Quezada fue condenada el 30 de septiembre de 2019 con una pena de prisión permanente revisable por el asesinato de Gabriel Cruz, el hijo de ocho años de su pareja sentimental cuando cometió en crimen. Ana Julia ingresó en la prisión de Acebuche en Almería, pero debida a la presión y las constantes amenazas que sufría solictó el traslado a otra prisión. Esa solicitud fue concedida y le trasladaron al centro penitenciario de Brieva, Ávila.

Ana Julia Quezada asesinó a Gabriel Cruz, hijo de su pareja sentimental que tenía solo ocho años, en Almería el 27 de febrero de 2018. Tras una discusión con el pequeño Ana Julia le golpeó y le estranguló, posteriormente participó en la búsqueda del menor hasta que fue sorprendida tratando de trasladar el cadáver del niño. La asesina fue condenada a prisión permanente revisable por los agravantes que sus actos conllevaba.

Tras ser condenada, Quezada ingresó en 2019 en la cárcel de mujeres de Acebuche, Almería. En su ingreso en prisión entró en régimen de aislamiento, ya que se le aplicó el artículo 75.2 para preservar su vida y su integridad física ante la gravedad moral del crimen que había cometido. Cuando pasó a régimen normal tuvo un altercado con varias presas que conocían bien quien era y que había hecho, por lo que pidió regresar a aislamiento, ya que también sufría amenazas constantemente. Tras varios meses en prisión intentó suicidarse realizándose algunos cortes en su cuerpo

En diciembre de 2019 Quezada pidió su traslado a una cárcel del centro de la Península ante la complicada situación que vivía en Acebuche. Tras la solicitud Ana Julia consiguió ser trasladada a la prisión de Brieva, Ávila.

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Elcierredigital.com ha contactado con Joaquín Leyva, portavoz de ACAIP, que explica que “Ana Julia se encuentra en Ávila en un módulo de una prisión de mujeres que se distribuye por colores, no por números. Ella se encuentra en el módulo azul, 'MER', Módulo de Educación y Respeto. Este módulo  tiene un régimen de vida más laxo, ya que se presupone que tienen un mejor comportamiento, a su vez tienen que cumplir una serie de obligaciones que es la participación en actividades y las salidas programadas”.

“Quezada no tiene ningún trabajo específico dentro de la prisión como la cocina o reparto de comida, pero sí que participa en todas las actividades y tiene un comportamiento bastante sosegado tanto con internas como con trabajadores. Cuando entró en la prisión si que hubo más tensión con ella por el delito que había cometido y por lo mediático que había sido, pero al final no hay que olvidar que convive con otras asesinas que han cometido delitos incluso más graves que el suyo.Todo eso acaba diluido, y ahora mismo el comportamiento es bastante normalizado y su relación con las internas es normal”, concluye Joaquín.

La condena impuesta a Ana Julia

Han pasado tres años de la condena a la pena de prisión permanente revisable por parte de la Audiencia Provincial de Almería a Ana Julia Quezada, que fue la primera mujer condenada a la pena máxima desde la entrada en vigor de la prisión permanente revisable en 2015. El artículo 140 del Código Penal prevé la prisión permanente revisable en los casos de “asesinato de menores de 16 años o de personas especialmente vulnerables; asesinatos subsiguientes a un delito contra la libertad sexual; asesinatos cometidos en el seno de una organización criminal, y asesinatos reiterados o cometidos en serie”.

El primer supuesto fue utilizado por la Fiscalía y la acusación que representaba a la familia del pequeño Gabriel para pedir la prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada. En la sentencia se le consideró autora de un delito de asesinato con el agravante de parentesco. También fue condenada por dos delitos de lesiones psíquicas cometidos en las personas de los padres del menor a tres años de prisión en la persona del padre, Ángel Cruz, por la concurrencia de la agravante de parentesco, y a dos años y nueve meses de prisión en la persona de la madre, Patricia Ramírez.

Ana Julia Quezada quiere ser trasladada a la prisión de Brieva (Ávila). Ana Julia Quezada durante los días del juicio

Además fue condenada por dos delitos contra la integridad moral, la magistrada Alejandra Dodero impuso a Quezada a un año y seis meses en la persona del padre, al concurrir la agravante de parentesco, y a un año en el caso de parentesco con la madre de Gabriel. En concepto de responsabilidad civil, la sentencia le obligó a abonar por daños morales a los padres del menor la cantidad de 250.000 euros a cada uno de ellos. Junto a ello, fue obligada a abonar los gastos ocasionados al Estado en las labores de búsqueda del menor, que ascienden a la suma de 200.203 euros.

En relación con la alevosía del asesinato, la magistrada-presidente, Alejandra Dodero, explicó que la imposición de esta pena máxima se debe a la alevosía apreciada que, a su vez, "se basa en la forma de comisión delictiva, sorpresiva, inopinada, y en la relación de confianza que existía hacia la persona de la acusada por parte del menor".

El terrible asesinato de Ana Julia Quezada a Gabriel Cruz

El 27 de febrero de 2018 Gabriel Cruz salió de casa de su abuela en Las Hortichuelas, Nijar, de camino a casa de uno de sus primos el pequeño desapareció. Tras darse cuenta de que no llegó al destino su familia comenzó la búsqueda. Ana Julia Quezada, que en aquel entonces era la pareja sentimental de Ángel, padre de Gabriel, participó en el operativo

Quezada estuvo con Gabriel en la residencia familiar el día de su desaparición y fue quien encontró la camiseta del niño durante su búsqueda. Tras doce días de búsqueda, la Guardia Civil encontró el cuerpo sin vida de Gabriel en el maletero de Ana Quezada, Ana había ocultado en un pozo el cuerpo del niño y fue captada por los agentes cuando trataba de trasladar el cadáver a otro lugar.

 

Ante la Guardia Civil, Quezada admitió haber asfixiado al pequeño tras una discusión en la que lo golpeó con la parte roma de un hacha. Tras esto cavó un hoyo en una finca de la familia en Rodalquilar para enterrar al menor pero el hueco no era lo suficientemente grande, intentó cortarle las extremidades pero no pudo. Finalmente  el informe ampliado de la autopsia reveló que la víctima murió de forma violenta "una o dos horas después de comer", es decir, después de abandonar la casa de Las Hortichuelas. 

Según un informe de la Guardia Civil, existían "claros indicios" de que la asesina de Gabriel pudo haber asesinado a su hija en 1996; una investigación que comenzó en el mes de marzo, tras encontrar el cuerpo de Gabriel Cruz, y que fue incluida en el sumario de este último caso. En el momento en que se produjo la "muerte accidental" de la menor de cuatro años, Quezada no fue interrogada tras escudarse en que sufría una "situación de estrés-traumática".

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