Víctima de La Manada de Collado Villalba se derrumba: Creí que no salía viva.
La joven necesitó asistencia psicológica al recordar los hechos ante la Sala y al salir cubrió su rostro con una bufanda
Tras un biombo, a puerta cerrada y acompañada por dos familiares, la víctima de La Manada de Collado Villalba relató durante dos horas con detalle lo que ocurrió la noche del 13 de marzo de 2015 en la casa de la hermana de uno de los procesados.
Según su versión, no pidió sexo en grupo y lo manifestó "varias veces", indicando que su intención al irse a la habitación con Ricardo era solo para mantener una relación con él. Se derrumbó en varias ocasiones, siendo asistida por psicólogos. “Creí que no salía viva”, confesó. Tras concluir, salió de la sala cubriéndose el rostro con una bufanda.
Los informes psicológicos descartan “signos de simulación”
En la prueba pericial, dos psicológas forenses del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que asistieron a la denunciante expusieron que presentaba ansiedad, un estado compatible con un cuadro de estrés postraumática. Además, han indicado que apreciaron un sesgo confirmativo de que los hechos que les contó ocurrieron de esa forma.
En otra pericial, otras dos expertas concluyeron que la afectada presentaba sintomatología de corte ansioso, algo compatible "con la percepción" que ella tenía sobre lo que había vivido. Y han descartado que haya desajustes de personalidad, signos de simulación, ganancia secundaría y sintomatología fuera de los hechos que relató.
Una de las abogadas de la defensa preguntó a una de las expertas si podría influir en tener una personalidad de corte ansioso el hecho de que la chica fuera una persona "mal estudiante, con relaciones de riesgo y con dificultades para encajar con cinco cambios de colegio".
"No se puede inferir que presente desajuste de personalidad de base", le replicó la experta. A ello, la letrada siguió insistiendo en que la joven era de las que tiene que "ir buscando la pastilla del día después". "¿La sintomatología es compatible con una denuncia falsa?", le preguntó, a lo que la experta le ha replicado que no hay síntomas específicos de una denuncia falsa.
Ante la insistencia de la abogada sobre el hecho de que transcurrieran cuatro meses hasta que se interpuso la denuncia, las forenses destacaron que la joven sufrió lo que se denomina victimización secundaria por temor a que sus conocidos conocieran lo que le había pasado.
En un tercer informe, una psicóloga del Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual de la Comunidad de Madrid ha mantenido que los síntomas de la chica, a quien trató durante año y medio, son "compatibles" con haber sufrido un abuso sexual, sin dar por hecho que lo haya sufrido. Además, ha subrayado que la personalidad de las víctimas no es relevante en casos de agresiones sexuales.
Por otro lado, la psicóloga de parte que atendió a Ricardo por ataques de ansiedad y estrés a raíz de su detención en su puesto de trabajo ha señalado que sufría sintomatología postraumática con inestabilidad emocional, falta de apetito, y falta de sueño.
A preguntas de la fiscal, relató que esos síntomas podrían ser compatibles con no saber afrontar la acusación, si bien ha detallado que su estado era por su trauma al haber sido detenido delante de sus compañeros.
La versión de los acusados
En la sesión del martes, Miguel Ángel C.O., Ricardo A.M y Martín A. mantuvieron que fue la joven quien les propuso de forma espontánea y entre "risas" mantener sexo con los tres. Según su versión, los hechos transcurrieron en un ambiente "de cachondeo" y "jocoso".
Los encausados aseguraron en la vista del juicio que el hecho de mantener relaciones sexuales fue idea de la víctima, quien por aquel entonces tenía 18 años. Según esta versión, ella fue la que propuso tener sexo por turnos y ellos no la obligaron a realizarles sexo oral ni observaron en la chica algún tipo de incomodidad. Así, aseguran que todo sucedió en ambiente de “naturalidad”, “normalidad” y “risas” y con el “consentimiento” de la mujer.
Ricardo A.M. fue el primero en declarar y era la persona con quien la joven había mantenido relaciones sexuales esporádicas hasta enero de ese año. Ricardo admitió que habían quedado también con un compañero del instituto de la joven, que no fue. “Yo estaba soltero y entonces picoteaba. Fuimos a buscarla ese día y nos enrollamos en el coche”, afirmó.
De esta manera, aseguró que le sorprendió la actitud de la joven, porque ella estaba saliendo con su primo. Además, añadió que al llegar a la casa donde se produjo supuestamente la violación, ellos se metieron en la habitación y el resto de sus amigos se quedaron fuera, así como que fue “ella la que propuso, entre risas, tener sexo por turnos”.
Según el relato de Ricardo, todo sucedió cuando ella fue al baño porque tenía la regla. “Por ahí desfilaron mis amigos uno a uno. Todo fue consentido. No observé rechazo alguno. No se negó. Si yo hubiera visto que ella no quería hacer algo, lo habría parado y tomado medidas. Estuvo de cachondeo todo el tiempo”, afirmó.
Por su parte, Miguel Ángel, el guardia civil, casado y con un hijo, cargó contra la jovendenunciante. “Desde que fui acusado no me han destinado a ninguna misión y estoy en tratamiento psicológico. Mi salvación está siendo mi trabajo”, manifestó.
Después, dijo que la chica se fue con ellos sabiendo que a la cita no no iba a acudir su amigo: “Llamamos a la puerta de la habitación no para tener sexo, sino porque no podíamos montar la consola, que era lo que íbamos a hacer. Ella se reía de eso”. También contó que, cuando recibió la notificación para declarar, se quedó muy sorprendido y que “no recordaba a qué se podía referir. No le dimos importancia, todo fue normal”. Además, Martín A. F., el militar, reconoció que tuvo “un encuentro sexual con la chica en el baño”.
En la exposición de los informes psicológicos, los expertos han determinado que la afectada sufrió estrés postraumático y victimización secundaria --la víctima sufre un daño adicional al delito--, dando credibilidad a su relato y descartando desajustes de su personalidad.
La versión de la Fiscalía
Según el fiscal, los tres acusados "con ánimo de satisfacer su ánimo libidinoso" concertaron un encuentro con la joven a través de un compañero de clase que finalmente no acudió.
Así, sobre la 1.20 horas de la madrugada llevaron a la chica a una vivienda de Villalba y una vez allí Ricardo, con quien había mantenido relaciones sexuales "esporádicas" hasta enero de 2013 "y sin volver a mantener contacto hasta el día de los hechos" la llevó al dormitorio donde comenzó a besarla y a quitarle la camiseta. A continuación, entraron en el dormitorio los otros dos acusados. Uno de ellos manifestó que "compartiera un poco", algo a lo que se negó la joven.
Pese a ello Ricardo le contestó que "el hecho de que sus hermanos la probaran significaría que le daban la aceptación o negación como pareja", un comentario que puso nerviosa a la chica al tiempo que rechazaba la proposición.
Aunque la joven reiteró su negativa a mantener relaciones con los tres acusados, Martín comenzó a acariciarla mientras que Miguel Ángel se desnudaba. Tras ello, habrían sometido a la joven a vejaciones sexuales y la violaron.
La resistencia que ofrecía la joven provocó que Ricardo la metiera en el baño donde, tras pedirle ella que la llevara a casa, el acusado le contestó que "no podía dejar así a sus hermanos".
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