
La vida de Robinho en prisión: El exfutbolista del Madrid sin privilegios en Sao Paulo
El brasileño está en la prisión de Tremembé desde 2024 cumpliendo una condena de nueve años por un delito de violación
Hace años llegó a España un jugador que venía para dominar el fútbol mundial. Tal era su talento que uno de los mejores jugadores de la historia como Pelé le nombró su heredero. Se trata de Robson de Souza (Brasil, 1984), mejor conocido como Robinho.
Su nivel futbolístico fue decayendo y comenzó a ser noticia por lo que hacía fuera del campo más que por su rendimiento dentro. A tal punto que hoy en día se encuentra cumpliendo una pena por una violación grupal en 2013 en Brasil. Recientemente la justicia brasileña ha rechazado un recurso de la defensa del exfutbolista sobre permisos de salida.
Su entrada y vida en prisión
Todo comenzó en 2013, cuando todavía era jugador del AC Milan. Una joven albanesa sufrió ese año una violación colectiva en la que habría participado el brasileño. En 2017 un tribunal de Milán le condenó a nueve años de prisión y en 2022 la sentencia se hizo firme.
Sin embargo, la justicia brasileña no permite la extradición para los nacionales, donde se encontraba Robinho antes de la sentencia. Por lo que Tribunal Superior de Justicia del país determinó que cumpliese la condena en Brasil. En marzo de 2024 se dio su entrada en la cárcel.
Desde que comenzó el castigo está en la Penitenciaría II de Tremembé en Sao Paulo, la denominada ‘cárcel de los famosos’. El futbolista pasó de la vida de lujo a compartir una celda de ocho metros cuadrados con otro recluso. En algunos módulos, las llegan a compartir hasta seis, entre los que se encuentran asesinos.

Lejos queda su vida en el fútbol, por lo que dentro de su condena, ha decidido buscar otro camino profesional. Su abogado Mario Rosso Vale informó de que Robinho se inscribió en un curso básico de electrónica para aprender a reparar televisores y radios. E incluso se encarga del huerto del penitenciario. Manteniendo un perfil bajo, aunque ganándose el respeto de los demás presos, que le han regalado unas botas para jugar al fútbol en los recreos.
Sin embargo, sus defensores están intentando sacar al futbolista de prisión. Aunque sin éxito, ya que la justicia brasileña ha rechazado este miércoles un recurso planteado por sus abogados. Según este, el Tribunal Superior de Justicia no había tenido en cuenta la retroactividad de una ley migratoria que permite el cumplimiento en el país de una pena impuesta en otro.
Al haberse aprobado la ley años después de cometerse el delito, consideran que no se le podría aplicar. Sin embargo, fue rechazado por el organismo de justicia. Así Robinho tendrá que cumplir los casi ocho años de prisión que le quedan, habiendo pasado ya más de uno en la cárcel.
Según ha trascendido, Robinho no cuenta con ningún privilegio o permiso dentro de prisión. Y tal como se puede advertir por su última negativa, la Justicia brasileña tampoco parece tener intenciones de rebajar las condiciones de su condena.
Una estrella que dejó de brillar
Robinho se formó en la cantera del Santos, donde destacó y le establecían como uno de los jugadores más prometedores. Debutó en 2002 con el equipo brasileño, temporada en la que ganó la Liga y llevó al club a la final de la Copa Libertadores, que terminaron perdiendo con Boca Juniors.
Destacó en ambas competiciones y antes de dejar Brasil ganó otra Liga. Su nuevo destino fue el Real Madrid, que en 2005 pagó 24 millones de euros por la perla que Pelé nombro como su sucesor. En la capital española no terminó de brillar como lo hizo en su país, pero conquistó dos Ligas y una Supercopa de España.
Su deseo de abandonar el Madrid para regresar a su mejor nivel le llevó al Manchester City a cambio de 43 millones de euros en 2008. Su temporada inicial fue buena, con 15 goles y nueve asistencias en 41 partidos. Sin embargo, su importancia cayó en el segundo y en enero de 2010 volvió a Santos como cedido media temporada, ganando la Copa de Brasil.

El AC Milan pagó 21 millones de euros ese verano para intentar sacar el máximo potencial del futbolista. Tuvo un gran primer año con 15 goles y cinco asistencias en 45 partidos, además de ganar la Liga. Sin embargo, con el paso de los años fue perdiendo importancia.
También ganó la Supercopa de Italia con el Milan y fue en este periodo cuando cometió el delito por el que cumple condena. En verano de 2014 regresó cedido al Santos y desde entonces su carrera comenzó el declive. Posteriormente pasó por Guangzhou Evergrande ganando la Liga, Atlético Mineiro, Sivasspor y Basaksehir, con el que ganó otra Liga.
El 10 de octubre de 2020 regresó al Santos, pero el caso en el que estaba implicado provocó que el club le rescindiese el contrato a los pocos días de firmar. Un jugador que también fue importante para Brasil, ganando una Copa América y dos Confederaciones. Sin embargo, no supo sacar todo su potencial dentro de los terrenos de juego, aunque mucho más dejó que desear con sus actos fuera de los campos.
Más noticias: