Conocido como el frutero de Valdeavero o ‘El Toba’, Cristóbal López de la Cruz está acusado de presuntos delitos de abusos y agresiones sexuales a, al menos, diez menores de dieciséis años, así como de un delito de exhibicionismo. Por todos ellos fue detenido en el año 2020. Aunque sigue fuera de prisión debido al último auto de la Audiencia Provincial de Madrid el pasado año, poco a poco se van conociendo más detalles sobre el futuro juicio, para el que ya se ha abierto vista oral. Según ha podido saber elcierredigital.com, tendrá lugar a mediados de octubre de 2024.
Tras finalizar la fase de instrucción, la Fiscalía de Madrid ha solicitado 98 años de cárcel para el frutero de Valdeavero. La defensa de las víctimas, ejercida por el letrado Juan Manuel Medina, pide 105 años de prisión.
Según explica el letrado en una conversación con elcierredigital.com, lo que consideran más “sangrante” de este caso es el hecho de que Cristóbal “se encuentre en libertad. Tenemos la certeza de que va a entrar en prisión. ¿Pero cuánto va a tardar en entrar en la cárcel? ¿Tres años? Porque el juzgado acordó la prisión preventiva y a los pocos meses, sin ningún cambio, decidió dejarle en libertad. Y se va a quedar en libertad hasta el juicio más la posterior secuencia de recursos”.
Medina alerta, además, de que Cristóbal, que vive por la “zona del corredor del Henares”, cerca de Valdeavero, donde tuvieron lugar los hechos, “se ha llegado a cruzar con alguno de los menores y algún padre ha tenido que interponer una denuncia por quebrantamiento, por no respetar la distancia acordada por el juzgado”. Tiene una orden de alejamiento de 500 metros de los menores pese a estar en libertad.
¿Quién es el frutero de Valdeavero?
Cristóbal López, natural de Alcalá de Henares, vivía desde hacía un tiempo en Valdeavero, un pequeño pueblo cerca de Madrid, en el que tenía su propio negocio: la frutería Keai, donde conocía a sus víctimas, niños de entre cuatro y catorce años.
El frutero de Valdeavero. | El Cierre Digital
El presunto pederasta era conocido como "el amigo de los niños" por las habilidades que los habitantes del pueblo pensaban que tenía con los más pequeños. No obstante, en el mes de agosto de 2020 salió toda la verdad a la luz y se descubrió que no era "el amigo de los niños" sino todo lo contrario, un pedófilo que, presuntamente, se aprovechaba de los menores del pueblo.
Todo empezó cuando una de sus víctimas confesó a su madre que 'el Toba' (alias de Cristóbal López), a quien todo el mundo definía como una persona carismática y amable, había abusado sexualmente de él. Lo hizo en su casa, cuando, presuntamente, le metía la mano por el pantalón y le tocaba los genitales al niño.
Su modus operandi era siempre el mismo: se ganaba la confianza de los padres de sus víctimas para que no sospechasen de él y captaba a los menores ofreciéndoles golosinas en la frutería. Una vez había abusado de los niños, los amenazaba de muerte para que no lo denunciaran.
Después de esta primera denuncia, muchos menores se atrevieron a denunciar todas las atrocidades que el frutero del pueblo les había hecho. En total, dieciséis niños de entre cuatro y quince años lo han acusado de abusos y agresiones sexuales.
El miedo a la huida tras la venta de su casa
El frutero de Valdeavero fue detenido en 2020 y después de pasar once meses en prisión por los delitos de los que se le acusa, Cristóbal fue puesto en libertad en octubre de 2021. El juzgado justificó la medida debido a su “arraigo” y a la falta de medios económicos para huir, según indicaba el Juzgado de Instrucción número 5 de Alcalá de Henares.
Una afirmación que peligró cuando el frutero vendió su chalet con piscina en enero del pasado año, lo que hizo que el acusado dispusiera de “una gran suma” y, además, perdiera “su arraigo en el pueblo”, explicó Juan Manuel Medina a elcierredigital.com. El abogado expresaba la preocupación de las víctimas, que “temen que huya antes del juicio”.
Anuncio en Idealista de la venta de la vivienda, donde Cristóbal llevó a alguna de sus víctimas. | Idealista
Las víctimas, de entre cuatro y catorce años, habían relatado cómo el acusado les tocaba los genitales, se masturbaba delante de ellos, les ponía películas pornográficas y les hacía felaciones. Al conocer estos hechos las familias de los denunciantes se opusieron a su libertad e interpusieron un recurso ante la Audiencia Provincial de Madrid, solicitando que volviera a ser encarcelado.
En él, destacaban la "palpable y notoria alta probabilidad" de que el investigado volviera a cometer abusos sobre menores si se encontrara en libertad. El recurso fue desestimado y ahora, a la espera de que el juicio tenga lugar el próximo año, el conocido como frutero de Valdeavero sigue en libertad.
Guardia Civil 
