Preocupación por Tamara de Castro Moreno, una joven de veinte años desaparecida

“No sé dónde está, a dónde puede haber ido… Solo tengo muchísima preocupación”, cuenta la pareja de Tamara de Castro Moreno, Alexandre. Una situación que ha acabado por desesperarle después de no volver a ver a la joven desde el 26 de octubre.

Tamara (20 años, 1.66 metros de altura, pelo negro, largo y rizado, ojos verdes y de complexión delgada), vestía el último día que fue vista un pantalón de chándal (Puma) rojo y negro y una chaqueta roja con detalles negros, tipo rejilla.

26 de octubre

La joven vivía en Vilanova i la Geltrú, Barcelona, con su pareja. Llevaban más de tres años juntos y lo sucedido le ha sorprendido. Los padres de ella, por su parte, viven en Valencia, y la noticia les llegó a través de la llamada de Alexandre.

El joven explica a elcierredigital.com lo sucedido el día 26: “Yo salí a trabajar y me dejé una nota y material, pues trabajo como autónomo. Volví a casa a buscarla, lo cogí todo, y cuando me di cuenta ella ya no estaba”.

Móvil desconocido

La información sobre los hechos es bastante limitada. SOS Desaparecidos ya ha recogido todos los datos en su web. Según Alexandre, ella nunca le avisó de nada y ni siquiera tiene constancia de si está bien. “Se llevó un teléfono, su DNI y 50 euros”, explica.

El problema alrededor del móvil, cuenta el joven, es que no era el suyo. “Se llevó un móvil que teníamos ahí y es bastante antiguo; no sé el móvil que era”, motivo por el que no puede ponerse en contacto con ella.

Añade, también, información sobre ella, matizando en todo momento que es “una buena chica, muy noble” y sensible, según describe. Su estancia en Barcelona la define como “normal”: “somos bastante caseros los dos, a ella no le gusta tampoco salir mucho de fiesta”.

Vida en Barcelona

Su padre desde Valencia cuenta que su hija se fue a vivir a Barcelona hace ya tres años. En varias ocasiones menciona que ella y su pareja vivían bien, felices. “Nos llama a casa, todos los días. De la noche a la mañana, pero ya no sé nada”, cuenta.

Aunque ella actualmente no estaba trabajando, sí había trabajado en varios sitios. Alexandre asegura que, en ocasiones, recibió malas palabras en algunos trabajos, algo que le afectaba especialmente. “Eso le hacía sentirse. Ella podía llegar a ser un poco débil de voluntad en ese sentido”, explica.

Así, mantiene el miedo de que hayan podido “engañarla” o algo similar. Ante la falta absoluta de información, todas las opciones posibles son viables de investigar. “Ya son muchos días y no he recibido ninguna llamada de ella. Tampoco ha llamado a sus padres ni nada”, narra el joven.

Con toda la información disponible y el alcance social de los medios de comunicación y las redes sociales, así como la cooperación con SOSDesaparecidos, donde ya se encuentran registrados todos los datos y varias fotografías de la joven, se espera que se obtengan resultados pronto.