Las redes le castigan eliminando sus canales de Twitch y Youtube por agredir a personas por la calle, colarse en estadios de fútbol y grabarlo todo
Así es Borja Escalona, el youtuber capaz de todo para ganar seguidores
Internet ha cobijado diversas polémicas que atañen al famoso youtuber Borja Escalona, que han dado como resultado que su contenido haya sido calificado como “inapropiado”. Y es que Escalona ha dedicado gran parte de su permanencia en las redes a cometer delitos, a golpear a una mujer e incluso ha proferir amenazas de muerte a otros creadores de contenido.
Sin embargo, su popularidad ha durado más de lo que cabía esperar ya que aunque sus canales proveían de un contenido que, como mínimo, rebosa mala educación, lograba gran repercusión. Escalona -pese a las críticas- continuó con la misma dinámica de vídeos.
Escalona dice sufrir bullying
Las dos plataformas que utilizaba Escalona, YouTube y Twitch, han decidido cerrar los canales del creador de contenido sevillano al sobrepasar los límites de la ética. Ante esta circunstancia, el youtuber ha publicado un vídeo llorando donde da explicaciones sobre su ausencia: "Perdonadme por haber estado desaparecido unos días, pero os podéis imaginar cómo ha sido el vendaval de odio que he recibido y no estaba preparado para todo esto que se me ha venido y se me está haciendo complicado".
Borja Escalona publica un vídeo llorando explicando que sufre bullying.
Este contó: "El otro día fui a cenar con mi mujer cuando llegamos a Madrid y el gerente del bar me echó porque dijo que no quería indeseables en su local y que antes de que pidiera, que pusiera reseñas, que me las metiera por el cu…".
"He tenido que cerrar redes sociales, me he quitado Twitter, no he podido salir de casa, no me han dejado ir al gimnasio, me han devuelto el dinero de la cuota mensual…" declara en su vídeo, donde, viendo que la situación se le ha puesto seria, ha pedido disculpas "a todo aquel que se haya sentido ofendido, España en general y, sobre todo, a la gente de A Tapa do Barril".
Polémicas más reconocidas
Uno de los contenidos de Escalona se grabó en el centro de Madrid, cuando Borja salió a las calles con una maquinilla de cortar el pelo. Con ella amenazaba a la gente con cortárselo. Entre los acosados, un hombre a quien le dijo que le iba a "pegar un chuletón" y "un castañazo" y al que, finalmente, decidió lanzarle la maquinilla que rebotó en el rostro de una mujer, que tuvo que recibir asistencia médica.
En otra ocasión, se le ocurrió ir a una cárcel diciendo: "Buen día, tengo que pagar las consecuencias de los actos, me he equivocado". Sin embargo, más adelante confesó que simplemente se había metido en una prisión para seguir una estrategia de marketing y lograr más seguidores.
Borja Escalona se cuela en un estadio de fútbol profesional.
También se ha colado en estadios de fútbol, como por ejemplo el de Riazor, del Deportivo La Coruña. Lo hace en momentos en los que no hay seguridad, pero sigue siendo un acto ilegal.
También ha hecho visibles sus prejuicios sobre determinados ciudadanos. Así, se ha descubierto con sus comentarios contra los canarios y andaluces: "Las tribus salvajes tienen superpoderes. Se levantan a las 12:30; luego, hablan un dialecto suyo". Calificó a los andaluces de “salvajes” y les faltó al respeto con adjetivos menospreciativos.
Pero tampoco parece respetar las opiniones de otros compañeros de profesión. Es el caso del Kidi, un creador de contenido que publicó un vídeo opinando sobre lo sucedido con Borja Escalona y la maquinilla que lanzó y cayó sobre la cara de una mujer, y que tuvo que sufrir su agresividad. Escalona fue a buscar personalmente a Kidi junto a otro amigo y le amenazó en vivo. Le agarró el brazo, le quitó las llaves de la moto a Kidi y este finalmente huyó: “Mierdón”, “mira cómo corre la rata”.
También cabe recordar otros dos de sus vídeos que se han hecho muy virales. En uno, Borja se cuela en el metro y un trabajador del transporte público le recuerda que eso está prohibido, a lo que Escalona respondió amenazando: “¿Me acabas de agarrar del brazo? Vamos a tener un disgustito, lo sabes, ¿no? Vamos a hacer una cosa. Voy a olvidar que me acabas de tocar”. El otro, es su visita a un bar de Vigo del que se va sin pagar lo que consumido: “¿Tengo que pagar? Pues te tengo que cobrar esta promoción que te acabo de hacer. No te voy a pagar dos euros por esto”.
